Altamente recomendable para el que gusta de un buen masaje con final feliz y algo más.
La masajista es venezolana 30 a 35 años, de caderas, muslos y nalgas generosas. Morena y de baja de estatura. Rasgos caribeños, muy simpática y acento entre colombiano y venezolano.
Trabaja en su casa en un estudio acondicionado y muy profesional. Camilla y todos los equipos que uno ve en spas y lugares para tratamientos de cuidado personal. Se nota que ella pasó por haber estudiado y trabajado para hacer masajes en forma profesional.
Atiende en forma esmerada, y una mezcla entre profesionalismo y cariño.
Te pide que lleves preservativo para mejorar la atención.
Parte por un masaje muy intenso preguntándote si tienes alguna zona muy contracturada para poner énfasis en ella. Usa sus manos, codos y algunos instrumentos para aliviar tus dolorea y relajar tus músculos. Excelente trabajo por lo demás.
Luego ella se quita su ropa y te da un masaje sensitivo con sus manos, senos, nalgas y pubis para dejarte (a lo menos a mi me dejó así) en llamas. También sabe usar su lengua y labios para recorrer tus zonas erógenas y maximizar el placer.
No te cuento más porque me dan ganas de ir ahora ya.
Ella es cariñosa y se nota que disfruta su trabajo, en ningún momento mira la hora, ni te hace sentir que desea que termines pronto. Sabe manejar los tiempos rs a veces dócil, y a veces agresiva.
Volvería siempre.