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Epicentro

En tiempos de crisis todo vale.

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Este era un matrimonio humilde que las estaba viendo bien negras con esto de la crisis asiatica. Un día se le ocurre al marido una solución para mejorar un poco la causa y le dice a la mujer:

 

- Vieja estamos tan mal con la crisis, yo sin pega, las deudas nos tienen hasta el cuello, no tenemos plata ni siquiera para comer, yo estoy sin pega... así que se me ocurrió algo para que nos arreglemos algo por ahora.

- Y que sería (dice la mujer)

- Te tienes que hacer puta... pero solo un tiempo hasta juntar un poco de plata pa' salir del apuro.

La mujer espantada le contesta:

- Pero Lucho como se te ocurren esas cosas, además yo lo único que se hacer son las labores de la casa y nada más...

- Mijita, si es por un tiempo corto no más, además necesitamos el billete...

- No, no y no, de ninguna manera.

- Pero mijita....

 

La cosa es que después de media hora de insistir la mina acepta, pero solo con una condición que el marido estuviera cerca para cuidarla por si pasaba cualquier cosa.

 

(El primer día de trabajo)

 

- Ya Lucho voy a ver que pasa por ahí.

- Vaya no mas que yo la espero por aqui.

- Oye, y cuanto cobro.

- Mmmmmm, pide $6.000 por la chupa (sexo oral) y 10 lucas por el polvo completo.

- Ya. Oye allí hay un camionero, voy pa' allá.

- Vaya nomá mijita.

 

(Cerca del camión)

 

- Hey mijita!, ¿está trabajando?

- Si señor, ¿quiere algo de diversión?

- Depende comadre, ¿cuanto cobrai?

- $6.000 un chupadita y $10.000 con todo!

- A ver dejame ver, si tengo,...mmm, 4 mil, 4 mil quinientos...

- ¿Le alcanza?

- Aguanta, 5 mil ocho, 5 mil nueve, ¡ seis lucas !. Puta no tengo más. Va a tener que ser una chupá no mas. Ven sube.

 

(Dentro del camión)

 

El compadre se baja los pantalones y los calzoncillo. Ella le toma el aparato, y empieza a crecer y crecer. Lo manosea y sigue creciendo, la mina no podía cree lo que veía, mas lo sobaba mas crecía, hasta que no aguanta más, se baja del camión, sale corriendo y gritando:

- Lucho!, Lucho!

- ¿Qué pasa?

- Oye, ¿tení cuatro lucas pa que le prestí al caballero?

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