Estoy tapado en pega y en el absoluto ostracismo, pero vuelvo para aportar con mi historia.
Fue el año pasado con una fémina del Paraíso Catedral que, afortunadamente, nunca se le hizo un tema (digo afortunadamente porque reconozco que fui estúpidamente mezquino). A mi, la mina me parecía rica. Tenía los requisitos que busco: buenas tetas y buen culo, y cara piola. Fui con un amigo de la pega y fui yo quien saco a la mina a bailar. Se lo pedí en términos corteses (después me comentó que eso le gustó mucho, me encontró cuico y caballero). Fui solo por un baile, pero noté que demoró más de la cuenta y fue más jugada...y la mina me buscaba la boca insistentemente.
Terminó el baile y se acerca una amiga, me toca el hombro y le dice a la fémina en cuestión: "¿Este es?". La mina dice: "sí". Y la amiga dice: "Oye, a mi amiga (fémina que me bailó) le gustaste mucho...". Con sonrisa maquiavélica le dije: es recíproco.
Pasaron los días y empecé a ir más seguido, pero nunca polvo, Solo baile. Hasta que un día le dije: mañana sábado vengo por ti. Dicho y hecho, ese sábado en pleno diluvio en Santiago, fui. Y tiramos. Rico rico rico.
Posteriormente, le pedí whatsapp. No me lo dio, pero le di el mio. Le dije: "no te voy a huevear si tienes una pareja, o etc, no estoy empotado, pero eres libre de escribir cuando quieras". Pasaron como 3 semanas y recibí un "Hola". Era ella. Salté de felicidad por el triunfo alcanzado.
Para abreviar el relato, de ahí en adelante tiramos como locos de forma gratuita, ella iba a mi depto., etc. Caché que la mina tenía pareja y 2 hijas. Ahí me di cuenta que esto no tenía sentido seguir en esto, pero seguí disfrutando. Tonto no soy.
Pasaron los meses, y empecé a ir menos a Paraíso. La gota que rebalsó el vaso, fue que le prometí ir a su cumpleaños y no fuí. Ese día estaba tapado en pega. Paralelamente, conocí a una mina por Tinder, que hoy es mi polola. Una mina normal. Eso hizo que disminuyeran mucho mis visitas. De vez en cuando iba, hasta que ya no la divisé. Se había retirado. La fémina ahora vive en el norte, con su pareja y sus hijas. Trabaja en otra cosa.
Creo que estas aventuras son buenas y sanas, mientras sean eso: aventuras pasajeras. El asunto, estimados, es que a todos nos excita una maraca. Nadie puede negar eso, pero nadie quiere pololear con una maraca, por lo mismo, porque es una maraca, y en el amor, hay algo de posesión que es sumamente instintivo y natural. Quieres que sea maraca, pero contigo, no con todos.
Saludos