Habiéndome atendido con Ayleen desde que estaba en el Marilyn, son medios fantasiosos para hablar de ella. Buena atención, tiene un encanto especial con sus pequitas, y al menos conmigo siempre ha sido grata y no pidigüeña, claro que uno no es cagado con las propinas como los pulpos de Luca. Quizá por ahí va la cosa, interpretan una cara de decepción como "ser pidigüeña".