Una vez estuve andando con una mina que me dio toda la sensación de que era scort.
Fue una experiencia muy extraña, intensa y bastante masoquista. Eso si, nunca pude comprobar que se dedicara al negocio en primera línea, pero si logré descubrir que manejaba su negocio como “cabrona” (que suena bien fea la palabra pero se explica mejor). Me lo admitió después de haberme mandado a la chucha durante 3 meses sin hablarme por haberla tratado de que me cuente (para intentar mostrarme comprensivo y apañador).
La historia es larga, aprendí harto pero me di buenos golpes contra el piso y casi quede loco. Pero salí de allí sano y salvo