Ayer tuve ocasión de tomarme un brebaje en la mañana, para pasar el frío. En el local habían cuatro mujeres, tres bajitas y una alta. De las bajitas dos de contextura mediana sin ser gruesa y una tercera muy agradable a la vista, y con buena actitud. Yo me atendí con la alta, quien resultó ser Giuli o algo así, de Caracas, 22 añitos y bien hechita, por la mano del mismísimo y con la ayuda de algún cirujano tropical. La atención fue muy dedicada y el cobro adecuado. Me fui contento y hasta arrepentido de no haberme quedado más rato. Lo malo de este local es la Exposición pública al entrar y salir, pero lo demás impecable. Muy recomendable.