Yo tengo una anécdota, casi trágica. Estaba sentado en la Plaza de Armas, tipo 9 de la noche, mirando solamente, porque esperaba un amigo, y aparece un travesti haciéndome señas de si quería irme con él(ella), a lo cual le indiqué que no. Y de la nada me llena de garabatos, que feo culiao, me subió de arriba a abajo... me retiré de donde estaba sentado, y siento algo por la pantorilla... el travesti me había tirado una botella de vidrio, y por suerte no me llegó a la pierna, sino unas esquirlas. Rajé en ese mismo instante hacia Ahumada. De ahí que no vuelvo ahí de noche.