Al final, nada turbio en este local. Al parecer, solo conversación. Las dos venezolanas, cada vez me gustan más, y eso que no son del tipo flacas estilizadas, como las prefiero. Son más bien voluptuosas, naturales, pero bonitas de cara, y con sus atributos. Como pasa vacio el local, se puede esperar una buena compañía, sin que pidan consumo para ellas.
Mi comentario de la colombiana es por el Caribe de Huerfanos/San Antonio, en AM, donde hay una flaquita muy bonita, del tipo delgada. Pero es para armarse de paciencia, porque en estos locales la conversación viene a la segunda, tercera o quinta visita. El sistema es más formal, y requiere un pololeo más largo. La propina habitual es de 300, 500 pesos, y por eso no se puede esperar mucho. Generalmente saludan, sirven y se van. Eso lo comenté en el tema respectivo, hace un tiempo.