Haciendo trámites, tuve que recorrer Diagonal Cervantes de sur a norte, hoy tipo 12, con lluvia.
Aproveché de mirar la galería desde la calle. Había dos trabajadoras del primer local que andaban buscando clientes casi en la calle, dos milfs reguleques no más, y la verdad es que no me dieron ganas de entrar a ver la merca de más cerca. Por el otro extremo, había una milf sentada fuera de su local pero dentro de la galería, en pelota o casi, con un largo abrigo. Estaba hablando con un colombiano, y no vi ningún haitiano.
Nunca he entrado a esa galería, pero tengo el presentimiento de que debe ser más segura cuando hay harta gente que cuando hay poca. Admiro a los kamikazes que se han metido ahí, merecen un premio de toda la comunidad foreril.
Lo más turbio donde me he metido últimamente debe haber sido hace un par de años atrás, cuando fui a Les Folies, ubicado en el sótano del pasaje Agustín Edwards, pero nada comparado con la galería de la diagonal.