Típico relato deconstruide, con muchos lugares comunes, muy poca creatividad y por tanto bien fomeque.
Yo creo que los tipos que piden cosas raras ("fetiches" le llaman) en este mundo del sexo pago son más bien minoría, pero desde luego que existen. Las "Dubai Porta Potties", por dar un ejemplo, dudo mucho que sean un simple mito urbano, aunque se trataría del caso más extremo (o al menos eso creo) y si bien no tengo pruebas concretas de su existencia, tampoco tengo dudas. Las mujeres, aunque cueste creerlo, tienden a tomar unas decisiones bien tontas y no miran mucho a largo plazo, especialmente si les ponen un buen fajo de billetes sobre la mesa. En el otro lado, aquí mismo en el foro tenemos hombres que le pagan a una escort por "chuparles el poto" y se vanaglorian de ello, sólo por dar un ejemplo. También se sabe que el sexo, al ser una actividad potencialmente adictiva, cada vez se requiere de mayores estímulos para conseguir el mismo placer, por tanto siempre habrá el weon que cae en esa trampa de ir buscando experiencias cada vez más extremas y como bien sabemos, "una cosa lleva a la otra". Por supuesto, tampoco se puede subestimar la influencia de la pornografía en todo esto. Lo mejor en todo caso es la "autorregulación", entendiendo que todos los excesos en general son malos.
Pero, volviendo a lo que supongo es el punto principal del tema, insisto en que los clientes que piden cosas raras en el mundo del sexo pago (llámese prostitución, SD, etc.) son lo menos, y también creo que se percibe de forma más o menos igual desde afuera. Al final no se trata más que de tipos calientes que se lo quieren poner como sea (hasta donde el dinero y las leyes lo permitan, por supuesto) a chiquillas veinteañeras que estén ricas, y dudo que la persona promedio no estokadora lo vea de un modo distinto.