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Gen Mishima. La Primera Serie Chilena De Ciencia Ficción

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Hablamos de la primera, sino la única, serie de ciencia ficción producida en Chile. Una historia que tuvo como protagonista al reportero Ignacio Maiakovski (Cristián Carvajal), quien investigaba al polémico Instituto Porvenir para niños superdotados, establecimiento fundado en 1984 por el biólogo japonés Seto Mishima, quien experimentó genéticamente con sus alumnos hasta que el recinto fue cerrado en 2001.

Las indagaciones de Maiakovski lo llevaron a un laberinto de intrincadas conspiraciones y oscuros personajes, donde hackers, graffitis y bombas se cruzaban con poderes telepáticos y desdoblamientos. Aquello se unía a una misteriosa palabra que se repite desde la primera escena del primer capítulo: Riosuke.

Esta es una historia del subgénero biopunk. Vale decir, un cyberpunk biológico, con tubos de ensayo y cadenas de ADN en vez chips y robots. Claro que tanto el cyberpunk como el biopunk tienen en común mostrar un mundo nihilista y underground (de ahí el sufijo “punk”). Los ejemplos más conocidos son Blade Runner o Un mundo feliz, libro del cual se hacen guiños bien explícitos a lo largo de la serie. Y en Chile, entre los exponentes locales podemos mencionar el cuento Dino Bonsai, de Francisco Ortega, o la reciente antología COVID-19, sobre cuentos de la pandemia.

Sin embargo, no es ciencia ficción escapista. Al revés: esta historia está impregnada por el realismo más sucio y crudo, donde se respira el olor “a bencina y spry”, en palabras de Amapola, y con una inteligencia sátira social. Según su guionista, Vladimir Rivera, se trataba de ciencia ficción cotidiana, o sea “más centrado en la idea de ‘el futuro está aquí y es ahora’ y en el conflicto humano, en los personajes, que en el elemento tecnológico”, reafirma Rivera.

Rivera escribió el guion junto a Enrique Videla, formando un equipo compuesto en su mayoría por compañeros de universidad, todos rondando los veintiséis años en ese entonces. Por su trabajo en Gen Mishima, el equipo fue galardonado con el Premio Altazor 2009 en las categorías de «Mejor guion» y «Mejor dirección«.

¿Cómo surge la idea de hacer Gen Mishima?

Surge en la universidad, éramos un grupo como 15-20 personas. Queríamos hacer un largometraje y nos dividimos en grupos los que sentíamos más afinidades con ciertos géneros. Nació como algo híbrido. Queríamos hacer tres historias de géneros distintos. Una historia indie tipo norteamericana; otra, que era de ciencia ficción, que dio origen después a Gen Mishima, y la tercera que era cine más punkie, más callejero. Mezclamos esas tres historias y dijimos “quizás hacemos una película”.

Sin embargo, en la medida que fue avanzando el tiempo, nosotros llegamos a una idea que a mí siempre me ha atraído, que tenía que ver con Colonia Dignidad y los experimentos genéticos nazis. Empezamos a investigar y nos dimos cuenta de que Chile había sido pionero en varios aspectos de la investigación genética. De hecho, el Instituto Porvenir es una metáfora de la Colonia Dignidad. Yo cuando chico viví en Parral y vi el operativo de salud, cómo muchas familias pobres llevaban a sus hijos para que se educaran en la Colonia. Y ahí fue tomando fuerza el aspecto de la ciencia ficción.

El objetivo de Mishima era manipular genéticamente a niños no para que fueron superdotados, sino para que pudieran sobrevivir a una posible catástrofe mundial. Entonces, el Instituto cierra con la llegada de la democracia y esos jóvenes quedan ahí dando vueltas. Y alguien los quiere capturar para hacer una especie de cacería genética.

¿Cuál fue el balance que hizo en TVN? ¿cumplió con las expectativas?, ¿el rating los acompañó?

TVN nunca quedó satisfecho con Gen MishimaNo lo entendían, no les gustaba, era un género que no trabajaban los ejecutivos del canal en esa época. Lo tiraban a un horario súper malo, los domingos a la medianoche, una de la mañana y marcaba 12-16 puntos de rating, que en ese entonces era poco. Los 80, la competencia, marcaba el doble.

Fue una época pre Twitter, pre Facebook. Quizás de haber tenido esas herramientas hubiese tenido mejor viralización. Siento que fue un debut y despedida del género de la ciencia ficción en la televisión chilena.

 Otro factor que hizo más difícil continuar la historia fue la muerte de dos actores del elenco: Tauro Berastegui, quien interpretaba Tetsuo, el último aonikenk de Chile y el protector de Elena (“un hermoso personaje”, según la actriz), murió en un accidente de motocicleta. Poco después, murió producto de un cáncer Pablo Krögh, el actor detrás de Octavio Cox, el villano de la historia.

Con sus ocho capítulos hoy disponibles en YouTube, el programa persiste como una serie de culto entre los internautas. Y los veteranos del proyecto tampoco lo han olvidado. “Fue un proceso muy interesante. Gen Mishima nunca termina. Siempre está ahí, avanzando y apareciendo en otras obras”, sostiene Rodrigo Susarte, director.

La opinión del director es compartida por sus actores.

Celine Reymond (Kali Mutsa en su nombre artístico) recuerda: “Fue importante todo el amor que despertó la serie en los jóvenes, se transformó en algo de culto que muchos niños y niñas chilenas usaron para identificarse, tenía una épica especial y una estética bacán”.

Fernanda Urrejola, por su parte, agrega que Gen Mishima: «Marcó mi carrera en mi corazón. Sigue siendo uno de mis proyectos favoritos. De hecho, también por edición y cosas del canal siento que se perdieron muchas cosas. Me encantaría ver los cortes del director ahora», declara la actriz.

Mientras que Camilo Carmona mantiene la esperanza de una nueva temporada. “Me encantaría que retornara. Sería interesante ver cómo estos niños crecieron, qué paso con ellos diez años después y qué pasó con el proyecto Porvenir. Creo que hoy pegaría increíble Gen Mishima 2”, sostiene el actor.

 “Queríamos hacer algo generacional, que apuntara a una mirada contracultural, que no respondieron al oficialismo que existía y aún existe, que apuntara a un conocimiento en ese entonces no tan visible, el de la disidencia, cuenta el director de Gen MishimaRodrigo Susarte.

¿Qué fue de los niños Porvenir tras el cierre del instituto? Piensen en la escuela de los X-Men (Marvel), pero con la estética de la serie chilena El Reemplazante. Vemos a personajes como Amapola (Fernanda Urrejola), una sexy científica con un súper olfato digno de Wolverine, que durante la noche trabaja como anfitriona de una disco y, durante el día, en su laboratorio, emplazado en el mismo lugar.

El elenco lo completaban nombres como Diego Casanueva, Matías Oviedo, Lucy Cominetti, Juan Pablo Miranda y Nicolás Saavedra. Todos graduados del Instituto Porvenir y cada uno con una habilidad distinta, con poderes más freak que los alumnos de la escuela de Miss Peregrine para niños peculiares.

Bien lo sabe el actor Camilo Carmona, quien hasta hoy recuerda su primera línea, con la que se presentaba su personaje: “Mi nombre es gen HSC Trax Mishima DTFL3, soy el N°16, también me dicen Faret Daleth”, pronunciaba el liceano y veterano de la revolución pingüina de 2006, poco después de haber puesto una bomba en su colegio. La gran habilidad de este personaje era la sinestesia“Mezclaba los sentidos. Podía oler la música, oler los colores. Era un personaje secundario, del grupo de los Maoa, pero alucinante y que se podía desarrollar de forma increíble”, recuerda Carmona.

Pero la alumna estrella del instituto era sin duda Helena (Celine Reymond), la más poderosa de todo el grupo, la Jane Grey de Porvenir y la consentida de Mishima. “Era muy difícil interpretarla y hasta el día de hoy no sé si lo logré. Elena es una alucinada, en otras culturas como la cultura politeísta de la India, ella habría sido una encarnación divina, una especie de santa que atrae a la gente, una humana con conexión trascendental, declara en exclusiva a este medio Celine Raymond.

“Su máxima angustia habría sido la obligación de vivir una experiencia humana, en ese sentido siempre sentí que habían muchas cosas que el personaje era forzado a hacer (en el guion) y que no eran las correctas, por así decirlo”, agrega la actriz.

 

 

 

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Gran aporte don @ermitaño69

Nunca seguí a los 80, pero tampoco tenía idea de esta serie (en general no pesco a la tv abierta y no soporto los comerciales).

Aun siendo casi un reversionado de otros guiones-ideas similares, se ve muy interesante la adaptación, además, hasta lo que he visto, jugársela con la historia por sobre los efectos especiales (que se acostumbra en estos casos) hay que ser valiente, aunque igual se puede.

Para que voy a decir que tener a la Raymond y la Urrejola en el reparto ya me provoca "sesgo térmico" XD

Saludos

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Entrándole al 2do episodio...va bien ;)

Aunque el pelado Carvajal nunca me ha tincado mucho y ver tanto a Macaya me suena a telecebolla XD, pero trato de abstraerme y le pondré fichas hasta el final

Saludos

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@Fender yo ya estoy dentro. Creo que la historia es buena, bastante sui generis a la tipica tematica chilensis.

La señorita Urrejola siempre me ha despertado mis bajos instintos ---> recuerdo cuando en una serie la hacia de escort pa que decir como me calentaba jajaj

@Nuevo2020de nada compa ,,, hay que promover el cine chileno que no teniendo colosales presupuestos algo ha logrado

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