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Convencion Constituyente IV - Post Plebiscito

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El pueblo indígena chileno demostró al actor progresista Mark Ruffalo que su activismo político elitista está lejos...

Mark Ruffalo queda en ridículo tras contundente victoria del “rechazo” en Chile

PARA NADIE es un secreto que la estrella del cine, Mark Ruffalo, ha utilizado durante mucho tiempo su fama y tribuna para abogar por causas progresistas y socialistas, supuestamente en aras de defender y promover la “justicia social” y los “derechos de las minorías”.

El hombre que encarna el afamado personaje Hulk, de Marvel, tiene un claro historial que expone sus creencias políticas e ideológicas: oposición al libre mercado, ataques al sistema capitalista, apariciones como aliado feminista en marchas pro-aborto, guiños a la dictadura cubana a través del New York Times, pedidos públicos para aumentar los impuestos y un tácito apoyo al socialista Bernie Sanders en la campaña presidencial de 2016.

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La estrella de Hollywood apoyó al socialista democrático Bernie Sanders en su candidatura para las...
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El actor estadounidense Mark Ruffalo, conocido por su papel de Hulk en las películas de Marvel, se ha sumado a...

Sin embargo, su más reciente lucha política no fue en territorio americano, sino que llegó a Sudamérica, específicamente a Chile, donde Ruffalo manifestó su apoyo a la propuesta de una polémica “nueva Constitución” —llena de vacíos legales y que violentaba la propiedad privada— que finalmente fue ampliamente rechazada por los chilenos el pasado domingo, 4 de septiembre.

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El WaPo señala que, dada todas las preocupaciones que hay en Chile en torno a la nueva Constitución, lo...
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La luna de miel con el presidente de Chile, Gabriel Boric, duró menos de un semestre, y hoy su aprobación es de...

Los indígenas chilenos exponen a Ruffalo desde las urnas

Según el actor americano, esta rechazada Carta Magna hubiese dado a los indígenas de Chile mayor poder y autonomía sobre sus territorios, supuestamente violados.

“Chile está a punto de hacer historia en materia de derechos indígenas. Si se aprueba la nueva constitución, más de 2 millones de indígenas chilenos ‘podrán gobernar sus propios territorios’. Un enorme acto de reparación pagado”, escribió Ruffalo en Twitter, el 3 de septiembre.

Seguramente el actor no leyó, ni siquiera, los artículos más polémicos de esta fallida Carta Magna y todas las críticas que recibió por parte de los especialistas, una situación que explica el contundente rechazo que dicha propuesta recibió en las urnas. Si Ruffalo hubiese sido un poco más crítico con el texto, y se hubiese informado mejor sobre el mismo, quizás pudo haber anticipado el mayor fracaso de los progresistas en Chile: la gran mayoría del pueblo indígena chileno rechazó la “nueva Constitución” propuesta por la izquierda radical.

Sí, aunque para Ruffalo no parezca tener sentido, esta propuesta constituyente obtuvo su mayor oposición entre la población indígena que encontraron este texto radical, fuera de lugar y peligroso para Chile.

En el vídeo a continuación, por ejemplo, se puede apreciar a una chilena indígena pronunciándose contra la fallida Constitución que Ruffalo defendió. La mujer pide explícitamente a todo Chile que vote en contra de la propuesta para así “salvar” a su país.

No es un caso único o aislado, ni muchos, pues el ‘rechazo’ se impuso con gran claridad en las regiones de mayoría indígena. En Alto Biobío, donde hay un 84,2% de población indígena, el rechazo obtuvo el 70,75% de los votos. En Saavedra, donde hay un 79,6% de población indígena, el rechazo obtuvo el 68,05%. En Cholchol el rechazo ganó con el 73,82% y el 75,3% de la población es indígena.

Infobae reportó que ocurrieron escenarios similares en Tirúa, Galvarino, Camiña, Colchane, San Juan de la Costa o General Lagos, donde el rechazo se impuso ampliamente.

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El resultado en las zonas de pueblos originarios fue aún más contundente en contra del texto propuesto por la...

A pesar de que muchos indígenas evidentemente están a favor de que haya una reivindicación histórica sobre lo que consideran sus tierras, se oponen categóricamente al concepto de “plurinacionalidad” que imponía el nuevo texto constitucional propuesto por la izquierda radical chilena. De hecho, las principales organizaciones indígenas en el país han celebrado el rechazo y abogado por encontrar soluciones que consoliden la unión nacional, que no se logrará mediante el otorgamiento de privilegios injustos. Una situación que Ruffalo ha ignorado por completo desde que el rechazo ganó con claridad el pasado domingo.

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El 'rechazo' al proyecto de nueva constitución en Chile ha sido especialmente claro en las comunas...

La victoria del rechazo en Chile no solo deja en evidencia a los guerreros de la justicia social americanos, como Mark Ruffalo, sino también a los medios hegemónicos, como The New York Times, que publicaron sendos artículos destacando a la “Nueva Constitución” propuesta en Chile por supuestamente defender los derechos de los indígenas, pero ignorando la amplia impopularidad del texto en prácticamente todos los grupos demográficos, especialmente la población indígena.

https://www.nytimes.com/es/2022/09/02/espanol/chile-constitucion-indigenas.html

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jajaja vieron el twitt del guataca del Merluzo

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El rechazo de la propuesta constitucional en el plebiscito del 4 de septiembre en Chile deja dos...

Chile: dos lecciones para América Latina

El rechazo de la propuesta constitucional en el plebiscito del 4 de septiembre en Chile deja dos importantes lecciones para Latinoamérica.

El domingo 4 de septiembre la sociedad chilena rechazó la nueva constitución elaborada por la convención constitucional. La propuesta fue el resultado de un proceso de cambio social definitorio en la historia política y social de Chile, enraizado en demandas que existían antes del estallido social de 2019, pero plasmado íntegramente, en tanto proceso, en octubre de ese año.

La dinámica de la conflictividad tuvo picos de tensión, entre 2019 y 2022, así como el clima de inestabilidad e incertidumbre que primó hasta el domingo en que triunfó el Rechazo. Se puede hablar, por lo tanto, de un segmento histórico de corta duración, entre 2019 y 2022, que se inscribe en una película más abarcadora que involucra a la democracia chilena, en el marco de los procesos de transición y democratización que germinaron en América Latina entre 1980 y 1990.

Los estallidos sociales han marcado la agenda de las democracias latinoamericanas. En efecto, lo sucedido en Chile no se puede analizar por fuera de esta suerte de “tradición callejero-popular” que resucita cuando las instituciones no logran canalizar crecientes problemas económicos, sociales o políticos que desembocan en masivas protestas que rebasan aun más la ya desbordada capacidad de las instituciones para encauzar esos conflictos. Es allí cuando el caos, la violencia social y, finalmente, la represión, irrumpen en el escenario.

Con sus importantes matices, estos episodios han sido relativamente frecuentes en diversas latitudes y períodos de América Latina. Un repaso rápido nos recuerda el Caracazo, en 1989; la crisis de hiperinflación de Argentina, entre 1989 y 1990, así como, una década más tarde, la crisis argentina del período 2001-2002, bajo la consigna “Que se vayan todos”; la crisis social ecuatoriana del tramo que va desde el golpe del Estado del año 2000 hasta la “revuelta de los forajidos”, en 2004; las masivas protestas en Brasil en junio de 2013, debido al aumento de las tarifas del transporte y del gasto público; y luego las sucesivas crisis que entre 2018 y 2019 se desataron en Nicaragua, Ecuador, Bolivia, Haití, que se extendieron durante 2020 en Perú, así como en Cuba, en 2021, mediante el Movimiento San Isidro, y en El Salvador, Paraguay y Colombia.

Primera lección: legitimidad, participación y realismo político

A diferencia del plebiscito de entrada, cuya participación electoral fue de 51%, y en donde se impuso la opción Apruebo, el plebiscito de salida contó con la participación de 13 millones electores, correspondientes al 86% del padrón. En este último plebiscito, los electores tenían la obligación de votar o recibir una multa en caso de no hacerlo.

La legitimidad que adquiere este plebiscito, precisamente por la tasa de participación, expone una dimensión que me animé a señalar en un texto anterior: debido a la desafección de un importante grupo de electores, cobraba fuerza la inquietud acerca de la legitimidad del proceso electoral, ya que la algarabía montada a partir del triunfo del Apruebo podía –como efectivamente ocurrió– diluirse una vez que la obligatoriedad del voto mostrara con mayor fidelidad las preferencias sociales.

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Los resultados de la elección a la Asamblea Constituyente muestran que existen un Chile movilizado...

Sin embargo, lo que entonces consideré que podía ocurrir –esto es, una crisis social derivada de la notoria falta de legitimidad del plebiscito de entrada– afortunadamente no ocurrió, y la sociedad chilena dio una muestra cabal y ejemplar de comportamiento democrático. Al fin y al cabo, la democracia podría ser reducida al simple hecho de que quienes pierden una elección admitan y acaten el resultado. 

Si bien las encuestas realizadas por las consultoras más serias adelantaban un sólido apoyo al Rechazo, la magnitud del triunfo no deja de sorprender, no solo por la contundencia de la victoria (una diferencia, técnicamente, de 23.72%), sino porque la inercia que llevaban los adherentes del Apruebo, –entre ellos el presidente Gabriel Boric– parece haberse estrellado contra un muro de realidad o, para decirlo de un modo politológico: de realismo.

Pocas veces el principio de realidad y el realismo político convergen de un modo tan nítido. El presidente Boric mostró signos de haber captado esta convergencia en el discurso que pronunció luego del plebiscito. Reconoció la importancia de una discusión más sobria, rechazó las posturas maximalistas (¿Boric cambió de bando? No, pero hizo un guiño en ese sentido), y luego consideró la necesidad de discutir un nuevo texto constitucional. Otro dato relevante es que comenzó su discurso enfatizando la magnitud de la participación electoral, acaso aceptando implícitamente la mayor legitimidad que adquiere el Rechazo en comparación con el Apruebo del plebiscito de entrada, por la alta tasa de participación y seguramente porque –cierto o no, esto se verá más adelante–, de momento, el plebiscito del 4 de septiembre es leído también como un referéndum de la gestión de Boric, por su adherencia denotada hacia la opción Apruebo.

Boric también identificó el daño que los militantes más extremistas de la nueva y ya rechazada constitución (cabe mencionar entre ellos los significativos problemas derivados del indigenismo, que se inmiscuyó incluso en la configuración del poder judicial que proponía la nueva constitución) le han hecho al debate público, aunque esto no significa que el presidente pueda evadir a quienes encabezan esas posturas, pues la alianza realizada con ellos es la que le habilitó el camino a la presidencia.

Segunda lección: las protestas no son (necesariamente) de izquierdas

A diferencia de las movilizaciones coordinadas por sectores organizados, como movimientos sociales, sindicatos, ONG, y diversos grupos en los que la acción colectiva está mucho más institucionalizada y calibrada estratégicamente, las protestas o manifestaciones masivas y populares están provistas de un espíritu fugaz y espontáneo que hace más difícil su adecuación a los parámetros de las ideologías o partidizaciones propias de la política.

Los esfuerzos de la izquierda, tanto a nivel político como epistemológico, por “demostrar” que las protestas masivas responden directamente, casi lógicamente, a “políticas neoliberales”, tienen cada vez menos sustento. No solo porque los estallidos que hemos visto en América Latina en los últimos años han ocurrido en países en los que gobernaban partidos y actores con ideologías antagónicas, sino porque la perspectiva con que podemos ver a las democracias latinoamericanas, desde los 80 hasta hoy, muestra que las explosiones populares ocurridas han tenido diversos estímulos: desde crisis de deuda con hiperinflaciones hasta reformas tributarias o aumentos de tarifas. Las reformas “neoliberales” han logrado una estabilización que permitió a países como Chile, Argentina y Brasil reconducir las variables más amenazantes de la economía para luego impulsar el crecimiento económico. Pueden mencionarse dos casos emblemáticos que asimismo tienen muchas diferencias. En Argentina, la Ley de Reforma del Estado de 1989, y la Convertibilidad, en 1991, terminaron con la crisis, así como con la inflación descontrolada que deterioraba los salarios. En Brasil en 1994, Itamar Franco implementó el Plan Real, consolidado por su ministro de Hacienda, Fernando Henrique Cardoso (quien hoy apoya a Lula en contra de Bolsonaro), desde su presidencia en ese mismo año.

En efecto, como han demostrado numerosas investigaciones, entre ellas las de Vicente Palermo, el círculo virtuoso que se desprende de este tipo de planes consiste en la conjunción de la estabilización y las reformas modernizadoras (o “estructurales”), pues estas últimas son las que habilitan la estabilidad mientras el plan (debido a que sus efectos estabilizan sin inducir recesiones) permite la recuperación de los más afectados por la inflación y la crisis, quienes a su vez respaldan las políticas implementadas precisamente por esa recuperación sentida en sus economías cotidianas.

El ciclo posterior, que inicia alrededor de 2002, con el creciente aumento de la demanda de materias primas, produjo un impacto similar en la nueva estabilización de las economías latinoamericanas, dándole aire y muchos dólares a gobiernos que salían de fuertes crisis creadas por malas administraciones de aquellos planes de estabilización.

Tanto en Brasil como en Argentina, así como en Ecuador, el relativo declive del precio de esas materias primas y un gasto público desbordado por gobiernos que, aunque con diferentes ideologías que en los 90, volvieron a administrar mal la estabilización que permitió el copioso ingreso de divisas, dieron lugar a problemas sociales y económicos que, aunque en el caso de Argentina no condujeron a un estallido social (no al menos de momento), en Brasil y Ecuador sí crearon condiciones para que eso ocurriera, como finalmente sucedió en 2013 en el caso brasileño, y en 2019 en el ecuatoriano.

Chile, un caso ejemplar en el manejo de las cuentas públicas, desde el gobierno de Patricio Aylwin hasta el segundo mandato de Michelle Bachelet (cuando comenzaron los desequilibrios), probablemente haya sido víctima del éxito de un modelo económico centrado más en el crecimiento económico y en la reducción de la pobreza que en el desarrollo, entendido este como la incorporación de mayores sectores sociales a la educación de calidad y a los trabajos mejor remunerados. El ejemplar y acelerado desempeño económico de Chile produjo una sociedad rica en el plano de la productividad, pero, paradójicamente, poco a poco más débil en los aspectos culturales y educativos. El estallido social de 2019 fue la consecuencia de un malestar que había calado hondo desde años previos, tal vez desde principios del siglo XXI, pero cuya expresión cobró fuerza en ese momento, por razones imprevistas: en ese caso, el aumento del precio del transporte.

Ahora bien, ¿significa esto que las demandas sociales que aglutinaba ese malestar eran de izquierda? No. Tal como he escrito antes, y como se ve reflejado en el plebiscito de salida, la sociedad chilena exige un cambio, pues el modelo económico y social establecido por Pinochet ha tocado fondo. Pero esto no implica la demanda de un cambio radical o de un cambio de régimen, sino la búsqueda de un cambio de estructura de incentivos, un cambio de modelo, a partir de un reconocimiento a los progresos que permitió el modelo vigente hasta 2019, que si bien tuvo modificaciones desde entonces (como la reforma de Lagos, en 2005), no había cambiado esencialmente esa estructura de incentivos que orienta la acción de las personas, de los emprendedores, de los inversores y que, como tal, performa la vida cotidiana.

Está claro que la sociedad chilena pretende conservar la estabilidad económica y política, la pertenencia a una sola nación, y la seguridad pública, tres cuestiones definitorias en la victoria del Rechazo. ¿De qué se trata, entonces, la demanda de “cambiar la estructura de incentivos”? Se trata de la necesidad, por parte de mucha gente que no es necesariamente de izquierda (incluso despreocupada por la desigualdad), de disponer de mejores condiciones en el acceso a los empleos bien remunerados, que le permitan expandir su participación en el consumo. Como también he dicho en otro artículo, la demanda en Chile es, en fin, por más capitalismo, esto es, por un capitalismo “ampliado”, y esto, a veces, y paradójicamente, sobre todo luego de años de éxito de crecimiento económico, exige más desarrollo económico (mejor educación, mejores posibilidades de acceder a servicios de salud, mejores condiciones para consumir).

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Gabriel Boric busca un equilibrio entre exigencias realistas y demandas heterogéneas de fuerzas políticas...

El caso de Chile nos permite entonces extraer dos importantes y simples lecciones para América Latina. La primera: la legitimidad durante los procesos de cambio social es un factor decisivo, una condición de posibilidad de todo aquello que las élites quieran promover a partir de esos procesos. La segunda: las protestas y estallidos sociales, aunque en algunos casos se presenten de modo violento, no están siempre destinados a producir un cambio de régimen (político o económico), sino que buscan, a través de un último recurso, hacerse del poder de veto necesario para decirle a la clase política que algo ha terminado y que, como élite, la dirigencia debe renovar su inventiva para absorber esas demandas y transformarlas en un nuevo modelo de sociedad.

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FEE.ORG

The constitution of the USSR guaranteed far more rights than the US Constitution, including the right...

Lo que las constituciones de la Unión Soviética y Corea del Norte pueden enseñarnos sobre los derechos y el propósito de una constitución

Una constitución exitosa evitará la centralización del poder, no la facilitará.

El 5 de diciembre de 1936 se hizo historia en Moscú cuando el Octavo Congreso de los Soviets aprobó y Iósif Stalin firmó la Constitución soviética de 1936.

https://www.encyclopedia.com/history/encyclopedias-almanacs-transcripts-and-maps/constitution-1936

También conocido como la "Constitución de Stalin", el documento fue aclamado por los líderes soviéticos como "el más democrático del mundo". De hecho, fue un documento revolucionario, y ni siquiera principalmente debido a su ideología abiertamente socialista. Lo que lo hizo tan sorprendente fue que otorgó más derechos (cívicos, políticos y personales) que casi cualquier constitución occidental (o lo que hace hoy, para el caso). Olvídese del derecho universal al voto, las cinco libertades otorgadas en la Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos, o el derecho a la privacidad; la constitución soviética garantizaba todo eso y más. Existía el derecho al “descanso y esparcimiento”, “el derecho a alimentos en la vejez y también en caso de enfermedad o pérdida de la capacidad de trabajo”, y el “derecho al empleo y al pago de su trabajo de acuerdo con su cantidad y calidad".

https://www.researchgate.net/publication/317624190_Stalin's_Constitution_Participatory_Politics_and_the_Discussion_of_the_Draft_1936_Constitution

A pesar de esta nueva Constitución igualitaria, los siguientes dos años fueron notables por la escalada del terror y la campaña de Stalin “para eliminar a los miembros disidentes del Partido Comunista y a cualquier otra persona que él considerara una amenaza”. Más de 750.000 personas fueron ejecutadas y más de un millón fueron internadas en un Gulag (un sistema de campos de trabajos forzados). Este período se conoció como la Gran Purga. En las décadas siguientes, muchos más millones de personas murieron en hambrunas provocadas por una economía estatal totalmente ineficiente, mientras que otras fueron asesinadas por expresar puntos de vista disidentes. Los ciudadanos no tenían derecho a protestar contra el gobierno, unirse a un sindicato que no estaba controlado por el estado o incluso abandonar el estado sin el permiso expreso del gobierno.

https://www.history.com/topics/russia/great-purge#section_5

https://www.history.com/topics/russia/gulag

Todo esto se hizo en nombre de crear una sociedad mejor; y se hizo a pesar del lenguaje elevado y centrado en los derechos de su nueva Constitución. En otras palabras, a pesar de consagrar la utopía en la ley, la URSS terminó siendo uno de los países peores y más represivos de la historia.

La pregunta, por lo tanto, debe hacerse: ¿Cómo pudo suceder esto? ¿Cómo pudo ocurrir el terror y la brutalidad de la Unión Soviética bajo una Constitución tan aparentemente progresista?

La respuesta es sorprendentemente simple y también instructiva para nuestros tiempos.

El Propósito de una Constitución

Los horrores de la URSS se pudieron producir, a pesar de todos los derechos recogidos en su Constitución, por dos motivos.

La primera razón es que el marco que describió la Constitución de la URSS, y las estructuras que estableció, no impidieron la centralización del poder. De hecho, en realidad hizo lo contrario al mantener el poder absoluto del Partido Comunista, al mismo tiempo que le otorgaba al gobierno jurisdicción sobre básicamente todas las áreas de la vida.

Sin embargo, la creación de sistemas diseñados para mantener el poder total fuera del alcance de cualquier grupo es tanto el propósito como el signo de una constitución fuerte. Asegura que incluso si algunas personas quisieran violar los derechos de otros, ya sea por beneficio personal o por razones ideológicas, no podrán hacerlo porque hay controles sobre la cantidad de poder que cualquier individuo o cuerpo puede acumular.

La segunda razón es que la Constitución de la URSS consagró una visión utópica en la ley. El problema, por supuesto, es que es imposible lograr la utopía, incluso si uno la incluye en una constitución.

Pero, ¿Qué es lo que realmente hace que una constitución sea utópica?

Para responder a esta pregunta, debemos hacer una distinción entre dos ideas muy diferentes acerca de dónde provienen nuestros derechos y cuál es realmente el papel del gobierno en la sociedad.

Muchos creen, incluidos los Padres Fundadores de los Estados Unidos, que nuestros derechos existen antes del gobierno, que son otorgados por Dios o simplemente un hecho de la naturaleza, según su perspectiva. El papel del gobierno es proteger estos derechos, que tradicionalmente se denominan derechos “negativos” y protegen a las personas de ser objeto de una acción por parte de otra persona o grupo (como un gobierno). El ejemplo más destacado de este enfoque es la Constitución de los Estados Unidos.

Otros creen que los derechos los otorgan los gobiernos y que, a medida que las circunstancias cambian con el tiempo, los gobiernos deberían otorgar más derechos a las personas. Este grupo cree que el papel del gobierno es ir más allá de proteger los derechos individuales y realmente garantizar cosas a sus ciudadanos, esas “cosas” tradicionalmente se denominan derechos “positivos”. Esta es la visión “utópica”.

En un ensayo de 2019, el presidente emérito de FEE, Lawrence W. Reed, trató de explicar la diferencia central entre los dos escribiendo primero una lista de cosas que, desde su perspectiva, son derechos y cosas que no lo son. La lista anterior incluía cosas como la vida, los pensamientos y el habla de uno; la última lista incluía cosas como acceso a Internet, educación financiada por los contribuyentes y el automóvil de otra persona.

FEE.ORG

Rights are at the very core of the American experience. Remove rights from the equation, and America is...

Explica la distinción clave entre las dos listas.

“En el caso de la primera lista, no se requiere nada de otras personas excepto que te dejen en paz”, explicó Reed. “Sin embargo, para que usted tenga derecho a algo en la segunda lista, se requiere que otras personas se vean obligadas a proporcionarle ese algo. ¡Esa es una diferencia monumental!”.

Sin duda, es una diferencia monumental, y aclara la razón por la cual los derechos positivos no pueden denominarse “derechos” en absoluto: solo pueden otorgarse a los ciudadanos si se usa la fuerza contra otra persona. Pero, al denominar cosas que sería realmente bueno tener como derechos, le da al estado más poder, así como más legitimidad, para perseguir esta visión utópica por cualquier medio que sea necesario. Cuando se lleva al extremo, la violación de los derechos reales de otra persona puede justificarse fácilmente como un mal necesario a corto plazo que eventualmente permitirá que florezca la utopía: un verdadero camino hacia la tiranía.

En resumen, las constituciones deben 1) proporcionar un marco estable de gobierno mediante el establecimiento de estructuras para evitar la centralización del poder; 2) no debe usarse para prometer utopía (es decir, conferir derechos positivos a personas que requieren agredir a la persona A para asegurar algo para la persona B.

Una política que ignora uno de esos hechos está condenada al fracaso; una política que ignora a ambos se dirige al desastre.

Ejemplos del mundo de hoy

Con el tiempo, muchos países han llegado a comprender que la centralización excesiva y el énfasis en los derechos “positivos” en una constitución son un error. Sin embargo, todavía hay algunas excepciones, la más extrema de las cuales es probablemente Corea del Norte. Su Constitución garantiza todos los derechos de la Constitución de la URSS de 1936 más la “libertad de dedicarse a actividades científicas y artísticas”, entre otros. Y, sin embargo, hoy en día no hay ningún país sobre la faz de la tierra que sea menos libre que Corea del Norte, incluso cuando ostensiblemente otorgan a los ciudadanos muchos más "derechos" en su Constitución que los Estados Unidos en la suya. Las razones son muy parecidas a las de la URSS: concentración de poder y visiones utópicas.

https://www.hrnk.org/uploads/pdfs/DPRK_Constitution.pdf

Por supuesto, la URSS y Corea del Norte son ejemplos extremos que la mayoría de las personas en su sano juicio entienden como fracasos estrepitosos. Sin embargo, un poco más controvertido es un país como Venezuela, que adoptó una nueva constitución socialista en 1999. Fue celebrada por millones en ese momento, pero Venezuela fue víctima de los mismos peligros de prácticamente todos los proyectos utópicos dirigidos por el estado que surgieron antes, plagado de un dictador, hiperinflación y deterioro de las libertades civiles. Según el Índice de Libertad Humana 2021, Venezuela es el segundo país menos libre del mundo.

WORLDPOPULATIONREVIEW.COM

Estos ejemplos contemporáneos deberían servir como recordatorios constantes de los peligros de centralizar el poder en nombre de la igualdad o la promesa de la utopía. En cambio, parece que un número creciente de personas está olvidando estas lecciones del pasado, incluso aquellos que deberían saberlo mejor.

Cuando el pueblo de Chile votó recientemente sobre una propuesta de constitución que era “una versión más larga, más consciente e incluso más socialista de la de Venezuela”, como lo describe Daniel Di Martino en National Review, el periódico estadounidense The New York Times, enmarcó la propuesta como un bien evidente.

WWW.NATIONALREVIEW.COM

It reads like a longer, more woke, and even more socialist version of Venezuela’s.

Después de señalar en un titular que la Constitución propuesta “Consagraría una cantidad récord de derechos”, el Times pasó a enumerar muchas características del mundo utópico que imaginaron los redactores de la Constitución chilena propuesta: “salud pública universal; paridad de género en el gobierno; sindicatos empoderados; mayor autonomía para los grupos indígenas; derechos de los animales y la naturaleza; y los derechos constitucionales a la vivienda, la educación, los beneficios de jubilación, el acceso a Internet, el aire limpio, el agua, el saneamiento y la atención 'desde el nacimiento hasta la muerte'”.

https://www.nytimes.com/2022/09/03/world/americas/chile-constitution-vote.html?action=click&module=RelatedLinks&pgtype=Article

¿Quién podría estar en contra de todo eso?

Bueno, la gente de Chile, para empezar. Rechazaron abrumadoramente la constitución en una votación reciente, evitando lo que casi seguramente habría llevado a una expansión masiva del poder estatal.

Los chilenos, al parecer, han aprendido una lección importante: cuando el Estado viene con regalos, siempre tiene un costo. Y esos costos suelen ser bastante altos.

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PANAMPOST.COM

Encuesta revela que 54% rechaza otra constituyente en Chile mientras las negociaciones entre los partidos...

Nuevo proceso constituyente es la séptima prioridad para los chilenos: 54% lo rechaza

Una nueva Encuesta revela que 54% rechaza otra constituyente en Chile, mientras las negociaciones entre los partidos avanzan con zancadillas.

El tema sobre otra constituyente aburre a los chilenos. Los debates entre los partidos para intentar llegar a un acuerdo nacional para instalar una convención que elabore un nuevo proyecto poco le importan a la mayoría en la calle. Ese es el resultado de la encuesta de Studio Público donde el 53,9% rechaza retomar un nuevo proceso.

Los hallazgos del sondeo están claros. Para los chilenos otra constituyente es su séptima prioridad. El asunto sólo es de interés para un 22%. En el primer lugar de la lista de sus asuntos de interés está la seguridad ciudadana y la delincuencia con un 48,1%, le sigue la mejora de la educación pública con un 29,6%, la mejora de la salud pública con 29,4%, la recuperación de la economía con un 26,5%, el control de la inflación con 25,2% y el combate al narcotráfico y crimen organizados con el 23%.

http://www.studiopublico.cl/assets/files/Track_Sem_26_09_V2.pdf

Sólo después de estas seis preocupaciones aparece la constituyente. La discusión al respecto les genera incertidumbre, hastío, rabia, impotencia y ansiedad. Todos estos sentimientos son tendencia entre el 60% de los participantes en el sondeo.

Condiciones que enredan

Los sondeos van en una dirección mientras las negociaciones entre los partidos políticos para alcanzar un pacto que rija a un nuevo proyecto constituyente avanzan con zancadillas y discrepancias. La rotunda victoria de la opción del Rechazo sobre la de Apruebo en el plebiscito del pasado 4 de septiembre -61% contra 38% – tiene complicadas a las organizaciones que buscan imponer sus condiciones apelando al resultado obtenido en la contienda de hace un mes.

PANAMPOST.COM

Los chilenos votaron este domingo en el plebiscito de salida de la nueva constitución en el que ganó la...

El Partido de la Gente (PDG) plantea para otra constituyente en Chile, por ejemplo, la elección de una comisión mixta entre el Congreso y un comité de expertos para crear el nuevo texto normativo así como también la necesidad de un plebiscito de entrada, la reposición del voto obligatorio, un órgano redactor sin escaños reservados y la modernización del Estado.

Otro de los ejes propuestos apunta a suprimir la participación de organismos internacionales durante el proceso para enfocar los debates en la institucionalidad nacional. También abogan por generar austeridad de los recursos destinados argumentando que el país está en un periodo de recesión económica en un documento filtrado por La Tercera.

https://www.latercera.com/politica/noticia/plebiscito-de-entrada-voto-obligatorio-y-sin-escanos-reservados-las-propuestas-del-pdg-para-continuar-con-el-proceso-constituyente/2YLJVIKIDRF2JGNMN6DBONM6RM/

Gasto con detractores

La petición es clave considerando que la anterior convención cuyo proyecto fracasó le costó al Estado 22.000 millones de pesos, una cifra que ronda los 20 millones de dólares. Otras toldas están en una tónica distinta. Según Bío-Bío “una veintena de legisladores republicanos, independientes, de Renovación Nacional, el Partido de la Gente, la Democracia Cristiana e incluso el movimiento Amarillos por Chile” armaron una mesa paralela de debate alegando exclusión en las conversaciones donde además participa el gobierno del presidente, Gabriel Boric con sus toldas aliadas: Frente Amplio, Apruebo Dignidad y el Partido Comunista.

El medio divulga que “algunos puntos que generan desacuerdo son la protección de la propiedad, incluyendo los fondos previsionales; el aprovechamiento de las aguas; y la protección del derecho a elegir en materia educacional, de salud y previsional”.

En discusión

El tiempo para definir otra constituyente en Chile corre. De los 125 días establecido por el Servicio Electoral para convocar a otra jornada comicial de esta índole ya transcurrieron 30 y no hay ninguna fórmula de elección que logre el consenso.

La propuesta del Partido de la Gente es elaborar un documento en un plazo “no mayor a seis meses”, con una “sistematización previa de la totalidad de los insumos disponibles” y también “con un periodo de debate efectivo”.

Al paso actual quizá el cronograma se extienda. Además, la contratación de exconvencionales por la administración de Boric en calidad de asesores tensionan. Ya diez aterrizaron en La Moneda en carteras de relevancia como Interior, Salud y Desarrollo Social. Leer las encuestas serviría de mucho.

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El ganador de la última elección y mino de la convencionales (eso se cree el wn), Jaime Barsa dando clases de "constitucionalismo"... este pelotudo aun no sabe que 63% del país dijo que no quieren las mierdas de ideas del progreweismo y los comunistas caviar??? csm

"Tiene que haber un acuerdo por una Constitución neutra", "...somos representantes de la voluntad popular", Jaime Bassa, ex-vicepresidente convencion constitucional, Octubre 2022

Miércoles 12 octubre de 2022 | 20:02

Bassa por nuevo proceso constitucional: "Tiene que haber un acuerdo por una Constitución neutra"

El exvicepresidente de la Convención, Jaime Bassa, hizo un análisis sobre el nuevo proceso constitucional que se está impulsando. "Tiene que haber un acuerdo razonablemente transversal por un camino intermedio", recalcó el exconvencional.

https://www.biobiochile.cl/noticias/nacional/chile/2022/10/12/bassa-por-nuevo-proceso-constitucional-tiene-que-haber-un-acuerdo-por-una-constitucion-neutra.shtml

FciuzG1XoAIULV5.jpg images?q=tbn:ANd9GcQZFTaSolWzFCZbfwjxgjS

Saludos

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PANAMPOST.COM

La coalición de Chile Vamos cerró las posibilidades a un acuerdo constitucional en octubre para evitar...

Oposición frustra acuerdo constitucional “octubrista” de Boric

La coalición de Chile Vamos cerró las posibilidades a un acuerdo constitucional en octubre, para evitar asumirlo como secuela del estallido de 2019.

Si el presidente de Chile, Gabriel Boric, pretendía lograr un nuevo acuerdo con las fuerzas políticas para convocar un nuevo proceso constituyente antes de finalizar octubre con el fin de unir la gesta al tercer aniversario del estallido social quedará con las ganas. La oposición le notificó al mandatario su desinterés en la celeridad de las negociaciones.

La coalición de Chile Vamos -conformada por la Unión Demócrata Independiente, Renovación Nacional y Evolución Política- frustra la intención del mandatario relacionar un eventual pacto como una secuela de la conflictividad que hundió al país en desmanes contra la propiedad privada y pública.

La oposición no permitirá ninguna relación simbólica con el largo episodio de violencia que caracterizó al estallido y del cual derivó el proceso constitucional que fracasó en el plebiscito del pasado 4 de septiembre.

PANAMPOST.COM

Los chilenos pudieron constatar que la realidad que les habían impuesto distaba mucho de lo que habían...

“La mayoría de las razones apuntan a que aún hay aspectos fundamentales que no están zanjados” revela La Tercera pero “el asunto también tiene una arista simbólica, ya que este mes se cumple un nuevo aniversario del estallido social del 18 de octubre de 2019 y la derecha no quiere relevar la fecha”.

https://www.latercera.com/politica/noticia/chile-vamos-notifica-al-oficialismo-que-no-firmara-un-nuevo-acuerdo-constitucional-en-octubre/DMHXVQ23U5C4TMECDHQL4VOW3Q/

El jefe de comité de la UDI, Iván Moreira ya lo confirmó afirmando que “en octubre no se va a firmar ningún acuerdo. Lo más relevante es que el gobierno no siga provocándonos”.

Presiones sin efecto

Según el medio, “La Moneda ha presionado a los partidos de gobierno para que aceleren las conversaciones y así cerrar el acuerdo este mes. El mismo deseo es compartido por las colectividades oficialistas, pero esa aspiración se ha ido diluyendo con los días y cada vez se ve más imposible de cumplir”.

Esa imposibilidad para cerrar un acuerdo es para el medio un “hecho irrefutable” que demuestra además la falta de pericia de Apruebo Dignidad y el Socialismo Democrático para generar consenso tras la derrota de la opción del Apruebo en la reciente contienda. En Evópoli comparten que el acuerdo “llegará cuando tenga que llegar”.

Plazos en contra

El senador Matías Walker de la Democracia Cristiana está claro en la dilatación del acuerdo constitucional de Boric y las consecuencias. “Espero que nos demos el mes de octubre para llegar a un acuerdo. Si no hay acuerdo en el mes de octubre, tendrá que plebiscitarse el mecanismo y la ciudadanía tendrá que elegir”.

De esa forma expuso el punto que angustia a Boric: los plazos para convocar a los chilenos de nuevo a las urnas y la fatiga ciudadana con respecto al tema considerando que el 54% de los chilenos rechaza la instalación de otra constituyente, al ser esta su séptima prioridad.

PANAMPOST.COM

Encuesta revela que 54% rechaza otra constituyente en Chile mientras las negociaciones entre los partidos...

Los partidos de Chile Vamos coinciden en negarle al Ejecutivo la designación de la fecha para la jornada donde se definiría si será un órgano redactor cien por ciento electo o uno mixto, con una proporción de expertos designados y la otra con representantes electos.

Condiciones en la mesa

Si bien la oposición tiene disposición para “cumplir la palabra empeñada de querer una nueva Constitución”, al gobierno de Boric le corresponde prepararse junto al Servicio Electoral (Servel) para llamar a votar entre abril o mayo en caso de un acuerdo.

“A nosotros el Servel no nos puede imponer fechas porque creo que con tres meses es suficiente para una elección”. Ese punto lo sinceró el secretario general de RN Diego Schalper. No será la primera vez en que el Servel tenga que acomodarse un poco para dar cuenta de algo que va más allá del Servel, que es cumplir con los plazos constitucionales”. El exconvencional Cristián Monckeberg cree que “el acuerdo constitucional debe estar a más tardar en noviembre, es el plazo fatal para permitir una buena tramitación en el Congreso”.

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Three years ago, in October 2019, they wanted to blow up all kinds of rules. These groups failed, so it...

Chile, tres años después: la misteriosa evaporación del 62% de los votantes

En octubre de 2019 hubo una explosión de enorme magnitud, mezcla de demandas sociales y violencia, donde se destruyeron iglesias, estaciones de Metro, buses de transporte y comercios. No sólo eso, sino que contó con apoyo, aprecio y validación en medios y grupos políticos, con homenajes que llevaron al Congreso a la primera línea de las barricadas. Incluso en los juzgados, desde que se inventaron los centros clandestinos de tortura.

El gobierno no supo cómo reaccionar y la policía se vio desbordada. El colapso del orden público derivó en una negociación y una salida política inesperada, una Convención que propondría una nueva Constitución para Chile, cuya culminación fue el plebiscito del 4 de septiembre, donde casi el 62% (61,87%) de los votantes rechazaron la propuesta.

Este resultado fue una gran sorpresa, ya que las encuestas pronosticaban una victoria para el rechazo, pero nadie anticipó una diferencia tan notoria. A pesar de la intervención del gobierno, la aprobación solo obtuvo el 38,13%.

Sin embargo, igual o más sorprendente es lo que sucedió a continuación, donde para un buen número de políticos y medios de comunicación aparentemente este resultado no se habría producido, y siguen actuando como si nada de esto hubiera ocurrido, con lo cual se abre el gran misterio es que sucedió con un voto tan claro y contundente.

Surge la pregunta, ¿qué está pasando con la clase política que no presta atención a lo que pasó y si creen en la desaparición de ese abrumador 62%? La impresión que dan es que muchos quieren repetir la Convención fallida.

Además, el gobierno fue derrotado en primer lugar porque estaba totalmente comprometido con la propuesta e intervino activamente con ese fin. Hoy está actuando como si ese plebiscito nunca se hubiera realizado, como si aún no hubiera resultado.

En segundo lugar, los partidos de gobierno propusieron para el futuro algo muy cercano a lo que fue derrotado, es decir, de 100 a 125 diputados electos para una nueva Convención, 9 escaños reservados, paridad entre hombres y mujeres, 25 a 30 diputados designados por los partidos, argumentando que el rechazo fue “solo” una propuesta, por lo que la cuestión constitucional sigue abierta.

En tercer lugar, importantes sectores de los dos grupos que gobernaron los últimos 30 años (Coalición Socialdemócrata y centroderecha) aparecen llenos de dudas y dispuestos a aceptar una versión más reducida de lo derrotado el 4 de septiembre, sobre la base de que se incorporaron “bordes” o limitaciones a lo que se podía hacer, para evitar el maximalismo refundacionalista y los excesos de la convención derrotada. Sí, una parte importante de la derecha también. Mi impresión es que hubo una negociación donde ambos esperaban la victoria del rechazo ese día, pero no la magnitud de la votación final. Tal vez, llegaron a acuerdos previos con el propio gobierno de Boric, en caso de que se desarrolle ese escenario.

Octubre de 2019 abrió el camino para la aceptación de la violencia, y es muy difícil que cualquier sociedad vuelva a la normalidad, ya que la democracia es, ante todo, la resolución pacífica del conflicto. En Chile, la experiencia previa con la violencia política fue que duró casi tres décadas. Apareció con la polarización de fines de la década de 1960, alcanzó un nivel terrible con las muertes y desapariciones de la dictadura militar, y sólo pudo ser superada en la transición a la democracia en la década de 1990.

En Chile, surgió el término “octubrismo” para describir lo aparecido en 2019, incluida la idealización de la violencia, que incluso estuvo presente en grupos de WhatsApp de amigos y/o familiares, lo que llevó a algunos a la autocensura. Chile no ganó nada con la revuelta, solo reveses para el país, además de mayor pobreza, incertidumbre y falta de oportunidades para la gente. Además de la violencia, también hubo una pérdida generalizada de respeto por las reglas, por todos. Se quedó y no se fue.

Igual de malo parece el hecho de que el octubrismo siga en el aire, ya que parte de la clase política mantiene el espíritu refundacional, a pesar de lo claro que fue el voto y el veredicto del plebiscito. También la intimidación de los demócratas. Nadie vio venir la violencia de octubre de 2019, ni nadie vio venir ese 62%. Se entiende que quieren solucionar el tema constitucional, pero es inaceptable que no quieran empezar a respetar lo que el pueblo decidió como soberano.

Ese es el punto de partida al que debe supeditarse todo lo demás, y se sustenta en la democracia, la institucionalidad republicana, la ley y la constitución vigente, la firmada en 2005 por el expresidente socialista Ricardo Lagos.

Ignorar a ese 62% que con su voto dio un camino más rentable que su aprobación de Chile, es una distorsión de la democracia, llamada partidocracia, es decir, que las directivas partidistas estarían por encima del voto ciudadano. El problema lo crearon los mismos chilenos que se rehabilitaron con ese inesperado 62%. Es decir, las reglas para avanzar ya existen. Y son claros.

El principio de oro de la democracia es que si la elección es legítima, se debe respetar la voluntad de los votantes. Al respecto, se puede comparar cuando Colombia (2-10-2016) y Reino Unido (24-06-2016) llamaron a plebiscito.

Colombia, por el acuerdo de paz entre el presidente Santos y la guerrilla de las FARC y el Reino Unido por su salida de Europa. En Colombia, la propuesta de Santos fue derrotada, pero aun así salió adelante, mientras que en Londres, a pesar de que la diferencia había sido pequeña, el veredicto contrario de las encuestas fue aceptado por partidarios y detractores, y hubo total respeto por el mandato recibió, incluso si no le gustó.

En Chile, la clase política parece no haber entendido el mensaje, a pesar de que las reglas del juego decían que, de rechazarse la propuesta constitucional, el país se regiría por la ley y la constitución vigentes, que prevén que cualquier futuro La reforma constitucional pasa por el Congreso Nacional, elegido democráticamente y recientemente. Cualquier alternativa necesita reformar previamente la constitución, de manera similar a lo que acaba de culminar y definitivamente el 4 de septiembre, no solo el contenido propuesto, sino que hubo un rechazo a la propia Convención; forma y fondo.

Chile no supo aprovechar una gran oportunidad, pero esa ventana ya se cerró. Lo que no se puede hacer es seguir los caminos de Evo Morales y Maduro, es decir, repetir las experiencias rechazadas hasta vencer, lo cual es contrario a la idea misma de democracia.
Luego de la violencia, en noviembre de 2019 y como parte de un acuerdo político, se abrió una ventana constitucional, donde el Congreso Nacional entregó temporalmente sus poderes constitucionales, que ahora le son devueltos en su totalidad. Ese plebiscito debe ser respetado por quienes se dedican a la política.

El brote hizo retroceder al país, son años perdidos y las causas de la crisis no se han resuelto. Además, la intelectualidad del país está en deuda, pues aún no ha aparecido una buena explicación y una reflexión de calidad y suficientemente profunda, tanto sobre la violencia como sobre el voto.

No debe haber dudas sobre la conveniencia y necesidad de seguir las reglas, aceptando que la autoridad constitucional recae en el Congreso, el cual debe cumplir con su deber, ya que el tema constitucional sigue pendiente, nada impide que se resuelva, mediante plebiscitos, tanto al principio como al final de las reformas que allí se plantean.

Hace tres años, en octubre de 2019, quisieron hacer saltar por los aires todo tipo de normas. Estos grupos fracasaron, por lo que sería absurdo volver al ciclo de agitación e incertidumbre. Ese 62% ya ha resuelto cuestiones básicas para todos, como que Chile sea una sola nación que permita y quiera dentro de sí la multiculturalidad a través del reconocimiento constitucional de sus pueblos originarios, pero no una plurinacionalidad que divida al punto de inviabilizar el país. El punto de partida es siempre el respeto total a la voluntad de ese 62%.

No sabemos todo lo que pasó en 2019 y tal vez hubiera sido necesaria una acusación constitucional contra el expresidente Piñera, pero esa posibilidad ya no existe. Lo que corresponde es mirar hacia adelante, respetar la democracia y el Congreso, llevar las reformas constitucionales a plebiscitos, entradas y salidas, sin convención y sin refundación.

No es cierto lo de la “excepcionalidad” chilena en la región. No hay ni debe haber superioridad moral ni arrogancia. Si mucha humildad en respetar las normas democráticas y las instituciones republicanas para concentrarnos en lo fundamental, que toda comparación nos demuestre que si hay algo difícil es redactar una buena constitución, para lo cual es necesario entender que las mejores son las que son más cortas, las que se escriben con goma de borrar en lugar de lápiz.

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It turns out Chilean voters aren't interested in following the path of Venezuela.

Caos Constitucional en Chile

El mes pasado, los chilenos acudieron a las urnas para rechazar rotundamente una nueva constitución propuesta para su república, con el 62% del electorado en oposición. Para un observador externo, esto podría parecer desconcertante. Hace apenas dos años, el país votó fuertemente a favor de celebrar la convención que redactó la nueva constitución propuesta que el público acababa de rechazar. La breve explicación es que la convención hizo un trabajo pésimo, confeccionando un documento plagado de contradicciones. Para tener una idea de lo que podría suceder a continuación, vale la pena entrar en más detalles sobre por qué el público buscó una nueva constitución.

La izquierda ha querido durante mucho tiempo reescribir la constitución de Chile. En 1970, cuando tres candidatos presidenciales dividieron el voto, Salvador Allende llegó primero con poco menos de las tres octavas partes de los votos. A lo largo de su tiempo en el cargo, Allende buscó una nueva constitución que lo liberara para actuar como quisiera, pero antes de que eso pudiera suceder, perdió la lucha por controlar las fuerzas armadas y fue depuesto en un golpe de estado, seguido de casi diecisiete años de gobierno autoritario.

Chile es conocido como una sociedad legalista, con papeleos y recibos para todo. Incluso el gobierno militar decidió presentar su propia constitución. Redactada por un panel de expertos legales, el Comité Ortuzar, la imparcialidad de la constitución propuesta desagradó al entonces dictador Augusto Pinochet, por lo que puso a sus ayudantes a trabajar haciendo modificaciones. Escritos y luego aprobados en un referéndum amañado de 1980, estos cambios se centraron en un par de artículos transitorios ya vencidos que ampliaron los poderes de Pinochet y retrasaron hasta finales de los años ochenta el retorno a la democracia. En una secuencia de eventos ahora famosa, Pinochet perdió un plebiscito de 1988 sobre si se le daría un mandato adicional de ocho años y durante la transición posterior el gobierno militar y la oposición civil negociaron un conjunto de reformas a la constitución que en 1989 fueron sometidas a referéndum honesto, en el cual fueron aprobadas. Pinochet fue reemplazado por un presidente elegido democráticamente en 1990, y desde entonces la constitución ha sido enmendada regularmente, la más reciente el 11 de marzo de 2022. El documento de hoy no es la carta que Pinochet impulsó en el referéndum contaminado de 1980.

Mucho se ha escrito sobre la pérdida del poder de Pinochet en 1988 en el marco de su propia constitución. La realidad es que la constitución, con su marco de restauración democrática, fue el precio que tuvo que pagar para mantenerse en el poder. Sergio Diez, miembro del Comité Ortuzar, afirmó que “es imposible construir un estado socialista” dentro de la constitución actual. La izquierda parece convencida de que tenía razón. Desde el regreso de Chile a la democracia en 1990, la izquierda ha seguido buscando una constitución en la línea deseada por Allende.

En 2016, la presidenta Michelle Bachelet, una socialista elegida a la cabeza de una amplia coalición de centro-izquierda, renovó el impulso a favor de una nueva constitución. Convocó una serie de asambleas municipales en todo el país en busca de información sobre lo que a la gente le gustaría ver en una nueva constitución. Al igual que una "encuesta de empuje", las reuniones no estaban diseñadas tanto para medir la opinión pública como para darle forma. La retroalimentación esporádica de estas reuniones parece no haber sido nunca analizada sistemáticamente. La iniciativa de Bachelet marcó el inicio de la actual campaña para derogar la actual Constitución de Chile. 

La izquierda está ansiosa por reemplazar la constitución actual de Chile con un documento más similar a las constituciones de Bolivia y Venezuela. En parte, esto se debe al principio de subsidiariedad incorporado en la constitución actual. El expresidente Ricardo Lagos destacó recientemente esto como su principal crítica a la carta del statu quo. Lagos señaló que cuando Argentina cortó el suministro de gas natural a Chile tuvo que colaborar con la comunidad empresarial para encontrar suministros alternativos de emergencia en el mercado mundial; hubiera preferido poder darles órdenes. Por supuesto, su ejemplo es revelador: pocas cosas unen a los chilenos como su aprecio compartido por sus vecinos del otro lado de la Cordillera de los Andes, y rápidamente se encontró una solución a la escasez de gasolina. Cuando todos están en la misma página, las instituciones son una cuestión de forma más que de sustancia. La subsidiariedad de la constitución y su reconocimiento de los derechos individuales y de la propiedad privada son más consecuentes cuando el público está dividido.

En 2018, Michelle Bachelet fue reemplazada por Sebastián Piñera al frente de una coalición de centroderecha. Cuando estalló la violencia política callejera en vísperas de la epidemia de Covid el Partido Comunista de Chile exigió un referéndum sobre la realización de una convención constituyente, y así en octubre de 2020, en medio de la pandemia y con participación voluntaria del electorado, el electorado optó por un contundente 56% margen para celebrar una convención constitucional para redactar una nueva constitución. Muchos en la izquierda creían que había una "mayoría silenciosa" de votantes de bajos ingresos que apoyarían las políticas de izquierda si pudieran acudir a las urnas. Esperaron, y obtuvieron, la estipulación de que la constitución propuesta se sometería a votación a favor o en contra en un plebiscito, con participación obligatoria de los votantes.

Desde 1990, un instrumento clave en el conjunto de herramientas legislativas de la derecha chilena ha sido reunir suficientes votos para bloquear las malas ideas. Las reglas de la convención especificaban un umbral de dos tercios para adoptar el texto, lo que permitía que una coalición minoritaria de un tercio más uno de los delegados de la convención detuviera el avance de las medidas. Dio la casualidad de que la derecha era demasiado optimista acerca de qué tan bien les iría a sus candidatos en las urnas, mientras que los comunistas tuvieron un éxito sorprendente al obtener una fuerte representación entre los escaños reservados para los candidatos indígenas. El resultado fue una convención en la que el porcentaje de escaños de la derecha constituía menos de un tercio de los delegados, dejándolos sin su capacidad habitual para bloquear medidas que no les gustaban, mientras que el bloque de delegados comunistas-indígenas, más numeroso, ejercía un veto de facto. La mayoría de los ausentes de la convención fueron los políticos de la coalición de centro-izquierda que había ocupado el poder durante la mayor parte de las tres décadas anteriores. En cambio, la mayor parte de los delegados restantes eran políticos aficionados imbuidos de la noción diletante de que el compromiso equivale a traicionar los propios principios. El resultado fue un documento compuesto por 388 artículos, más 57 artículos transitorios, repleto de medidas incompatibles y extremas.

La constitución propuesta definió al pueblo de Chile como compuesto por “naciones diversas”, con ciudadanos que tienen derechos individuales fundamentales, mientras que los pueblos indígenas, además, tendrían derechos colectivos. En una reverencia a los ecologistas, la “naturaleza” también disfrutaría de ciertos derechos inalienables. Además de violar el principio de igualdad de trato ante la ley, el estatus especial establecido por la constitución propuesta habría expuesto ambigüedades fatales sobre quién era indígena, ya que la mayoría de los chilenos tienen al menos alguna ascendencia americana precolombina. La misma constitución que exigía que todos tuvieran los mismos derechos también exigía que las mujeres constituyeran al menos el cincuenta por ciento del personal en todas las organizaciones estatales; estaba permitido tener más, pero no menos.

Este documento fundamental habría dado fuerza de ley constitucional a los acuerdos internacionales. Los artículos 151 a 158 preveían ampliamente las iniciativas populares en todos los niveles de gobierno y el voto popular para revocar leyes. El artículo 201 habría establecido una serie de comunidades “autónomas”, formadas sobre la base de criterios “demográficos, económicos, culturales, geográficos, socioambientales”, así como del nivel de urbanización, facultadas con “la autonomía para cumplir sus funciones y ejercer sus competencias”, una bendición para los traficantes de narcóticos. La constitución propuesta habría debilitado gravemente al Senado, creando lo que habría equivalido a una legislatura unicameral. También había una bolsa de sorpresas con más de cien artículos inaplicables que garantizaban los derechos a todo, desde un medio ambiente limpio hasta la educación digital. Los impuestos tendrían que ser progresivos, excluyendo tanto los impuestos al valor agregado como los impuestos por galón de gasolina. Con suficiente poder de cómputo, tal vez el gobierno podría tener impuestos al consumo con verificación de recursos. Un lector podría pasar interminables horas encontrando contradicciones entre la multitud de artículos expuestos en el documento propuesto. En la práctica, el poder judicial habría tenido que resolver la maraña contradictoria de derechos y facultades, dejando a la gente adivinar cómo dictaminaría el magistrado particular que confronta su caso. Este es precisamente el tipo de incertidumbre ex-ante que se supone que debe evitar un sistema legal que funcione bien.

Una vez develada, la constitución propuesta encontró críticas predecibles de la derecha, pero también, sobre la base de sus muchas contradicciones internas, de muchas voces de centro-izquierda. Sin embargo, muchos otros tomaron la postura de que el país había votado por una nueva constitución, y por lo tanto tendría una nueva constitución, con las fallas de diseño que se resolverían más adelante.

Mientras los chilenos acudían a las urnas, las encuestas de opinión indicaban que sería una decisión reñida. No era. Cuando se contó la tormenta de votos del plebiscito obligatorio, cinco octavos votaron a favor de rechazar, mientras que apenas tres octavos —la misma fracción ganada por Allende medio siglo antes— votaron a favor de aceptar la nueva constitución. Más personas votaron para rechazar en el plebiscito obligatorio que las que votaron en absoluto en el referéndum sobre si convocar a una convención.

Hubo sorpresas en la variación de votos entre los casi 350 municipios de Chile. Solo ocho dieron la mayoría de sus votos a la constitución propuesta. Más sorprendentemente, cuando dividieron los municipios en quintiles de ingresos, los investigadores Miguel Ángel Fernández y Eugenio Guzmán de la Universidad de Desarrollo descubrieron que cuanto más bajos eran los ingresos de un municipio, ¡más amplio era el margen por el cual rechazaba la constitución propuesta! Ordenados por la fracción de personas que se identificaron como indígenas, la mayor oposición se encontró entre los quintiles inferior y superior. Dadas las consideraciones especiales otorgadas a los grupos indígenas en la constitución, tal vez no sea una sorpresa que el quintil inferior no se sintiera atraído por la constitución propuesta, ¡pero esta antipatía también surgió entre las comunidades con la mayor fracción de población indígena! Tal vez fue la perspectiva de empoderar aún más a la autoproclamada élite indígena lo que encontraron poco atractivo: los incendios provocados y la violencia dirigida contra aquellos que no son del agrado de los líderes indígenas locales se han convertido en algo común en las zonas rurales del sur de Chile.

¿Qué pasará después? Incluso mientras se contaban las papeletas finales, el nuevo presidente electo de Chile, Gabriel Boric, acudió a la televisión para anunciar su apoyo a una segunda convención. Habrá más reformas constitucionales, ya sea en forma de paquete de enmiendas al documento existente, o presentadas como una nueva ley fundamental. Muchos chilenos temen profundamente que los partidos de izquierda conviertan a su país en una versión reciclada de la Venezuela de Nicolás Maduro. Los refugiados de la “República Bolivariana” están por todas partes en Chile, un recordatorio generalizado de las posibles consecuencias de elegir a la extrema izquierda. La aprobación ostentosa del gobierno bórico de los gobiernos totalitarios de izquierda de la región solo intensifica las preocupaciones del público. 

Haciendo campaña a la sombra de la Convención Constitucional, Boric fue elegido con la promesa de servir como presidente de transición que gestionaría el traspaso a la nueva constitución. Ahora se encuentra en un Uber, regresando del aeropuerto, el vuelo de Chile a Venezuela ha sido cancelado por los votantes. Tiene tres años y medio de mandato por delante. El presidente Boric ha virado ligeramente hacia el centro. Después del plebiscito reorganizó su gabinete, otorgando puestos más prominentes a los socialistas y disminuyendo el perfil del Partido Comunista. En su discurso posterior al plebiscito ante la ONU, el jefe de Estado de Chile incluyó una tardía solidaridad con los presos políticos en Nicaragua, y luego de haber rechazado apenas una semana antes las credenciales del embajador israelí, afirmó el derecho de la república levantina a existir.

John Londregan es profesor en la Escuela de Asuntos Públicos e Internacionales de la Universidad de Princeton. Ha realizado un extenso análisis de la política legislativa y electoral chilena desde la transición de la dictadura de Pinochet a la democracia, y es autor de Instituciones legislativas e ideología en Chile.

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Pese a los cuestionamientos enarbolados durante las revueltas hace tres años, el “modelo chileno”...

CRISIS ECONÓMICA, POLARIZACIÓN Y VIOLENCIA...

Tres años después de la convocatoria Constituyente, Chile profundiza su debacle

Hace tres años, Chile fue capturado por la violencia e insurrección producto de las revueltas del 18-O, con imágenes que no dejaron a nadie indiferente. Si bien se presenció una ciudadanía que se movió transversalmente a las calles, también se observaron disímiles actores que levantaban nuevas expresiones de conflictividades, las que generaron una profunda grieta entre los chilenos.

Hace tres años, también, la institucionalidad en su totalidad estaba en jaque. Por ello, ante una insurgencia incesante, con la amenaza de una insurrección que escalaba a niveles dramáticos, el expresidente Sebastián Piñera junto a líderes de todos los sectores políticos, firmaron el Acuerdo por la paz social y la nueva Constitución la madrugada del 15 de noviembre de 2019. No obstante, a pesar de que se abrió el proceso constituyente —rechazado contundentemente el 4 de septiembre pasado—, Chile no ha logrado volver a la paz y normalidad previa a octubre de 2019 que fue prometida en este pacto.

Tres años lleva Chile en un proceso político que aún sigue en curso, en el que se disputan las visiones sobre persona, sociedad y Estado desde miradas tan antagónicas que no logran dialogar en una gramática común. Por ello, el presente artículo, a diferencia de los anteriores, busca presentar una mirada reflexiva del Chile actual.

Pues, si bien el análisis de los distintos acontecimientos nos sirven de termómetro coyuntural, también es necesario detenerse y mirar lo transcurrido para abordar los fenómenos de manera reposada y recordar cuáles son sus horizontes, para comprender que el actual escenario chileno se ha articulado tramposamente.

Distintos sondeos de opinión, previos al 18 de octubre de 2019, sostenían que escribir una nueva Constitución no era una prioridad para los chilenos. De hecho, las demandas más relevantes, para ese entonces, eran las pensiones, el aumento del costo de vida (a propósito del aumento de 30 pesos chilenos en el pasaje del transporte público (apenas unos 0,03 euros), mejorar el acceso a la salud y la educación. Mientras que el Congreso, la entonces oposición (ex Nueva Mayoría y Frente Amplio) como también el sistema de partidos políticos en general, los Tribunales de Justicia y Fiscalía eran las instituciones peor evaluadas por los chilenos.

De hecho, según la encuesta Cadem del 6 de octubre de 2019, las instituciones mejores evaluadas por la ciudadanía eran la Policía de Investigaciones (PDI) con un 80% de aprobación, el Registro Civil (77%), la Armada/Marina (66%), y la policía chilena, Carabineros (61%) —instituciones que fueron víctimas por la opinión pública en la revuelta—.

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Los últimos resultados de la Encuesta Cadem arrojaron que un 85% de los chilenos aprueba la idea de retirar...

Igualmente, para las semanas previas al 18-O no se encontraba la demanda de un cambio constitucional aunque, desde luego, las izquierdas han empujado esta agenda desde mucho antes de la insurrección. Un ejemplo lo tenemos con el sociólogo Tomás Moulian, quien escribió el libro “Chile actual: anatomía de un mito” en 1997.

Con una aguda hermenéutica, empujó la idea de la deconstrucción de la institucionalidad chilena. Es más, ya en esa época él había criticado que el sistema educativo se sustentaría en el mercado (adelantándose o, quizás, impulsando los discursos de las movilizaciones estudiantiles de 2011) y que la Constitución estableció un modelo que genera malestares. Desde luego, posteriormente aparecieron varias figuras izquierdistas que continuaron con tesis similares, como Fernando Atria y Alberto Mayol.

No obstante, y a pesar de lo anterior, la realidad es que el “modelo chileno” ha generado grandes avances que se han manifestado tanto cuantitativa como cualitativamente en la vida de los chilenos. La pobreza ha disminuido drásticamente desde 1990, ya que según los datos de la Encuesta Casen, para dicho año 68,5% de los chilenos se encontraban en esta situación; para el 2000 se redujo al 37,6% y para el 2017 disminuyó a 8,6% (todas estas cifras están actualizadas a la nueva metodología de Casen).

Sin embargo, con la incertidumbre que se instaló desde el 18-O, es probable que esta tendencia se haya detenido y hasta revertido, pues, entre el presente mes y enero de 2023, se está realizando una nueva medición de Casen del Chile actual.

Igualmente, se ha demostrado empíricamente que el “modelo chileno” ha sido exitoso con los buenos índices de escolaridad; que la desnutrición infantil y analfabetismo han sido superados; las matrículas en educación superior han aumentado contundentemente en las últimas décadas —y las mujeres superan ya a los varones en dicho nivel—; como también en el aumento de esperanza de vida.

Asimismo, la confirmación de que los chilenos sienten que están mejor que sus padres, constata que los pilares institucionales han sido exitosos, siendo un referente para los países del vecindario latinoamericano. Esto no implica desconocer que existían situaciones que se debían corregir y mejorar, pero tampoco supone un argumento para refundarlo todo.

Con todo, el 18-O instaló una profunda grieta y nos alejó del sendero del progreso. Dividió a los chilenos, a familias y amigos, porque se instalaron falsos antagonismos mientras se consolidaba un círculo vicioso en la institucionalidad, con medidas populistas como los retiros anticipados de las pensiones aprovechándose de la pandemia.

De hecho, objetivamente el Chile actual no está mejor que el de hace tres años. Así lo develó la encuesta Cadem del 18 de octubre del presente año, que demostró que estamos peor en todas las dimensiones y que no se ha avanzado en nada. Es más, los chilenos están demandando no solo las problemáticas previas al 18-O, sino que se han sumado otras: la inflación; la inmigración irregular descontrolada; el aumento de la violencia asociada a la delincuencia y el narcotráfico (han llegado carteles que jamás habían pisado tierra chilena); y una insurrección desatada en La Araucanía (que ha escalado dramáticamente con el pasar de los años).

A lo anterior hay que agregar los ánimos canceladores, la cultura “woke” o progresista, que asume la deconstrucción como una estrategia para modificar el sentido común, buscando aprovecharse de los más vulnerables como los niños con iniciativas como la Educación Sexual Integral (ESI), y desconoce la dignidad de la persona humana con el aborto, la eutanasia, o poniendo al ser humano al mismo nivel que los animales y la naturaleza, tal como quedó consagrado en la propuesta de nueva Constitución rechazada en septiembre.

En suma, la polarización y la violencia continúan en el país. Los grupos insurreccionales como los “overoles blancos”, los ataques en La Araucanía, los homicidios por la delincuencia desatada son la nueva normalidad. Por ello, es dable afirmar que la paz prometida en el Acuerdo por la paz social y la nueva Constitución nunca llegó a pesar de que se abrió un proceso constituyente.

Aquí, conviene detenerse brevemente. Porque si bien los chilenos aprobaron la redacción de una nueva Constitución en el plebiscito de entrada (octubre 2020), con una lectura reposada es posible desvelar que fue una respuesta ciudadana, a una idea ficticia que presentó la institucionalidad, para detener la insurrección desatada a lo largo del país.

Igualmente, fue un error de los actores políticos tratar de negociar con una insurrección molecular porque estaban bajo asedio; por tanto, no tenían capacidad de negociar —lo que quedó demostrado con el desarrollo de la ex Convención Constitucional—. Desde luego, se abrieron a un proceso que ni siquiera era una demanda ciudadana en ese entonces si no, más bien, una agenda política de los viudos de la Unidad Popular de Salvador Allende.

Lo anterior no es baladí. El próximo año se cumplen 50 años del Pronunciamiento Militar, gestión que liberó a Chile del yugo marxista-leninista, de la instauración de la dictadura del proletariado. Un clivaje de Guerra Fría, claro, pero uno que sigue vigente en la sociedad chilena. Estos fantasmas han estado recorriendo Chile y estuvieron cerca de lograr su cometido, pero fueron frenados por la voluntad de los chilenos con el Rechazo a la propuesta de Constitución.

Empero, el actual gobierno frenteamplista no se rinde fácilmente, ya que el presidente Gabriel Boric tiene en curso dos reformas que buscan desmantelar los pilares institucionales: la reforma tributaria y la de pensiones.

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Gabriel Boric, anunció la Reforma Previsional, que fue una de sus promesas de campaña, para eliminar...

En definitiva, desde hace tres años Chile está retrocediendo en todo lo avanzado las últimas décadas. Y por sesgos ideológicos, las izquierdas no quieren reconocer que el proceso político en curso es dañino para el país y el tejido social.

Por su parte, las figuras políticas del centro, independientes y algunas de las derechas que insisten en continuar con el proceso constituyente deben abocarse a las urgencias pendientes y a las nuevas, no a maniobras políticas. Si quieren negociar, que sea a favor de los chilenos y no de los réditos políticos-electorales propios.

Además, que las derechas entren en discusiones del “Estado social de derechos” es una trampa, ya que es jugar en la cancha semiótica de las izquierdas, es decir, se comienza perdiendo. Finalmente, el Acuerdo por la paz social y la nueva Constitución ha sido una pantomima, ya que abrió todo tipo de escenarios anómicos, alejándonos de la promesa de un orden institucional y la deseada paz.

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Lo bueno es que hoy por hoy de a poco se esta diluyendo ese tema del proceso constituyente y la razon es que Boric, el PC y el frente amplio saben que asi en estas condiciones no les conviene hacer un nuevo proceso y el motivo es que si hacen una eleccion de convencionales ahora mismo ellos si o si esta vez seran minoria ya que con lo bajo y rasca que esta el gobierno hoy por hoy es imposible que la gente vote en masa por gente del PC Y Frente amplio y los amigos de Boric  😃

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https://panampost.com/gabriela-moreno/2022/11/23/nuevo-proceso-constituyente-en-chile-esta-en-el-limbo/

Nuevo proceso constituyente en Chile está en el limbo

La contundencia del rechazo a la propuesta sometida a votación en el plebiscito del pasado 4 de septiembre caldea los ánimos del oficialismo, para definir las condiciones del nuevo proceso constituyente. La revisión de los cuatros propuestos elaborados por los cuatro sectores políticos inmersos en las negociaciones —oposición, oficialismo, demócratas y centro— complica y enreda este camino.

Los debates sobre un nuevo proceso constitucional en Chile están en limbo. Las reuniones de los partidos aliados del presidente Gabriel Boric con la oposición terminan en nada, por lo tanto, las posibilidades de un acuerdo para impulsar otra vez la elaboración de una Carta Magna lucen cada vez más lejos.

La contundencia del rechazo a la propuesta sometida a votación en el plebiscito del pasado 4 de septiembre caldea los ánimos del oficialismo, para definir las condiciones del nuevo proceso constituyente. La revisión de los cuatros propuestos elaborados por los cuatro sectores políticos inmersos en las negociaciones —oposición, oficialismo, demócratas y centro— complica y enreda este camino.

https://panampost.com/gabriela-moreno/2022/09/04/gano-el-rechazo-chile-boric/

El diputado de la bancada del Partido por la Democracia, Raúl Soto, admite que la constituyente está sin acuerdo y es poco probable que pueda cerrarse este mes como lo tenían en agendas las colectividades mientras que el presidente de Convergencia Social, el legislador Diego Ibáñez, reprocha la dilatación para establecer una hoja de ruta, divulga Bío-Bío.

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Sin grandes avances terminó una nueva reunión de los partidos, por un nuevo proceso constituyente; y...

Propuestas con espinas

El sector opositor reunido en la coalición de Chile Vamos considera clave para la organización de un órgano constituyente de un máximo de 50 integrantes —similar al Senado— que deberían ser elegidos en votación directa, por circunscripciones senatoriales, en consideración a las regiones que existen en el país, cada una de las cuales constituirá, a lo menos, una circunscripción. De esa forma intentan esquivar el nudo electoral que representa asignar escaños reservados.

La propuesta del Socialismo Democrático y Apruebo Dignidad, coaliciones a favor del gobierno de Boric, va en otra dirección. Su plan es la elección de un órgano con paridad de género bajo el nombre de “Cabildo Constitucional” con 99 representantes, incluyendo nueve escaños reservados.

Esta vez apuestan por la eficiencia que escaseo en la anterior convención envueltas en polémicas y escándalos al reducir el funcionamiento de un año a cinco meses, desde mayo a septiembre de 2023 para convocar otro plebiscito antes de finalizar el año. Además desde la Moneda plantean la creación de un comité de expertos, no vinculante, para que elabore un anteproyecto.

La ciudadanía como comodín

Con tres meses de negociaciones sin resultado, el Partido Demócratas propone una consulta a la ciudadanía sobre el camino que debería seguir el país para tener una nueva Constitución ofreciéndole como opciones, la preferencia por un órgano constitucional 100% electo, la escogencia de un comité de expertos con 60 integrantes.

Mientras, los Amarillos por Chile -partido de centro y centro izquierda- aboga por un Consejo Constituyente 100% designado por el Congreso Nacional, que redacte una nueva Constitución, sobre la base de los 12 bordes institucionales, y sometido a un plebiscito de salida.

Una crisis en la Cámara

A Boric le complica la demora. Reconoce que la constituyente sin acuerdo es “una bomba de tiempo” porque se dejaría “pasar el momento constitucional”. El mandatario sabe que “hay algunos que dicen que esto no es prioridad pero hay cosas que eventualmente pueden no ser prioridades urgentes, pero sin embargo son muy importantes. Y el tema constitucional es sin lugar a dudas uno de ellos”.

https://panampost.com/jose-gregorio-martinez/2022/09/05/cinco-datos-triunfo-del-rechazo/

Boric vaticina una crisis e incluso cree que será “muy difícil” convencer a la ciudadanía sobre la voluntad para cambiar la Constitución después.  

Sin embargo, la crisis por la constituyente sin acuerdo ya comenzó y extrapola a la Cámara de Diputados donde Chile Vamos junto al Partido Republicano y el Partido de la Gente acordaron presentar una moción de censura contra 13 presidentes de comisiones en manos de dirigentes del socialismo y el comunismo para pasar de liderar tres -minería y energía, deportes y recreación y agricultura, silvicultura y desarrollo rural- a 16 con estas que ahora pretende sumar.

En el lote de comisiones que la oposición aspira a reconquistar destacan la de defensa nacional, seguridad ciudadana, desarrollo social, superación de la pobreza y planificación y economía y fomento.

“Las fuerzas políticas han cambiado” afirma el jefe de bancada de Evópoli, Francisco Undurraga y con esa visión ejercerán la democracia para traspasar el mando de las comisiones, un movimiento que estremecerá las negociaciones de la constituyente.

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Acuerdo para otra constituyente en Chile exprimirá las arcas del Estado

https://panampost.com/gabriela-moreno/2022/12/13/acuerdo-para-otra-constituyente-en-chile-exprimira-las-arcas-del-estado/

Acuerdo para otra constituyente en Chile exprimirá las arcas del Estado

Los fondos estatales de Chile tendrán que prepararse para destinar otros 79 millones de dólares, con el objetivo de financiar el acuerdo constitucional.

Chile instalará un nuevo proceso constitucional en 2023. La decisión ya está tomada. Los partidos políticos lograron un acuerdo para crear un órgano mixto compuesto por miembros electos y expertos designados por el Congreso para redactar otra propuesta de Carta Magna.

Con este acuerdo constitucional, las distintas fuerzas políticas intentan sepultar el rechazo en el plebiscito de salida del proyecto de 178 páginas que contenían 388 artículos y 54 normas transitorias elaborado por el hemiciclo anterior. Sin embargo, el anuncio implicará un gasto público millonario que exprimirá las cuentas corrientes de Chile cuyos saldos van en picada.

Los fondos estatales tendrán que prepararse para destinar otros posibles 68 mil millones de pesos chilenos, un monto equivalente a 79 millones de dólares, para cubrir la elección, instalación, funcionamiento y campañas del nuevo “Consejo Constitucional” cuando la cuenta corriente de la balanza de pagos de la nación perdió 9.428 millones de dólares en ingresos en el último trimestre, una cifra que ronda el 9,9% del Producto Interno Bruto.

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La necesidad de financiamiento externo alcanzó todo un récord. El vicepresidente del Banco Central...

Acuerdo con efectos 

Es para preocuparse. El saldo de la cuenta corriente mide contablemente el intercambio de bienes y servicios y otras transacciones entre un país y el resto del mundo, cuando mayor son las exportaciones y otros ingresos recibidos mayor será el saldo, cuanto mayor son las importaciones y otros pagos al exterior la caída es inmediata. Además, la clasificación crediticia por las agencias internacional también van en caída ante el debilitamiento fiscal.

https://www.latercera.com/pulso/noticia/moody-baja-la-clasificacion-crediticia-de-chile-a-a2/2DYD6FPEZ5FQ3F5DYZM5T26MMA/

Así se enrumba Chile a otra constituyente pero “todos los datos, partiendo por el informe política monetaria del Banco Central indican que el próximo año va a ser particularmente complejo en materia de crecimiento y el país ya está en un proceso recesivo del cual parece que será muy difícil salir. Si se suman las dificultades para el control de la inflación y un nuevo un proceso constituyente que, básicamente agrega incertidumbre jurídica se generará un cóctel muy explosivo” pronostica el dirigente del partido Unión Demócrata Independiente, Giovanni Calderón, en entrevista con PanAm Post.

https://www.bcentral.cl/documents/33528/3909484/IPoM_Diciembre_2022.pdf/6b587a23-6c5c-b0a2-2510-5ae1cbf8e117

La visión de Calderón se basa en que “no está claro todavía si las medidas que se han venido implementando durante todo este año por parte del Banco Central lograrán contender los indicadores. Por primera vez, la tasa de interés que venía escalando rápidamente no aumentará pero cuando se tiene una economía que está decreciendo el primer afectado es el empleo y con una inflación que todavía no da signos de alcanzar niveles siquiera parecidos a los que estaban acostumbrado Chile de 5% anual, el escenario se vuelve aún más complejo”.

Percepciones a la baja

El dirigente de la UDI admite que Chile depende de una economía donde los recursos naturales -cobre y litio- son vitales. Sin embargo, las expectativas mineras son pésimas ya. Una encuesta del Centro de Estudios del Cobre y la Minería (Cesco) y la consultora Vantaz Group arroja que 78,5% de los ejecutivos y proveedores el país considera desfavorable la situación económica actual y 76,2% califica de negativo el escenario social, de acuerdo con el informe Señales de la Minería. Solo un 34,6% cree que el precio del cobre aumentará en dos años y un 40% que el valor del carbonato de litio despegará en el mismo período.

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La encuesta al respecto fue publicada en el informe Señales de la Minería, elaborado por el centro de estudios...

Estas percepciones en debacle representan un desafío para el gobierno del presidente, Gabriel Boric, quien carece de apoyo político sólido y batalla permanentemente por la caída de su aprobación a mínimos históricos -por debajo del 30%- para sostenerse en La Moneda.

Un proceso sin certezas

El cuestionamiento al acuerdo constitucional abunda en redes sociales y al interior de las toldas porque implica -en teoría y práctica- la continuidad de un proceso que la ciudadanía entendió como cerrado luego del resultado de plebiscito de salida del 4 septiembre donde la opción del «Rechazo» se impuso con 61,87% de los votos, mientras que el «Apruebo» consiguió 38,13%.

https://panampost.com/gabriela-moreno/2022/09/04/gano-el-rechazo-chile-boric/

Esta vez, “al no haber plebiscito de entrada se entiende que la continuación del proceso anterior cuando el artículo 142 de la de la Constitución vigente establece explícitamente que al ser rechazada la propuesta de la comisión sigue vigente la Constitución actual” precisa Calderón.

Ese mandato se hizo a un lado para asumir que la votación de 2020 que aprobó la redacción de una nueva normativa permanecerá eternamente vigente cuando no hay sustento lógico, jurídico ni político para pensar que la ciudadanía mantendrá de una manera determinada la misma opinión en el tiempo.

“Hay un problema de legitimidad y el curso de los días y el tiempo lo comenzará a hacer más presente porque la ciudadanía ve con extrañeza lo acordado. Las prioridades son otras, como la seguridad o la atención a la migración”.

Boric sin fuerza

¿Qué pasará con el gobierno de Boric si el rechazo vuelve a imponerse? “Es tremendamente incierto el panorama” responde Calderón pero destaca que podría transformarse en un referéndum revocatorio porque una segunda derrota consecutiva para este gobierno que está en una condición de fragilidad muy grande sería letal.

https://panampost.com/luis-beltran/2022/09/16/el-error-constitucional-en-chile/

Boric necesita ganar esta revancha constitucional. Sin embargo, los obstáculos para conseguirlo están a la vista: el acuerdo requiere de apoyo en la Cámara de Diputados e incluso en Senado para concretarse.

Ambas instancias serán clave considerando que ahora debe aprobarse una reforma constitucional que habilite el nuevo proceso constituyente y esa tramitación necesita un quorum de 4/7 para materializarse.

Nadie puede cantar victoria por el acuerdo constitucional en Chile. En el parlamento se necesitarán 89 votos de los 155 diputados que lo componen y si estos se logran, el proyecto pasaría al Senado donde el un quorum de 4/7 equivale a 29 senadores y la derecha tiene 25.

La tensión recién comienza. Hay congresistas que tienden a tener opiniones discrepantes con sus bancadas. El caso de la diputada izquierdista, Pamela Jiles sirve de espejo. Si bien apoyó el retiro de los fondos previsionales ahora rechaza una nueva constituyente.

La materialización del acuerdo constitucional en Chile cuyo calendario estima elegir en abril a los convencionales para instalar el órgano en mayo, entregar el proyecto en octubre y someterlo en noviembre a votación obligatoria tiene primero que superar el andamiaje institucional para entrar vigencia. Ahí está la gran encrucijada de una iniciativa que transcurrirá con los indicadores económicos a la baja.

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El acuerdo constitucional contempla que el órgano redactor estará formado por 50 miembros electos por la...
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https://panampost.com/gabriela-moreno/2022/12/15/cinco-puntos-sin-respuesta-en-el-nuevo-acuerdo-constitucional-de-chile/

Cinco puntos sin respuesta en el nuevo acuerdo constitucional de Chile

El acuerdo constitucional de Chile carece de certezas sobre los recursos que se destinarán al proceso y normas que lo regirán.

Ni una letra incluye el nuevo acuerdo constitucional en Chile sobre cuánto serán las remuneraciones de los expertos que participarán ni sobre el reglamento que se adoptará, el rol de universidades, municipios y los plazos del Servicio Electoral (Servel) para convocar a la ciudadanía a las urnas.

Las negociaciones entre las fuerzas políticas quedaron cortas a pesar de haber extendido las discusiones durante tres meses para llegar un consenso. Un reporte de ExAnte revela que “hay detalles que quedaron abiertos”.

https://panampost.com/gabriela-moreno/2022/12/13/acuerdo-para-otra-constituyente-en-chile-exprimira-las-arcas-del-estado/

https://www.ex-ante.cl/los-5-puntos-ciegos-del-acuerdo-constitucional-y-las-formulas-para-destrabarlos/

La subsanación se espera que ocurra en la redacción de la reforma que habilitará la nueva vía constitucional tras su discusión en el Congreso y Senado pero no hay certeza de que ocurra.

Hasta ahora sólo trasciende que el grupo de expertos elaborará un anteproyecto no vinculante, que servirá como insumo principal del ente constituyente, mientras el medio divulga que permanece en un punto ciego lo siguiente:

https://panampost.com/gabriela-moreno/2022/12/05/chilenos-2023-pesimismo-89-estacando/

Pagos en duda

El contenido del “Acuerdo por Chile” -como bautizaron el pacto- se divulgó a la opinión pública sin especificar si los 24 expertos que participarán en la redacción de la nueva Carta Magna, los 14 miembros que conformarán el Comité Técnico de Admisibilidad y los 50 integrantes electos percibirán algún pago. A la Comisión Constitución de la Cámara de Diputados le corresponderá zanjar este punto tras el debate que propició el presidente de la plenaria, Vlado Mirosevic al señalar que “servirán a Chile por compromiso sin recibir remuneraciones”.

Sin reglas claras

Si la anterior Convención Constitucional demoró dos meses y medio para concretar un reglamento general -lo cual alargó a un año la redacción del proyecto que debía terminar en un máximo de nueve meses- ahora las opciones son utilizar el mismo del Senado para evitar retrasos.

Expresidentes en jaque

El arribo de los expresidentes Eduardo Frei, Ricardo Lagos y Sebastián Piñera como parte del grupo de expertos que acompañará el nuevo proceso constitucional es un punto en discusión en el limbo ante la oposición a algunos partidos a esta posibilidad por tender a “polarizar” el proceso. Según ExAnte el “Acuerdo por Chile” solo se estipuló que no podrían ser parte de la Comisión quienes tengan inhabilidad para ser candidatos a cargos de elección popular. 

Universidades y municipios sin espacio

Ni las asociaciones de municipalidades que expusieron sus opiniones respecto del nuevo proceso constitucional durante las negociaciones ni las representaciones de las universidades tienen garantía de que contarán con un espacio en el proceso.

Elecciones con plazos en contra

El acuerdo de los partidos contempla que las elecciones para escoger a los 50 miembros de la constituyente serían en abril y el plebiscito de salida en noviembre pero el Servicio Electoral ya notificó que estos comicios pueden ejecutarse en mayo y diciembre de 2023 alegando que se requieren 140 días para definir el registro electoral, desde que la reforma constitucional que habilite el nuevo proceso sea firmada por el presidente, Gabriel Boric.

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https://panampost.com/gabriela-moreno/2022/12/16/amnistia-internacional-constituyente-boric/

Amnistía Internacional se declara en «alerta» frente a la constituyente de Boric

Amnistía Internacional no es la única interesada en el proceso constituyente de Chile. El gremio empresarial también tiene expectativas. La aparición de un pikachu o un dinosaurio en la nueva plenaria -como sucedió en la anterior- resultará imperdonable.

El nuevo proceso constituyente de Chile que impulsa el presidente, Gabriel Boric, tendrá encima los radares de Amnistía Internacional. La organización anunció que vigilará la elaboración del proyecto de Carta Magna que comenzará el próximo año para garantizar que cumpla con los principios fundamentales de los derechos humanos.

Además, la organización estará «alerta» en el transcurso de las jornadas de debate para mantenerlo en la línea de la transparencia, inclusión y participación que se promete a la ciudadanía, tras el fracaso de la anterior constituyente en el plebiscito de salida de septiembre, donde la opción del rechazo se impuso con 62% de los votos.

Lo relevante

Según el calendario del acuerdo constitucional firmado por las distintas fuerzas políticas, las elecciones para escoger por votación popular a los 50 integrantes del “Consejo Constitucional” serán en abril. Sin embargo, Amnistía Internacional insiste en que lo “relevante» es la especificación «de manera detallada» de las características y requisitos que deben cumplir quienes serán designados para formar parte del Comité de Expertos.

https://panampost.com/gabriela-moreno/2022/12/15/cinco-puntos-sin-respuesta-en-el-nuevo-acuerdo-constitucional-de-chile/

La instancia aboga por un mecanismo claro para su designación, pero hasta ahora sólo trasciende que los expertos serán designados por el Congreso (12 por el Senado y 12 por la Cámara de Diputados). También, bajo su responsabilidad estará la presentación de un anteproyecto que servirá de base al Consejo Constitucional electo por la ciudadanía para encaminar la propuesta final.

«Es importante asegurar que quienes participen en el proceso constituyente sean representativos de la diversidad del país y actúen con imparcialidad en todo momento», apuntó la organización.

Con expectativas

Amnistía Internacional no es la única interesada en el proceso constituyente de Chile. El gremio empresarial también tiene expectativas. La aparición de un pikachu o un dinosaurio en la nueva plenaria -como sucedió en la anterior- resultará imperdonable.

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El gran empresariado pidió un proceso constituyente serio para impulsar la inversión, mientras la Cepal destacó...

Para el sector privado es vital “la seriedad” para impulsar la inversión o sostener la actual ante los pronósticos de 1,1% de contracción que sufrirá la economía en 2023. Citando las previsiones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) que anticipan un crecimiento negativo para la nación, exigen jornadas a la altura del compromiso.

Destacan que el próximo año Chile tendrá crecimiento negativo, sobresaliendo por su mal desempeño en comparación con la región, considerando que las métricas del bloque de países pasaron de 1,7 hasta 1,3% el próximo año, pero la previsión de la economía chilena está muy por debajo del promedio al rondar el 1,1%.

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https://panampost.com/jcuevas/2022/12/17/chile-y-su-eterno-proceso-constituyente/

Chile y su eterno proceso constituyente

Lamentablemente, una vez más y como de costumbre, los políticos de izquierda quieren seguir con el proceso Constituyente y muestran sus nulas credenciales democráticas cuando pierden las elecciones. La sorpresa es que a esto se sumaron los políticos de derecha, es decir una vez más, han validado un nuevo proceso Constituyente. Ganó el rechazo, pero la Constitución hay que modificarla sí o sí. ¿Hasta cuándo? Hasta que gane la que le guste a la izquierda.

Chile experimentó el 2019 un tremendo malestar ciudadano y la izquierda, por medio de la violencia, trató de derrocar el gobierno del presidente Sebastián Piñera (electo democráticamente por una inmensa mayoría). Todo orquestado por la extrema izquierda, apoyo internacional y un «estallido social» nada espontáneo, de manual tipo el «Caracazo».

Si bien había un creciente malestar social, debido al débil crecimiento de los últimos 10 años, luego del frenazo del gobierno de Michelle Bachelet, Chile creció entre 1,8% – 2% los últimos 8 años, es decir estos índices subieron en menor escala que el crecimiento de la población, el cual se ubicó en 2,3%. Esto sumado a carteles de empresas, colusión de precios, empresarios delincuentes y políticos corruptos, quienes generaron protestas como NO+TAG, condonación de la Carga Anual Equivalente (CAE), eliminación de contribuciones y muchas otras demandas. Nadie pidió una nueva Constitución.

Ahora como los políticos se vieron completamente arrinconados y la derecha chilena, cobarde y cómoda, decidió cumplir el sueño a la izquierda de regalar la Constitución, entonces, los políticos entre gallos y medianoche inventaron un proceso Constituyente, un «Acuerdo por la Paz», el cual jamás se cumplió.

Hicieron un plebiscito de entrada, donde votó una cantidad significativa de chilenos, con un resultado de que 78% de las personas creían que Chile debía tener una nueva Constitución y el mecanismo sería una convención. Luego de terminado el texto, existiría un plebiscito de salida, donde en el caso de ganar la opción apruebo se comenzaría la implementación de una nueva Constitución y de ganar rechazo, quedaría vigente la carta magna actual y el proceso terminaría.

La incertidumbre fue tremenda, hubo una fuga de capitales pocas veces vista, y nadie sabía que pasaría si ganaba el Apruebo. Existió mucho temor en el sector privado, y en el Plebiscito de salida votando con voto obligatorio una mayoría abrumadora votó rechazo, el proceso debía terminar y se debía mantener la actual Constitución.

Lamentablemente, una vez más y como de costumbre, los políticos de izquierda quieren seguir con el proceso Constituyente y muestran sus nulas credenciales democráticas cuando pierden las elecciones. La sorpresa es que a esto se sumaron los políticos idiotas, canallas y sinvergüenzas de derecha, es decir una vez más, han validado un nuevo proceso Constituyente. Ganó el rechazo, pero la Constitución hay que modificarla sí o sí. ¿Hasta cuándo? Hasta que gane la que le guste a la izquierda.

Gracias a la UDI, RN, Evópoli, independientes y los partidos de izquierda, además de la aberración comunista, entraremos en un nuevo proceso Constituyente. Un país con una inflación descontrolada, en recesión, con una delincuencia desbordada, y problemas muy complejos que a los políticos no les interesa legislar.

Mientras tanto, en La Moneda el inútil de Gabriel Boric acumula desaprobación y se niega a gobernar. Curiosamente, hoy no están los mismos que llenaban las calles de manera organizada todos los viernes en Santiago por el alza de 30 pesos en el pasaje del metro, a pesar de que con Boric subirá 100 pesos. Ahora, no pasa absolutamente nada, nadie protesta y debemos creer que todo fue espontáneo. También con los retiros de las AFP y un largo listado.

Tampoco se sabe si habrá un nuevo plebiscito de entrada o lo resolverán los mismos políticos. Vulnerando de manera grotesca la democracia, haciendo caso omiso del triunfo del Rechazo. Y vuelta financiar esta estupidez de eterno proceso constituyente.

PD: Información adicional

 

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Un ayuda memoria para los comunistas caviar:

La Ministra de Propaganda y Censura, Camilita, primero diciendo que todo terminaba el 4 de Septiembre, 3 doritos después diciendo que todo sigue, entonces, en que quedamos?? mentirosa como buena comunista.

Saludos

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La reforma constitucional contó con una amplia mayoría y los impulsores pretenden que "nadie se desdiga de...

Chile reinstaura el voto obligatorio bajo multas y sanciones en caso de incumplir

La reforma constitucional contó con una amplia mayoría y los impulsores pretenden que «nadie se desdiga de lo que la mayoría de Chile decide».

El Congreso chileno aprobó este lunes reponer el voto obligatorio para elecciones y plebiscitos populares, una condición que el país había dejado atrás en 2012 y que ahora se quiso reinstaurar en una decisión transversal de los parlamentarios.

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El presidente Boric no se resigna a mantener la reformada carta magna de Pinochet y pide desde ya un...

Por 124 votos a favor, 6 en contra y 3 abstenciones, la Cámara de Diputadas y Diputados despachó la reforma constitucional que establece la obligatoriedad de voto en todas las elecciones excepto las primarias y que deja a cargo de una ley orgánica las multas y sanciones por el incumplimiento de este deber y los electores que estarán exentos de ella. “Intentamos el experimento del voto voluntario y fuimos bajando la participación elección tras elección. Creo que los tiempos que vive Chile son para todo lo contrario”, manifestó el diputado Jorge Alessandri, de la conservadora Unión Demócrata Independiente (UDI).

Por su parte, la diputada Joanna Pérez, ex militante de la Democracia Cristiana (DC), destacó la importancia de reinstaurar la norma “para que todas las elecciones en adelante sean con una amplia participación y nadie después se desdiga de lo que la mayoría de Chile decide”.

Tras 10 años de voto voluntario, Chile recupera la obligatoriedad de sufragio con un matiz respecto a la etapa anterior. Hasta 2012, para concretar la obligación de ir a votar el ciudadano debía previamente registrarse al padrón electoral, lo que era de todas formas una acción voluntaria.

A partir de ahora, el voto será obligatorio sin necesidad de inscripción previa porque el padrón electoral incluirá a los electores a partir de los 18 años. La idea de recuperar el voto obligatorio surgió tras el plebiscito constitucional del 4 de septiembre, cuando por primera vez el voto fue obligatorio sin necesidad de inscribirse y la participación escaló hasta el 86%.

Antes de esta elección y con el voto voluntario, la participación más alta llegó al 55,6% para la segunda vuelta presidencial entre el actual presidente Gabriel Boric y José Antonio Kast, justo hoy hace un año.

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GACETA.ES

Ahora, esta reforma aprobada por la comisión del Senado deberá pasar el escrutinio del pleno de ambas...

SE SOMETERÁ A VOTACIÓN EN AMBAS CÁMARAS

El Senado de Chile aprueba un proyecto para un nuevo proceso constituyente

La comisión de la Constitución del Senado de Chile ha aprobado por unanimidad el proyecto que habilita la apertura de un nuevo proceso constituyente en el país, todo ello tras el rechazo en septiembre de una gran mayoría de la población de la anterior propuesta constitucional.

WWW.SWISSINFO.CH

Santiago de Chile, 26 dic (EFE).- La Comisión de Constitución del Senado chileno aprobó este lunes, de forma...

En concreto, los cinco senadores que conforman dicha comisión han aprobado la reforma en el marco del ‘Acuerdo Por Chile’ para que se instale un Consejo Constitucional de 50 representantes votados directamente por los chilenos y 24 expertos designados por el Congreso Nacional, ha informado ‘Bío-Bío Chile’.

Este consejo tendrá por único objeto discutir y aprobar una propuesta de texto de nueva Constitución, disolviéndose una vez cumplida la tarea encomendada. Las normas constitucionales propuestas se aprobarán por las tres quintas partes de las y los consejeros en ejercicio, sometiéndose la propuesta final a referéndum.

GACETA.ES

El pasado 4 de septiembre, Chile se pronunció contundentemente contra la propuesta de nueva Constitución...

Ahora, esta reforma aprobada por la comisión del Senado deberá pasar el escrutinio del pleno de ambas cámaras, donde deberá recabar al menos una mayoría absoluta.

La propia instancia espera que el proyecto sea despachado a sala a más tardar el lunes para que se vote el miércoles, a más tardar, en el Senado, ha informado el diario chileno ‘La Nación’.

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Chilenos votarán el 17 de diciembre en otro plebiscito constitucional

https://panampost.com/efe-panampost/2023/01/11/chilenos-votaran-el-17-de-diciembre-otro-plebiscito/

Chilenos votarán el 17 de diciembre en otro plebiscito constitucional

El parlamento chileno aprobó este miércoles en último trámite una reforma que habilita un nuevo proceso constituyente que se llevará a cabo a través de un Consejo Constitucional, cuyos integrantes serán elegidos en las urnas el 7 de mayo y tendrán hasta cinco meses para elaborar una nueva constitución.

Santiago de Chile, 11 ene (EFE).- La Cámara de Diputados de Chile aprobó este miércoles por una amplia mayoría y en último trámite la reforma constitucional que habilita el proceso para redactar a lo largo de este año una nueva constitución que deberá ser aprobado por la ciudadanía en una plebiscito que se celebrará el 17 de diciembre.

Por 109 votos a favor, 37 en contra y 2 abstenciones, los diputados aprobaron la reforma que establece que el nuevo órgano que redactará la propuesta de Ley Fundamental estará integrado por 50 personas elegidas por la ciudadanía y contará con el apoyo de un comité de expertos designados por el Congreso.

Como la reforma fue aprobada sin cambios durante su tramitación parlamentaria, el itinerario para un nuevo proceso constituyente será el mismo que el suscrito el pasado diciembre tras tres intensos meses de negociaciones por 14 partidos, desde la conservadora Unión Democrática Independiente (UDI) hasta el Partido Comunista.

Los votos en contra vinieron principalmente de los parlamentarios del Partido Republicano y del Partido de la Gente, que no participaron en las negociaciones del año pasado.

«No hay que extrañarse ni dramatizar el hecho que haya un grupo de parlamentarios que no esté de acuerdo con el proyecto de reforma constitucional porque en democracia esto es lo que pasa: priman las mayorías, pero las minorías son respetadas», dijo la ministra secretaria general de la Presidencia, Ana Lya Uriarte.

El 17 de diciembre, plebiscito de salida

Los integrantes del llamado Consejo Constitucional serán elegidos en las urnas el 7 de mayo y tendrán hasta cinco meses para elaborar la propuesta de texto.

Antes, en marzo, se establecerá el comité de 24 expertos (12 designados por el Senado y 12 por la Cámara de Diputados) que elaborará un anteproyecto que sirva de base al consejo.

El proyecto de carta magna tendrá que ser aprobado finalmente el 17 de diciembre en un plebiscito de salida en el que deberán votar los chilenos para su entrada en vigor.

El acuerdo incluye además 12 principios institucionales que debe seguir el órgano redactor y que impedirían una propuesta refundacional, como la que se rechazó el pasado 4 de septiembre por más de 62,5% de los votos y que fue redactada por una convención de mayoría izquierdista e integrada por ciudadanos independientes, sin afiliación a partidos.

CNNESPANOL.CNN.COM

Millones de chilenos votaron de forma obligatoria para decidir di aprueban o rechazan una nueva Constitución...

Entre esos puntos se encuentran la declaración de Chile como un «Estado social y democrático de derechos», el reconocimiento de los pueblos indígenas dentro de la «nación chilena» y el sistema bicameral.

Pese al rechazo en el plebiscito de septiembre, existe consenso en la necesidad de sustituir la Constitución actual, instaurada durante la era de Augusto Pinochet (1973-1990).

https://panampost.com/mamela-fiallo/2019/10/24/constitucion-de-pinochet/

PD: Mi voto para el 17 de diciembre es un rotundo RECHAZO. 

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Indultos de Boric dividen a sus aliados para la nueva constituyente

https://panampost.com/gabriela-moreno/2023/02/07/indultos-de-boric-nueva-constituyente/

Indultos de Boric dividen a sus aliados para la nueva constituyente

Apruebo Dignidad y Socialismo Democrático, sectores aliados del presiente Gabriel Boric, competirán por separado para obtener escaños en la nueva instancia que redactará un nuevo proyecto de constitución.

Indultar a 12 presos del llamado estallido social de 2019 y a un miembro de Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), con amplio prontuario, no sólo sepultó el discurso de seguridad del presidente Gabriel Boric sino que además quebró a los dos bloques que respaldan su gobierno –Apruebo Dignidad y el Socialismo Democrático– para el segundo proceso constitucional que requerirá medir en las urnas el peso de los partidos.

Ninguna gestión ni mediación del mandatario para conformar una coalición única sirvió. Ante el Servicio Electoral (Servel) se formalizó la inscripción de dos listas oficialistas que competirán en los comicios del próximo 7 de mayo, donde se elegirán a los nuevos 50 consejeros constitucionales con paridad y escaños indígenas para elaborar otro proyecto de carta magna tras el fracaso del «Apruebo» en el plebiscito de salida de septiembre.

Con lemas pero sin unidad

Con el lema «Unidad para Chile» se inscribieron el Partido Socialista (PS), Partido Liberal (PL), Partido Comunista (PC), Convergencia Social (CS), Revolución Democrática (RD), Comunes, Acción Humanista, Plataforma Socialista y Federación Regionalista Verde Social.

Sin embargo, esa «unidad» quedó a medias. El Partido por la Democracia (PPD), Democracia Cristiana (DC) y el Partido Radical se inscribirse ante el Servel con el slogan «Todo por Chile», dejando claro el quiebre entre el PS y el PPD, aliados históricos, que por primera vez irán separados a unas elecciones, tensionando la alianza denominada Socialismo Democrático.

Los indultos de Boric los fracturó. El Socialismo Democrático sugirió una reorganización del gabinete después del decreto del beneficio judicial y de la filtración de un audio de la Cancillería, donde la titular de exteriores, Antonia Urrejola, insulta al embajador de Argentina en Santiago, Rafael Bielsa. Los comunistas rechazaron el exhorto y, desde entonces, la fisura creció sin vuelta atrás.

https://panampost.com/gabriela-moreno/2023/01/25/torpe-diplomacia-canciller-chilena/

De hecho, a las 00:00 horas de este martes 7 de febrero, el directo nacional del Servel, Raúl García, dio por cerrado el plazo para la formalización de pactos y declaración de candidaturas.

Un golpe directo a Boric

La fractura entre las fuerzas aliadas de Gabriel Boric como consecuecia de los indultos representa un golpe bajo para el mandatario, cuando este año enfrenta otros desafíos políticos enormes, entre ellos, la aprobación de reformas claves (pensiones, salud y tributaria), así como el aumento de la aprobación ciudadana para enfrentar los comicios municipales donde se escogerán alcaldes, gobernadores regionales (GORE) y a los consejeros regionales (CORE) en octubre de 2024.

https://panampost.com/gabriela-moreno/2023/01/05/indultos-de-boric-presos-estallido-crisis/

No hay condiciones para más «desprolijidades» administrativas ni tampoco para mayores conflictos entre los partidos después de las últimas negociaciones haber expuesto las falencias estructurales del Ejecutivo para cohesionar a sus aliados.

Sin embargo, descartar más rencillas o división es casi imposible, cuando «hay un déficit estructural en la composición de la coalición», señala el analista y académico de la Universidad de Talca, Mauricio Morales, en El Líbero, tras recordar que el Socialismo Democrático no llegó al poder, sino Apruebo Dignidad, conglomerado que invitó al sector a formar alianza, pero al ser de «troncos ideológicos distintos va a ser difícil que puedan cuajar en una sola gran coalición. La formación de dos listas es prueba clarísima».

ELLIBERO.CL

La serie de episodios que marcaron este mes, y que se iniciaron con la crisis de los indultos, podría terminar...

La única esperanza para el gobierno es que el nuevo consejo que será electo trabajará en conjunto con una Comisión Experta (encargada de redactar un anteproyecto) y el Comité Técnico de Admisibilidad (encargado de revisar las normas aprobadas por la comisión y el consejo Constitucional).

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https://panampost.com/gabriela-moreno/2023/02/20/boric-lanza-candidatos-con-antecedentes-a-la-nueva-constituyente/

Boric lanza candidatos con antecedentes judiciales a la nueva constituyente

En la cuota de abanderados comunistas destacan Erna Maldonado, aspirante en Maule y José Mardones en Antofagasta, ambos con historial en el Poder Judicial por ataques contra Carabineros. En concreto, Maldonado pateó en los genitales al cabo 1° de Carabineros Rodrigo Castro González, causándole una contusión pierna derecha genital y erosión cervical, para impedir que un familiar fuera detenido por ingerir alcohol en la calle en 2012.

La izquierda en Chile no escarmentó con los escándalos de la primera constituyente que fracasó en el plebiscito de salida y terminó con uno de sus representantes condenado por estafa por fingir cáncer para ganar un curul. Ahora, el presidente, Gabriel Boric, incluyó en su lista de candidatos para el segundo proceso a comunistas con antecedentes judiciales.

Según un reporte de El Líbero, de los 72 candidatos al Consejo Constitucional que inscribió la coalición de gobierno con la consigna “Unidad para Chile” en representación del pacto político entre los partidos Comunista, Socialista, Liberal, Convergencia Social, Revolución Democrática, Comunes, Acción Humanista, Plataforma Socialista y Federación Regionalista Verde Social; 15 de ellos son fichas de la tolda comunista.

ELLIBERO.CL

Erna Maldonado, militante del PC que compite al Consejo Constitucional, tuvo que pedir disculpas al cabo 1°...

En esa cuota de abanderados comunistas destacan Erna Maldonado, aspirante en Maule y José Mardones en Antofagasta, ambos con historial en el Poder Judicial por ataques contra Carabineros.

Maldonado pateó en los genitales al cabo 1° de Carabineros Rodrigo Castro González, causándole una contusión pierna derecha genital y erosión cervical, para impedir que un familiar fuera detenido por ingerir alcohol en la calle en 2012.

Su compañero Mardones protagonizó un hecho similar cuando apedreó en la cabeza a una carabinero en 2016 en Calama, en medio del Paro Nacional de la Central Unitaria de Trabajadores dejándola inconsciente. Él candidato tiene otros expedientes por arrojar y golpear con objetos contundentes a uniformados.

Una lista de cuestionados

Lo peor es que los comunistas no son los únicos con antecedentes. Dentro de la lista indígena están Julio Marileo, quien cumplió una pena de libertad vigilada y firma mensual durante 14 años tras ser condenado por la Ley de Seguridad Interior del Estado en el año 2000 por un ataque incendiario a un vehículo que transportaba guardias a una empresa maderera en Collipulli.

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En el proceso pasado, los inscritos fueron en total 95 y se escogieron representantes para llenar 17...

Junto a su nombre, Boric también aprobó la aspiración del mapuche, Alihuen Antileo, quien integró el Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), las Juventudes Comunistas y fundó la Coordinadora Arauco-Malleco (CAM), organización armada que lidera los ataques incendiarios en el sur del país.

https://panampost.com/gabriela-moreno/2022/08/01/el-caos-acecha-a-boric-con-alianza-entre-comunistas-mapuches-y-las-farc/

Una mala fe detrás

“Hay una muy mala fe republicana en las designaciones. Están jugando no solamente al lado del mesón sino por debajo para dar una patada que reviente a la democracia y al país. Realmente, representan lo peor de lo que son cuadros políticos”, afirma el abogado y excandidato presidencial chileno, Tomás Jocelyn-Holt en entrevista con PanAm Post.

Habla con datos. Recuerda que Boric nombró al comunista Galo Eildestein como subsecretario de las Fuerzas Armadas a pesar del quiebre financiero de la Universidad de Arte y Ciencias Sociales (ARCIS) donde ejercía como vicerrector.

Ahora, el alto funcionario está bajo la lupa de la Contraloría por pretender crear una Unidad de Educación Militar para cambiar los planes de formación castrense. El ente ya le prohibió la iniciativa y dictaminó 30 días para que aclare las razones sobre las que sustentó la medida.

Política en el precipicio

La historia político-partidista de Chile va rumbo al precipicio por la participación de candidatos con antecedentes en la constituyente porque “en la época anterior ningún partido político podía nombrar personas controvertidas, incluso, el PC se jactaba de tener figuras públicas normalmente que estaba fuera de toda sospecha pero hoy día se soltaron las trenzas” indica el exdiputado.

El impacto es visible. Para el exmilitante de la Democracia Cristiana “todo lo que ocurre contamina la confianza de la gente porque andan diciendo que todos hacen lo mismo, se excusan en casos que involucran a la derecha para igualar y empatar pero esta es una forma impresentable que afecta a toda la clase política”.

El panorama lo resume como un “cinismo político chileno que dista del espíritu con el cual el país recuperó democracia en la época de la transición”.

Condena que “la gente que está con el gobierno no está preparada, si las colocas en una vitrina dan vergüenza ajena. No tienen validación más allá de las acciones contra Carabineros, haber incendiado internacionalmente algún local o ejecutar levantamientos armados. Son desconocidos que ni siquiera son líderes prestigiosos”.

Un proceso sin interesados

El escenario donde irrumpen candidatos con antecedentes comprueba que “Chile no es excepción ni un oasis liberal ni de equilibrio de poderes. Estamos muy deteriorados” destaca Tomás Jocelyn-Holt, quien subraya que “la nueva constituyente chilena poco le importa al país que ya votó rechazo. Se nos impuso un nuevo proceso que no lo consultaron a nadie porque no hubo un plebiscito de entrada”.

Aquello tuvo motivos. Un grupo que se quiere llevar la Constitución para la casa para hacerla a su gusto pero la impopularidad del gobierno frustrará sus intenciones. “Esos están funcionando como en otra frecuencia apostando que tienen intereses para poder iluminar el cuadro pero en realidad saben que en el fondo el país va por otro lado. Hay malestar y una sensación de un desgobierno impopular”.

Incendios como tribuna de campaña

Los incendios forestales que afectan a la zona centro sur de Chile anticiparon la competencia para los 50 escaños de la constituyente que serán electos por votación popular.

https://panampost.com/gabriela-moreno/2023/02/06/boric-apoyo-chavista-incendios-forestales-en-chile/

En este momento, nadie dialoga. Por un lado están quienes cuestionan el abordaje de la crisis que avanza con la mayor superficie quemada desde 2017 y por otro, caminan aquellos que cultivan liderazgos para competir en mayo por un curul.

“Prendes la televisión y está el debate del gobierno y sus adversarios respecto a si el manejo de los incendios es bueno o malo, la discusión por un royalty forestal y si la culpa es de las empresas o el cambio climático con el único objetivo de marcar diferencias de opinión que permitan a unos presentarse mejores términos para la elección de mayo”

Sin embargo, “llevar candidatos con antecedentes demuestra que no existe un temor a un costo electoral, la meta es imponer y presentarlos como les da la gana mientras la oposición cree va a sacar provecho para ganar en el plebiscito de salida de diciembre pero sobre eso hay dudas”. No es para menos.

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Para recordar: lo que dijo anteriormente la ministra de Propaganda, Mentiras y Censura, Canina Vallejos

Porque por ahí ya apareció la otra comunista (o mentirosa, que es lo mismo), Karol Kariola, diciendo que si se rechaza esta vez nuevamente irán por otro intento de cambiar la constitución.

Que era algo por lo que habían luchado desde que volvió la democracia.

Ergo, está reconociendo que la iniciativa constitucional fue originada en el pueulo en octubre de 2019, es una vil mentira comunista (otra más)

Saludos

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que increible pensar....hace tres años la bala de plata que salvaba al mundo mundial....y enquistaba al boric, si el que lo iba a cambia todo y a sus amigues en el poder....sea la lapida de el y sus amigues.........el karma

 

yo espero que los republicanos no sean soberbios como esta manga de inutiles de FA....la prensa extranjera habla del fin de la centor izquerda.....no lo vea asi....pero si es el fin del guaton chanta

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