Yo me hice habitué del café Stop, después de haber pasado por los IKA Deportes y el Micro.
A pesar de ser un local chico, tiene varios puntos a favor.
- No existe una barra, las chicas atienden a la misma altura, y eso es impagable porque te dedican tiempo y prestan atención.
- El vapuleado vaso de plumavit. Si bien es menor en capacidad que uno de vidrio es más higiénico. Ya pasé una vez por la mala experiencia (y mal sabor) que deja un vaso de vidrio mal lavado.
- Trato. Las niñas son un 7 en atención. Me refiero a que son amables, coquetas, educadas (GRAN punto a favor: si la cafetina me sale con un "kipa logo, tenis moneas pal gurlirzer?" es seguro que no volveré a ese antro. Lo que no ocurre en el Stop).
- Son atractivas. La niña con cara de idem es Coté, una estudiante de 27 añitos muy amorosa, divertida y de bonitas facciones. Yo siempre me atiendo con Caty, una de las morenas, que la falta de luz no le hace el favor con los lindos ojos verdes que tiene. Tiene lo justo y necesario en delantera pero si ud. busca un par de ( . )( . ) le aseguro que tanto Caty como Coté lo suplen con simpatía.
- No piden consumo. Si quiere se puede rajar con una bebida o café con ellas. Pero no se lo van a pedir ni es obligatorio. Tampoco exigen propina como en otros locales.
- Música. De todas las veces que he ido (como media: 3 veces por semana en los últimos 2 meses) JAMAS he oido reggaeton. Está a un volumen moderado y si llega a sonar fuerte, las mismas niñas lo bajan.
- Camadería. Si no está su musa, no se preocupe, lo atenderá otra niña y le tratará como si también fuera su cliente. Despúes de conocer a todas las niñas, cuando voy me saludan como si fuera la primera vez.
Si bien el unico punto en contra es que al ser un local chico, siempre se siente caluroso (pero no pegote).
En resumen, es uno de los cafés que vale la pena visitar dentro de la GSC.