asistí a este templo y debo afirmar que no todo lo que brilla es oro. Fue a visitar a la señorita Tamara, la musa del turno AM y la experiencia dejo mucho que desear, ya que esta señorita se queda pegada con sus clientes frecuentes y a mi por lo menos en casi media hora, me habrá hablado unas dos veces, para preguntarme si el cortado estaba rico he irse fugazmente, y luego para preguntarme casi por compromiso a que me dedicaba, mientras otros parroquianos lo pasaban a todo trapo. Besos iban y venían, abrazos, perreos, sobajeos softs, y yo y otros dos klientes, ni la hora. Le dara una nueva oportunidad, porque la mina es harto rica, pero si la próxima vez no pesca, la denunciare al sernac jajajaj. Aguante la cafetería.