Según mi opinión, y sin ánimos de juzgar porque todos los que estamos aquí carecemos de moral, usted es libre de empotarse y de mantener económica y/o emocionalmente a las chiquillas si sus ingresos le permiten tener ese estilo de vida, ahora bien, sería una estupidez enorme sacrificar plata destinada al bienestar de su familia y de usted, para mejorar la calidad de vida de alguien a quien usted le importa un rábano, y si esa es su realidad actual, mi consejo es que empiece desde este minuto a cuidarse, mejore su autoestima, cuide su cuerpo, salud, semblante y apariencia física, su mente empezará a repararse. Por mi parte, si que me he enamorado en los cafés, en promedio una o dos veces al año llego a conocer alguna chiquilla con quién he tenido buena química desde el inicio y por lo general tengo la suerte de que es correspondido y lo que gasto es retribuido con una gran atención, se siente muy bien cuando la niña en cuestión valora lo que haces por ella y confían en ti, cuando se entregan y acceden a tus propuestas, en lo personal en ese punto en que lo he pasado muy bien dos o tres veces con la niña es cuando debes abandonar, empezar de nuevo tu búsqueda, quizá mantener contacto esporádico pero siempre uno debe mantener una fuerza de voluntad férrea para desligarse emocionalmente de una chiquilla, porque ellas son expertas manipulandonos, te dirán cosas lindas y te mantendrán siempre con la esperanza, pero en los años que llevo jugando con las brasas del infierno puedo afirmar que una puta nunca dejará de putear por un hombre y que su lealtad es hacia la billetera de uno.