Si bien el pussycat fue uno de mis locales favoritos cuando comenze a rondar estos locales, me quedo como el maximo icono de la turbiedad con el orianis.
Esos shows extremos, con participacion del publico, velas encendidas en el culo de una femina, o bien los jarros de agua lanzados al publico cuando el calor era demasiado, hacia de ese local lo mas extremo para mi.
Ademas a veces lo mejor ocurria en la galeria inmunda al frente del escenario, mientras filas de parroquianos le daban por todos lados a las minas mientras ellas conversaban de cualquier tema entre ellas.