Saltar al contenido

El Oyente Verde

EstoKador
  • Contador de contenido

    5.700
  • Registrado

  • Última visita

Todo se publica por El Oyente Verde

  1. Chuta se mueve poco la cosa por aca , intentare ver como la reanimo ya que el 27 estoy por alla , creo que la soluciòn Regionalizar Escorts de Afuera
  2. Se ha demorado la respuesta por MP , me imagino el reporte se da igualmente por MP ya que es Underground
  3. Ojala vuelva champudita como antes , a mi por lo menos asi me gustaba màs
  4. Lo importante es que ojala que quede claro que esas mensajeras de la muerte de Ebano estan pingadas y ojala ningun hombre caiga alli ya que el SIDA no perdona, sin importar su raza, religiòn ni nada por lo tanto repitan conmigo (evrivari) NO DEBO METERME CON NEGRAS PORQUE ESTAS TRAEN EL SIDA DE SUS PAÌSES DE ORIGEN NO DEBO METERME CON NEGRAS PORQUE ESTAS TRAEN EL SIDA DE SUS PAÌSES DE ORIGEN NO DEBO METERME CON NEGRAS PORQUE ESTAS TRAEN EL SIDA DE SUS PAÌSES DE ORIGEN NO DEBO METERME CON NEGRAS PORQUE ESTAS TRAEN EL SIDA DE SUS PAÌSES DE ORIGEN NO DEBO METERME CON NEGRAS PORQUE ESTAS TRAEN EL SIDA DE SUS PAÌSES DE ORIGEN NO DEBO METERME CON NEGRAS PORQUE ESTAS TRAEN EL SIDA DE SUS PAÌSES DE ORIGEN Ojala quede claro
  5. En referencia a los controles sanitarios debe consultarlo especificamemte con la chica que ud elija , por mi parte lo felicito que se ocupe de preguntar por los controles sanitarios de las chicas que vaya a visitar , ojala poco a poco por lo menos nuestra comunidad estokadora siga su ejemplo. Saludos
  6. En los últimos días los medios nacionales hablan con preocupación de la desaparición de la familia Pomar, quienes habían salido desde la localidad de José Mármol, en la provincia de Buenos Aires, rumbo a Pergamino, donde eran esperados, pero nunca llegaron. Como los Pomar, se trata de una familia completa que se esfumó misteriosamente. Pero a diferencia del suceso que conmueve a Pergamino, donde cuentan con imágenes captadas por las cámaras de dos peajes, en el caso de los Gil nadie los vio partir, ni pasar, ni llegar, desde aquel 14 de enero de 2002 donde tuvieron noticias de ellos por última vez. Rubén Mencho Gil, de 56 años, su esposa Norma Margarita Gallego, de 26 y sus cuatro hijos María Ofelia de 12, Osvaldo José de 9, Sofía Margarita de 6 y Carlos Daniel de 3, comenzaron a ser rastreados en abril de 2002, cuando se radicó la denuncia. Sus familiares advirtieron que hacía tiempo que Rubén se había ausentado de su trabajo como puestero en la estancia La Candelaria, ubicada en Crucecitas Séptimas, del departamento entrerriano de Nogoyá, donde vivía con su familia. El caso quedó a cargo del juez de instrucción Jorge Sebastián Gallino, quien dijo que se tomaron medidas de todo tipo: comunicación con todos los pasos fronterizos, rastrillajes en toda la zona aledaña a Nogoyá, búsquedas en varias provincias como Corrientes, Santa Fe y Córdoba, y pedidos de informes a todas las fuerzas de seguridad. En tanto que indicó que no se supo que la familia tuviera deudas o que haya recibido alguna amenaza antes de su desaparición. Durante varios meses, el terreno de la Estancia La Candelaria, el lugar donde vivía Rubén Gil con su esposa e hijos y el viejo casco que ocupaba en ese momento Alfonso Göette, quien llamativamente fue desalojado, fue motivo de profunda investigación. Lo curioso es que ya no se trataba de una inspección ocular como la que intentaron realizar varios meses después de la desaparición, a la que accedió el juez Sebastián Gallino luego de muchas insistencias y que no sirvió para mucho. La presión social empujó a que se comenzara a efectuar un relevamiento científico en el amplio predio, con médicos forenses que, en el afán de investigar también tomaron palas y picos y cavaron en busca de algo que explique al menos una hipótesis. Abogados querellantes que temían hablar con el periodismo ante las reacciones que pudieran tener las autoridades judiciales por datos que trascendieran, aunque algunos interpretaban como que se seguía protegiendo la imagen pública del propietario del lugar. Nada, de lo hasta hoy investigado, puede colocar un manto de sospecha a nivel judicial sobre Göette, pero lo que provoca el gran interrogante es la cuasi seguridad con la que el vox populi, lo señala como el dueño del misterio. “No hay pruebas firmes, ni testimonios elocuentes, ni hemos encontrado nada que nos diga que están muertos. Nunca en mi carrera había estado avocado a un caso tan extraño”, concluyó Gallino y aseguró que, pese al desconcierto, seguirá con la causa hasta las últimas consecuencias.
  7. Antecendente del caso Pomar: La familia Gil está desaparecida desde hace 8 años
  8. El 26 de diciembre de 1996, la madre de JonBenét encontró una carta de tres páginas en el primer piso de su casa. En la nota se exigían 118.000 dólares por el rescate de la niña. Los padres llamaron a la policía, desobedeciendo las específicas instrucciones que el captor les dio: no debían contactar ni a las autoridades, ni a ningún familiar o amigo. La nota también sugería que la recolección del dinero sería monitoreada por el criminal y que JonBenét estaría de vuelta en casa tan pronto le dieran el monto solicitado. Ese mismo día, la detective de la policía de Boulder, Linda Arndt, le pidió a Fleet White, un amigo de los Ramsey, que llevara a John junto a él y que buscaran en la casa “algo inusual”. El padre de la niña, junto a dos amigos, comenzó la búsqueda en el sótano. En la bodega de vinos y ocho horas después de percatarse de su desaparición, encontraron el cuerpo de JonBenét Ramsey cubierto por una sábana blanca. John tomó el cadáver de su hija y lo llevó al primer piso de la casa, lo que las autoridades interpretaron como un acto para enturbiar futuras investigaciones. Esa noche, las autoridades permitieron la remoción del cuerpo de la menor. [editar] La autopsia Los resultados de la autopsia revelaron que la víctima había sido asesinada por estrangulamiento y por una fractura de cráneo. Su boca estaba tapada con cinta adhesiva.[2] Un garrote, confeccionado con una correa de nailon y el mango de una brocha, fue utilizado para estrangularla.[3] Su cabeza se dañó al recibir severos traumas. Probablemente, fue abusada sexualmente. La causa de muerte oficial fue asfixia por estrangulamiento, asociado con trauma cráneo-cerebral.[4] Los exámenes también evidenciaron que la niña había comido piña pocas horas antes de su muerte, momento en el cual su madre alegó haber estado ausente. [editar] Pistas Algunas pistas encontradas por los investigadores en la escena del crimen:[5] * Una ligadura blanca y sintética (una soga o una cuerda) atada alrededor de su cuello, y otra pieza flojamente anudada a su muñeca derecha, sobre la manga de su camiseta. * La cuerda alrededor de su cuello estaba enrollada en una barra de madera de 10 centímetros, con la palabra «Korea» impresa en ella con tinta dorada. Una porción de otra palabra en la barra de madera fue ilegible. * La barra de madera estaba quebrada irregularmente en ambos lados, y estaba cubierta con diversos colores de pintura y posiblemente barniz. La policía cree que la barra fue usada para apretar la cuerda alrededor del cuello de la niña. * Algunos de sus cabellos estaba entrelazados con la soga del cuello. * JonBenét estaba acostada de espaldas en el piso, cubierta por una sábana y una sudadera del equipo de hockey Colorado Avalanch. Cinta adhesiva de tela fue encontrada en su boca, de acuerdo a John Ramsey. * Su cabeza estaba girada hacia la derecha y sus brazos estaban extendidos sobre su cabeza. * Vestía una camiseta blanca de manga larga sin cuello, con una estrella plateada al centro decorada con lentejuelas. Además llevaba ropa interior blanca, y se encontraron manchas rojas y de orina en sus pantis. * El dibujo de un corazón hecho con tinta roja estaba en la palma de su mano izquierda, y una cruz dorada colgaba de su cuello. También llevaba un anillo en la mano derecha y un brazalete de identificación estampado con la frase «JonBenet 12-25-96». [editar] Las sospechas hacia sus familiares Desde el comienzo de la investigación, llamó la atención de las autoridades la actitud defensiva que habían adoptado los padres de JonBenét. También consideraron extraña la contratación de dos abogados criminalistas, un investigador privado y una relacionadora pública.[6] Asimismo, su hermano Burke, quien siempre había vivido a la sombra de su famosa hermana, se consideró sospechoso. Esto a raíz de un posible resentimiento que podría albergar, no obstante, quienes lo conocían aseguraban que fue siempre introvertido y tímido, y el hecho de no ser el centro de atención no le agraviaba lo más mínimo, según consta en la página web oficial. Aunque la familia aseguró que ambos chicos tenían una buena relación, en el verano de 1994, Burke golpeó accidentalmente a JonBenét con un palo de golf en el rostro mientras jugaba a batear. La mejilla izquierda de la menor tuvo que ser reconstruida por un cirujano plástico. Otro indicio que ayudaría a culpar al niño es una frase que le habría dicho a su psicóloga, Suzanne Bernhard, trece días después de morir su hermana: «Ahora estoy recuperando mi vida». Por último, trascendió que luego del asesinato, Burke pasaba todo el día llorando y mirando un vídeo donde aparecía JonBenét en uno de sus tantos concursos de belleza.[6] Aunque batallaron durante años, John y Patsy nunca pudieron zafarse de la condena social que los medios de comunicación se encargaron de difundir. Como cuando la revista Vanity Fair aseguró que la niña había fallecido mientras sus padres practicaban junto a ella un juego sexual que se escapó de control.[7] Una teoría similar planteó el médico forense y escritor Cyril Wecht en la edición del 12 de enero de 1997 del tabloide Globe, que causó controversia, además, por exhibir las crudas fotografías del reporte policial del caso.[8] Finalmente, en el año 2003, la justicia consideró que las pruebas halladas en la escena del crimen no eran suficientes para culpar a sus familiares, resultando éstos exonerados. Asimismo, el test de ADN practicado posteriormente descartó a todos los miembros de la familia. [editar] La carta de rescate Esta es una traducción de la nota de rescate encontrada por Patricia Ramsey en su casa el día de la muerte de JonBenét.[9] Sr. Ramsey: ¡Escuche cuidadosamente!. Somos unos individuos que representamos a un pequeño grupo de residentes extranjeros. Respetamos sus negocios, pero no el país donde los desarrolla. En este momento tenemos a su hija. Ella está sana y salva, y si usted desea que esté viva en 1997, debe seguir nuestras instrucciones al pie de la letra. Usted retirará $118.000 de su cuenta. $100.000 serán en billetes de $100 y los $18.000 restantes en billetes de $20. Asegúrese de llevar un maletín del tamaño adecuado al banco. Cuando llegue a casa, pondrá el dinero en una bolsa de papel café. Lo llamaré mañana, entre las 8 y las 10 de la mañana, para informarle sobre la entrega del dinero. La entrega será exhaustiva, así que le recomiendo que descanse. Si vemos que recoge el dinero temprano, podríamos llamarlo luego para arreglar una entrega anticipada del maletín, liberando tempranamente a su hija. Cualquier desobediencia a mis instrucciones traerá como consecuencia la ejecución inmediata de su hija. Tampoco le serán entregados sus restos para darle un funeral apropiado. Le aconsejo que no provoque a los dos señores que guardan a su hija, pues usted no es de su gusto particularmente. Si le cuenta a alguien sobre su situación, ya sea a la policía o el FBI, traerá como consecuencia la decapitación de su hija. Si lo vemos hablando con un sabueso, ella muere. Si le alerta a las autoridades del banco, ella muere. Si el dinero está falsificado o intervenido de cualquier modo, ella muere. Puede intentar engañarnos, pero tenga en cuenta que nos son familiares las contramedidas y tácticas de la aplicación de la ley. Usted tiene un 99% de posibilidades de matar a su hija si trata de ser más astuto que nosotros. Siga las instrucciones y tendrá un 100% de posibilidades de tenerla de vuelta. Usted y su familia están bajo vigilancia constante, al igual que las autoridades. No intente idear un plan, John. Usted no es el único codicioso merodeando, así que no crea que matar sea muy difícil. No nos subestime, John. Use ese buen sentido común de ustedes los sureños. ¡Todo depende de usted, John! ¡Victoria! S.B.T.C. En agosto de 2006, el experto del FBI, Roger Depue, concluyó que el perfil del autor de la carta de rescate encaja con el de Patricia Ramsey.[10] Según el especialista, la carta fue escrita para confundir las verdaderas razones por las cuales murió la menor. También añade que la frase «Los dos señores que guardan a su hija» tiene un toque femenino y que la oración «No intente idear un plan, John» denota que el autor conoce muy bien a John, tanto como para saber qué es lo que podría molestarlo. [editar] John Mark Karr John Mark Karr fotografiado para el expediente policial. En el año 2006 se sometió a una cirugía de cambio de sexo. Dos años después cambió su identidad a la de Alexis Valoran Reich. El 16 de agosto de 2006, el caso volvió a ser noticia al detenerse a John Mark Karr en Bangkok, Tailandia, quien era un profesor estadounidense desempleado de 41 años. Primero, la policía obtuvo la información de que Karr se había adjudicado la culpa a través de un intercambio de correos electrónicos con el periodista Michael Tracey.[11] El sujeto confesó haber sido el autor del crimen, agregando que la muerte de la niña "fue accidental"[7] Aparentemente, el hombre estaba obsesionado con la menor, incluso pretendía escribir un libro sobre el trágico caso.[12] Sin embargo, el 28 de agosto del mismo año, las pruebas de ADN confirmaron que Karr no era el asesino, ya que sus muestras no tenían relación con las presentes en el cadáver de JonBenét. Además, siempre llamó la atención de las autoridades la insistencia con que el sujeto se atribuía la responsabilidad del asesinato y algunas contradicciones en su discurso,[13] como por ejemplo, cuando aseguró que el día del homicidio, él había ido a buscar a la niña al colegio, el High Peaks Elementary School, siendo que en ese entonces no habían clases. No se le presentaron cargos por la muerte de Ramsey, pero quedó arrestado debido a las acusaciones que lo vinculan a la pornografía infantil
  9. JonBenét Ramsey ue una reina de belleza infantil que fue hallada muerta en el sótano de la casa de sus padres, 8 horas después de haber sido denunciada su desaparición y tras la aparición de una nota de rescate. El caso ganó atención cuando no se presentaron cargos contra ningún sospechoso y los indicios apuntaban como responsables a los propios padres de la menor.[1] [2] Luego del hallazgo del cuerpo de la niña, se concluyó que había sido amordazada, estrangulada y violada. También su cráneo estaba fracturado. El agresor dejó residuos de saliva en la ropa interior de Ramsey, por lo que se sabe que el ADN del asesino pertenece a un varón blanco, pero nunca ha encajado con el de algún sospechoso. JonBenét nació en el Northside Hospital, Atlanta, Georgia y se mudó junto a su familia a Colorado cuando tenía sólo un año de vida. Su nombre es la combinación del primer y segundo nombre del padre, John Bennett Ramsey (nacido el 7 de diciembre de 1943). La familia Ramsey la conformaban su madre, Patricia "Patsy" Ramsey (nacida el 29 de diciembre de 1956 y fallecida el 24 de junio de 2006), presentó a su hija en numerosos concursos de belleza. Incluso, financió algunos certámenes[cita requerida] donde JonBenét participó. Patsy fue reina de belleza en su juventud, obteniendo el título de Miss West Virginia en 1977. John Ramsey, su padre, en ese entonces era un hombre de negocios, presidente y jefe ejecutivo de Access Graphics, una compañía de servicios informáticos,su hermano, llamado Burke (nacido el 27 de enero de 1987), dos años mayor que ella. La niña obtuvo diversos títulos en concursos de belleza, incluyendo: America's Royal Miss, Colorado State All-Star Kids Cover Girl, Little Miss Charlevoix Michigan, Little Miss Colorado, Little Miss Merry Christmas, Little Miss Sunburst y National Tiny Miss Beauty. La sepultura de JonBenét se encuentra en el Saint James Episcopal Cemetery en Marietta, Georgia, al lado de la tumba de su madre.
  10. El secuestro y asesinato motivaron al padre de Adam, John Walsh, para convertirse en abogado para los derechos de víctimas y ayudó a la formación del Centro Nacional para Niños Perdidos y Abusados (National Center for Missing and Exploited Children, NCMEC en sus siglas en inglés). Como resultado de su labor, colaboró en la creación del programa de televisión “America's Most Wanted”. Como consecuencia del incidente, se creó el Code Adam (código Adán), que es un procedimiento para localizar niños que se reportan como perdidos en cualquier local comercial, y que luego fue implementado por otras empresas, entra ellas [Wal-Mart]. El Congreso norteamericano aprobó la Adam Walsh Child Protection and Safety Act (Ley de protección y seguridad de niños, Adam Walsh) el 25 de julio de 2006, y el Presidente G. W. Bush lo firmó el 27 de julio de 2006. La ceremonia de firma de la ley tuvo lugar en el Jardín Sur de la Casa Blanca, donde los líderes de todos los espectros políticos se unieron a John y Revé Walsh. La ley instituye una base de datos nacional de pedófilos condenados, aumenta las sanciones para los delitos sexuales y violentas contra los niños, y crea canales de acción para los abusadores de niños y de aquéllos que atentan contra ellos. [editar] Sospechosos Nadie se ha declarado culpable del asesinato de Adam Walsh, aunque un hombre, Ottis Toole, confesó repetidamente su culpabilidad, aunque también se retractó reiteradamente. Toole nunca fue enjuiciado por el caso de Adam Walsh, pero las investigaciones afirman que proporcionó descripciones aparentemente exactas respecto de cómo se había comprometido en el crimen. La policía investigó a Toole, pero evidencia importante que lo hubiera incriminado ya se había perdido. En Septiembre de 1996 Toole murió en la prisión por cirrosis mientras cumplía sentencia de por vida por otros crímenes. Tiempo después, la sobrina de Toole le dijo a John Walsh que su tío le confesó en su lecho de muerte el asesinato de Adam. Sin embargo, la confesión de Toole se ve por muchos con escepticismo, desde que él y Henry Lucas (otro condenado) confesaron o se implicaron en por lo menos 200 homicidios diferentes, muchos de los cuales se acreditó que no tuvieron participación alguna. Jeffrey Dahmer, arrestado en Wisconsin en 1991 después de matar más de una docena de hombres y adolescentes, también se ha nombrado como uno de los sospechosos en el asesinato de Adam Walsh. Durante muchos años algunos han pensado que existe un nexo entre Dahmer y el caso, pero las sospechas se consolidaron y se extendieron a principios de 2007: Dahmer estaba viviendo en la Playa de Miami en el momento que Adam fue asesinado y dos testigos de vista lo mencionan en el centro comercial el día que Adam fue secuestrado. Dahmer le gustaba encontrarse con hombres jóvenes y adolescentes, y su modus operandi incluía la decapitación de sus víctimas. Desde que este rumor apareció, John Walsh ha afirmado que no ha visto ninguna evidencia que vincule el caso de su hijo secuestrando con el asesino en serie Jeffrey Dahmer. De hecho, John todavía cree su hijo fue asesinado por Ottis Toole. [editar] Películas La desaparición de Adam y la lucha de su familia fueron llevados a la televisión en una película de 1983 y realizada por la NBC, con actores Daniel J. Travanti y JoBeth Williams interpretando a los padres de Adam. En 1986, a la película “Adam” le siguió como secuela “Adam: su canción continúa”. El verdadero John Walsh aparecía al final de la serie America's Most Wanted, para publicar fotografías de otros niños secuestrados. [editar] Fin y cierre del caso El 16 de Diciembre de 2008, la policía de Hollywood, Florida cerraron el caso luego de comprobar que debido a exámenes médicos y dentales, Ottis Toole era el verdadero culpable del asesinato del menor Walsh. A pesar de las pruebas, Ottis Toole ya había fallecido en Septiembre de 1996 debido a un Cancer detectado en su sistema. John Walsh, el padre del menor fallecido se mostró agradecido que al fin después de 27 años dijo a la prensa "El ya no estará con nosotros, pero se que está en algún lugar mejor ... por favor no pierdan la esperanza".
  11. La madre de Adam, Revé, le permitió a su hijo mirar a un grupo pequeño de muchachos mayores que jugaban videojuegos en la tienda Sears, en un centro comercial de Hollywood, Florida, mientras ella se alejaba unos pasillos para ir a comprar una lámpara. Cuando Revé volvió a la sección de videojuegos, se asustó por no encontrar allí a Adam. Solicitó que se anunciara por los parlantes de la tienda que se acercara a uno de los mesones de atención de público. Revé afirmaría después que ella no tenía la confianza de que su hijo pudiera localizar tal mesón. Adam y su madre nunca se reunieron. Hay quienes afirman que una mujer que trabajaba de guardia de seguridad echó a los muchachos del local por los desórdenes que provocaron, por lo que se cree que tal vez Adam se desconcertó y creyó que también tenía que salir. Los investigadores piensan que Adam habría sido equivocadamente asociado a este grupo de adolescentes que estaban causando el problema y que luego dejaron el local. Se sospecha que a Adam lo secuestraron cerca de la parte exterior de la tienda, luego que los muchachos se fueron. La cabeza decapitada de Adam se encontró en Vero Beach, Florida, el 10 de agosto de 1981; el resto de su cuerpo nunca se recuperó. Cuando la familia Walsh intentó demandar a la empresa Sears, éstos demandaron en contra. Los Walsh se desistieron de los cargos. El centro comercial se volvió un lugar vacío luego de este evento, y de hecho actualmente se encuentra cerrado.
  12. Adam John Walsh (14 de noviembre de 1974 - fallecido probablemente el 27 de julio de 1981) fue un niño norteamericano secuestrado en un almacén de un centro comercial de Hollywood, Florida, el 27 de julio de 1981, y después encontrado asesinado. Aunque el asesino en serie Ottis Toole confesó al asesinato del muchacho, esto nunca fue probado. La muerte de Adam tuvo difusión nacional, y el padre de Adam, John Walsh, se convirtió luego abogado especialista en asesorar a víctimas de crímenes violentos y fue asimismo organizador del programa de televisión “America's Most Wanted”.
  13. Bueno continuemos hablando de desapariciones misteriosas
  14. Y bueno para no alargarme demasiado el caso de Matute Jhons esta entre comillas resuelto que opinan uds????
  15. Ya muchachones a postear y opinar ya que tenemos que ganarle a nuestra competencia el post de los vampiros
  16. Shiucha no me da paj jajajjaja
  17. La Increible historia de D.B Cooper (Disculpen el Copy Paste muchachones pero no pretendo hacer una tèsis o investigaciòn en la K "ESO SI SERIA SER MUUUUUYYYY PELOTUDO" jajajajaja Diviertanse con esta historia y comentemos. D. B. Cooper es el nombre atribuido a un hombre que secuestró un avión Boeing 727 en los Estados Unidos el 24 de noviembre de 1971, recibió un rescate de US$200 000 y saltó en paracaídas desde el avión.[1] El nombre que el secuestrador usó para abordar el avión fue Dan Cooper. Sin embargo, las iniciales «D. B.» se asociaron permanentemente con el secuestrador debido a un error de comunicación con la prensa, que tuvo conocimiento de que poco después del secuestro el FBI había interrogado a un hombre de Portland llamado D. B. Cooper, quien nunca fue considerado un sospechoso importante.[2] La forma en la que Cooper escapó de la justicia así como la incertidumbre sobre su paradero continúan intrigando al público. El caso de Cooper (cuyo código es «Norjak» en el FBI)[3] es el único caso de piratería aérea sin resolver en los Estados Unidos[4] y es uno de los pocos de ese tipo que quedan sin resolver en todo el mundo junto al vuelo 653 de Malaysia Airlines. A pesar del gran número de pistas que se han encontrado con el paso de los años, no se ha encontrado evidencia concluyente sobre la identidad del secuestrador y su paradero. Existen múltiples teorías de lo que pudo haber sucedido tras el salto, pero el FBI cree que Cooper no sobrevivió.[5] A finales de 1978, cerca del área donde se cree que aterrizó el secuestrador, se descubrió un cartel en el que había indicaciones para abrir las compuertas traseras de un Boeing 727. Asimismo, en febrero de 1980, en las orillas del río Columbia, un niño de ocho años encontró $5 880 en billetes de 20 que resultaron ser parte del rescate pagado.[6] El resto del dinero no ha sido recuperado. En octubre de 2007, el FBI declaró que había obtenido un perfil parcial del ADN de Cooper a partir de la corbata que había dejado en el avión.[7] En diciembre de ese mismo año, la agencia reabrió el caso publicando nueva información y varios retratos que nunca antes habían sido mostrados al público con el objetivo de tratar de obtener nuevas pruebas que llevaran a su identificación. En la rueda de prensa, el FBI reiteró que cree que Cooper murió tras el salto, pero que continuaban investigando su identidad. El miércoles 24 de noviembre de 1971, un día antes del día de Acción de Gracias en Estados Unidos, un pasajero que viajaba bajo el nombre de Dan Cooper abordó un Boeing 727-100 en el vuelo 305 (número de registro de la FAA N467US) de Northwest Orient (posteriormente Northwest Airlines) que partía del Aeropuerto Internacional de Portland con destino a Seattle, Washington.[8] Dan Cooper fue descrito como un hombre de unos 45 años, con una altura entre 1,78 y 1,83 metros que ese día llevaba una gabardina negra, mocasines, traje oscuro, camisa blanca, corbata negra, gafas de sol oscuras y un alfiler de corbata hecho de madreperla.[9] Se sentó en la parte trasera del avión en el asiento 18C y después de que la nave despegara, le entregó una nota a la azafata Florence Schaffner,[10] que se encontraba sentada en un asiento plegable cerca de la salida trasera, justo a la derecha del asiento de Cooper. Ella pensó que se trataba de su número de teléfono, por lo que guardó la nota en su bolsillo sin leer su contenido.[11] Sin embargo, Cooper se le acercó y le dijo: «Señorita, mejor lea lo que hay en esa nota. Tengo una bomba».[12] En el mensaje estaba escrito: «Tengo una bomba en mi maletín. La usaré si es necesario. Quiero que se siente junto a mí».[13] La nota también pedía US$200 000 en billetes sin marcar y dos sets de paracaídas (dos paracaídas de espalda y dos paracaídas de emergencia)[14] y explicaba detalladamente cómo se debían entregar estos objetos una vez que el avión aterrizara en el Aeropuerto Internacional de Seattle-Tacoma; si no se cumplían sus demandas, haría estallar el avión.[15] Cuando la azafata informó a la cabina de vuelo sobre Cooper y sus demandas, el piloto, William Scott, contactó con el control del tráfico aéreo de Seattle-Tacoma, quienes a su vez se pusieron en contacto con la policía de Seattle y el FBI. La agencia se puso en contacto con el presidente de Northwest Orient, Donald Nyrop, quien pidió a Scott que cooperase con el secuestrador.[14] El piloto ordenó a Schaffner volver a la parte trasera del avión y sentarse junto a Cooper para tratar de averiguar si la bomba era real. Cuando el secuestrador descubrió las intenciones de la azafata, abrió su maletín momentáneamente, lo suficiente para que Schaffner viera varios cilindros rojos, una gran batería y cables, convenciéndose de que la bomba era verdadera.[16] Cooper le ordenó que le dijera al piloto que no aterrizara hasta que el dinero y los paracaídas estuvieran listos en el aeropuerto. Schaffner regresó a la cabina para entregar las instrucciones del secuestrador. Después de que las demandas fueran comunicadas a las autoridades, el avión empezó a sobrevolar el Puget Sound, un estrecho marítimo cerca de Seattle. Mientras recolectaban el dinero, los agentes del FBI siguieron las instrucciones de usar sólo billetes sin marcar, pero decidieron usar billetes impresos principalmente en 1969 y con números de serie empezando con la letra L, emitidos por el Banco de la Reserva Federal de San Francisco.[17] Asimismo, los agentes pasaron rápidamente los 10 000 billetes de 20 dólares por un dispositivo Recordak para crear una fotografía en microfilm de cada uno y así grabar los números de serie.[15] [18] Las autoridades inicialmente pretendían usar paracaídas militares de la Base de la Fuerza Aérea McChord, pero Cooper especificó que quería paracaídas civiles que tuvieran cordones de apertura manuales. La policía de Seattle encontró unos ejemplares como los que exigía el secuestrador en una escuela local de paracaidismo.[17] Mientras tanto, Cooper permaneció sentado en el avión bebiendo un cóctel de bourbon whisky con soda de limón por el que ofreció pagar. Tina Mucklow, una azafata que permaneció junto al secuestrador la mayor parte del tiempo, lo describió como una persona agradable y lo suficientemente considerada para pedir que le dieran comida a la tripulación después del aterrizaje en Seattle.[17] Sin embargo, los investigadores del FBI afirmaron que el secuestrador era obsceno y que usaba «malas palabras».[17] A las 17:24, el control de tráfico del aeropuerto le comunicó a Scott que las demandas de Cooper habían sido cumplidas. Entonces el secuestrador permitió al piloto aterrizar. El avión tocó tierra a las 17:39.[19] Posteriormente, Cooper ordenó a Scott que llevara la aeronave a una sección remota de la pista y que atenuara las luces en la cabina para evitar a los francotiradores de la policía. Asimismo, pidió al control de tráfico que enviara a una persona a entregar los $200 000 y los paracaídas.[19] La persona elegida, un empleado de Northwest Orient, se acercó hasta el avión y entregó los objetos a la azafata Mucklow a través de las escaleras traseras. Pocos minutos después, Cooper liberó a los 36 pasajeros y a la azafata Schaffner, pero retuvo al piloto Scott, la azafata Mucklow, el primer oficial Bob Rataczak y al ingeniero de vuelo H.E. Anderson.[19] En ese momento, los agentes del FBI desconocían las intenciones del secuestrador y estaban perplejos por su demanda de cuatro paracaídas. Asimismo, se preguntaban si tendría un cómplice a bordo o si los paracaídas eran para los cuatro miembros de la tripulación que permanecían con él.[17] Nunca antes alguien había intentado saltar en paracaídas desde un avión comercial secuestrado. Mientras la aeronave era reabastecida, un oficial de la Administración Federal de Aviación, que quería explicar al secuestrador las implicaciones legales de la piratería aérea, caminó hasta la puerta del avión y pidió permiso a Cooper para abordar el avión, pero éste se lo negó al instante.[20] Una bolsa de vapor en el motor del camión con gasolina retrasó el proceso de reabastecimiento y Cooper empezó a sospechar cuando, después de 15 minutos, no habían acabado. El secuestrador amenazó nuevamente con hacer estallar el avión, por lo que los encargados del abastecimiento aceleraron la tarea hasta completarla.[19] [editar] De vuelta en los aires Después del reabastecimiento y de una inspección detallada del dinero y los paracaídas, Cooper ordenó a la tripulación despegar nuevamente a las 19:40. También decidió que volaran con rumbo a México, D. F., a una velocidad relativamente baja de 170 nudos (320 km/h), a una altitud de 3 000 m (la altitud normal de crucero es entre 7 600 y 11 000 m), con los trenes de aterrizaje desplegados y con 15 grados de flaps.[21] Sin embargo, el primer oficial Rataczak le dijo que el avión sólo podría volar 1 600 km bajo esas condiciones, por lo que Cooper y la tripulación discutieron otras rutas antes de decidir volar hasta Reno, Nevada, en donde se reabastecerían nuevamente.[19] También decidieron volar en la ruta Victor 23, una ruta aérea federal que transcurre al oeste de la cordillera de las Cascadas. Asimismo, Cooper ordenó a Scott que dejara la cabina despresurizada, ya que esto evitaría una salida violenta de aire y facilitaría la apertura de cualquier puerta para saltar en paracaídas.[19] Inmediatamente después del despegue, Cooper pidió a Mucklow, quien había estado sentada junto a él, que volviera a la cabina y que permaneciera allí.[22] Antes de que pasara tras las cortinas que separaban primera clase de clase económica, la azafata vio al secuestrador atando algo a su cintura. Momentos más tarde en la cabina, la tripulación observó una luz intermitente indicando que Cooper intentaba abrir la puerta trasera de la aeronave. A través del interfono, Scott le preguntó si había algo que pudieran hacer por él, a lo que el secuestrador respondió: «¡No!». La tripulación empezó a notar un cambio de presión en la cabina: Cooper había abierto la puerta trasera y había saltado del avión.[2] Esta fue la última vez que se supo de él. El FBI cree que el salto fue realizado a las 20:13 sobre el suroeste del estado de Washington ya que a esta hora las escaleras traseras se sacudieron, posiblemente en el instante en que abandonó la aeronave. En ese momento, el avión estaba volando a través de una tormenta y la nubosidad impedía ver el suelo.[7] Debido a la mala visibilidad, los aviones de caza F-106 que seguían la aeronave no se dieron cuenta del salto del secuestrador.[23] Inicialmente se creyó que había aterrizado al sureste del área no incorporada de Ariel (Washington), cerca del lago Merwin, 48 km al norte de Portland (Oregón).[24] Teorías posteriores, basadas en varias fuentes tales como el testimonio del piloto de Continental Airlines, Tom Bohan —quien volaba a 1 200 metros sobre el vuelo 305 y 4 minutos detrás del mismo— ubican la zona del aterrizaje a 32 km al este de ese punto.[25] Después de 2 horas y media del despegue en Seattle, el avión, con la compuerta trasera abierta, aterrizó en Reno a las 22:15.[22] El aeropuerto y la pista fueron rodeados por agentes del FBI y de la policía local. Tras comunicarse con el capitán Scott, se determinó que Cooper había abandonado la aeronave y los agentes abordaron el avión para buscar cualquier evidencia que hubiera dejado, encontrando varias huellas dactilares, una corbata con un alfiler de madreperla, dos de los cuatro paracaídas y ocho colillas de cigarrillos.[26] Sin embargo, no había rastros del maletín del secuestrador, el dinero y la bolsa que lo contenía y los dos paracaídas restantes. Las personas que habían interactuado con Cooper a bordo del avión y en tierra fueron interrogadas para crear un retrato robot. La mayoría de los testigos proporcionaron la misma descripción, por lo que el FBI estima que el retrato es una representación fiel de Cooper y lo utiliza en todos los pósters en los que se requiere su captura. Aunque a finales de 1971 y principios del año siguiente se llevaron a cabo diversas búsquedas aéreas y terrestres en un área de 73 km² en donde se creía que Cooper había aterrizado, no se encontró ningún rastro del secuestrador o de su paracaídas. La velocidad del avión (91 metros por segundo), las diferencias de altitud y la incertidumbre del momento del salto dificultaron la determinación del punto exacto de aterrizaje. Debido a esto, el FBI cree que Cooper no sabía dónde iba a aterrizar, por lo que probablemente no había un cómplice en tierra que lo ayudase a escapar.[7] Inicialmente, el FBI trabajó junto a los policías de los condados de Clark y Cowlitz, quienes realizaron búsquedas a pie y en helicóptero. Otros patrullaron el Lago Merwin y el Lago Yale en botes.[28] Pese a que con el paso del tiempo no aparecía ningún tipo de pistas, la llegada del deshielo con la primavera boreal favoreció que se realizara una búsqueda terrestre extensiva, llevada a cabo por el FBI y más de 200 miembros del Ejército de los Estados Unidos que estaban estacionados en Fort Lewis. La expedición examinó metro por metro del área estimada de aterrizaje durante 18 días consecutivos del mes de marzo y por otros 18 días en abril de 1972. Después de seis semanas, la búsqueda no rindió ningún resultado,[29] por lo que existe controversia sobre si Cooper aterrizó realmente en esa área o si sobrevivió al salto. Mientras tanto, el FBI empezó a rastrear los 10 000 billetes de $20 usados para el rescate, dando a conocer los números de serie a bancos, compañías financieras y otros negocios. Asimismo, varias agencias policiales alrededor del mundo, incluyendo Scotland Yard, recibieron información sobre Cooper y los números de serie de los billetes. Durante los meses que siguieron al secuestro, Northwest Airlines ofreció una recompensa del 15 por ciento del dinero que se recuperara hasta un máximo de $25 000, pero la aerolínea retiró la oferta al no aparecer ninguna prueba.[30] En noviembre de 1973, The Oregon Journal, un periódico de Portland, publicó por primera vez y con permiso del FBI los números de serie y ofreció $1 000 a la primera persona que encontrara uno de los billetes de $20.[30] Posteriormente, el Seattle Post-Intelligencer ofreció una recompensa de $5 000 por uno de los billetes.[31] A pesar del interés desatado por estas recompensas, los periódicos nunca recibieron ninguno de los billetes del rescate. Durante la década que precedió el secuestro, la policía local y el FBI habían resuelto dos crímenes importantes en el noroeste de los Estados Unidos (un robo de banco y una extorsión) rastreando los números de serie de los billetes y en ambos casos las autoridades tardaron sólo varias semanas en atrapar a los criminales que habían usado el dinero en un área cercana pocos días después del crimen,[32] circunstancia que no ocurrió en el caso de Cooper. Fotografía de algunos de los billetes recuperados por Ingram en 1980. Con el paso de los años, nuevas evidencias fueron apareciendo. A finales de 1978, un cazador que se encontraba al norte del área estimada de aterrizaje encontró una pancarta con instrucciones para abrir la puerta trasera de un Boeing 727. Después de ser analizada, se determinó que pertenecía a la puerta del avión secuestrado.[33] El 10 de febrero de 1980, Brian Ingram, un niño de ocho años que estaba de pic-nic con su familia, encontró $5.880 en billetes semidestruidos (un total de 294 billetes de $20 todavía atados en bandas elásticas) aproximadamente a 12 metros de la orilla del río Columbia a 8 km al noroeste de Vancouver (Washington).[34] Después de comparar los números de serie de estos billetes con los de los billetes entregados a Cooper, se determinó que el dinero encontrado por Ingram era parte del rescate pagado nueve años atrás.[33] Varios científicos locales reclutados por el FBI declararon que el dinero pudo haber llegado a ese lugar después de que el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos dragara varias secciones del río en 1974. Otros expertos, incluyendo al geólogo Leonard Palmer de la Portland State University, estimaron que el dinero tuvo que haber llegado después de que el dragado hubiera finalizado ya que Ingram encontró los billetes sobre depósitos de arcilla que habían sido removidos del río por la draga.[35] Varios investigadores e hidrólogos creen que los billetes llegaron al río Columbia a través de uno de sus afluentes, posiblemente el río Washougal, el cual nace en el área donde se cree que aterrizó Cooper. El descubrimiento de los $5 880 respaldó la teoría del FBI de que Cooper no sobrevivió al salto ya que era improbable que un criminal dejara atrás parte de un botín por el que arriesgó su vida. Las autoridades conservaron los billetes recuperados hasta 1986, cuando una corte repartió el dinero entre Ingram, el FBI, Northwest Airlines y su compañía de seguros.[36] El 13 de junio de 2008, de acuerdo con los deseos de Ingram, la casa de subastas Heritage Auctions vendió 15 de los billetes en Dallas (Texas), a varios compradores por un total de más de $37 000.[37] Con la excepción del dinero recuperado por Ingram, el resto del rescate continúa desaparecido. Los números de serie de los 9.998 billetes entregados al secuestrador se encuentran en una base de datos que puede ser consultada por el público a través de un motor de búsqueda El FBI ha investigado más de 1 000 sospechosos y descartado a casi todos como el verdadero secuestrador.[4] La agencia cree que Cooper estaba familiarizado con el área de Seattle, ya que reconoció desde el aire la ciudad de Tacoma (Washington) mientras el avión sobrevolaba el Puget Sound. También había comentado a la asistente de vuelo Mucklow que la Base de la Fuerza Aérea McChord estaba aproximadamente a 20 minutos del Aeropuerto Internacional de Seattle-Tacoma. Aunque inicialmente el FBI creía que Cooper podría haber sido un miembro activo o retirado de la Fuerza Aérea debido a sus conocimientos de aerodinámica y paracaidismo,[17] esta hipótesis fue descartada ya que ningún paracaidista experimentado hubiera intentado un salto tan arriesgado. En 1971, el asesino en masa John List fue considerado sospechoso del secuestro, el cual ocurrió sólo quince días después de que matara a su familia en Westfield (Nueva Jersey). Su edad, rasgos faciales y complexión física eran similares a los de Cooper.[39] El agente del FBI Ralph Himmelsbach declaró que List era un «posible sospechoso» en el caso.[33] Cooper había solicitado $200 000 como rescate, el mismo monto que List había sustraído de la cuenta bancaria de su madre días antes de los asesinatos.[40] Después de su captura en 1989, List negó vehementemente haber secuestrado el avión. Actualmente, el FBI no lo considera un sospechoso.[33] List murió en prisión el 21 de marzo de 2008. El 7 de abril de 1972, sólo cuatro meses después del secuestro de Cooper, Richard McCoy, Jr., usando el alias «James Johnson», abordó el vuelo 855 de United Airlines durante una escala en Denver (Colorado) y, después del despegue, le entregó a la asistente de vuelo un sobre con una etiqueta donde se leía «Instrucciones de secuestro», en la que demandaba cuatro paracaídas y $500 000.[33] Asimismo, ordenó al piloto aterrizar en el Aeropuerto Internacional de San Francisco para reabastecer el avión.[42] El avión secuestrado era un Boeing 727 con escaleras traseras que fueron usadas por McCoy para escapar. El secuestrador portaba una granada ligera y una pistola sin balas. El FBI encontró un mensaje escrito a mano por McCoy así como sus huellas dactilares en una revista que había estado leyendo, las cuales fueron usadas posteriormente para identificarlo. La policía empezó la investigación después de recibir un aviso del patrullero Robert Van Ieperen, quien era amigo del secuestrador.[43] Al parecer, después del secuestro perpetrado por Cooper, McCoy dijo que Cooper debería haber pedido $500 000 en lugar de $200 000. Cuando se dio el secuestro del vuelo 855, Van Ieperen reportó el comentario al FBI. El sospechoso estaba casado, tenía dos hijos, trabajaba como maestro en una escuela dominical mormona y estudiaba ciencias policiales en la Universidad Brigham Young. También era veterano de la Guerra de Vietnam, tenía experiencia como piloto de helicóptero y era un avezado paracaidista.[44] El 9 de abril de 1972, McCoy fue arrestado por el secuestro del vuelo 885 después de que su escritura y huellas dactilares fueron comparadas con las que se encontraron en el avión.[42] El FBI encontró dentro de su casa un overol de paracaidista y una bolsa de lona con $499 970 en efectivo.[44] Aunque se declaró inocente, fue condenado a 45 años de prisión. Estando encarcelado, fabricó una pistola falsa usando relleno dental que obtuvo gracias a su acceso a la oficina dental de la prisión y escapó junto a un grupo de convictos en agosto de 1974 robando un camión de basura y estrellándolo contra las puertas de la prisión. El FBI logró localizarlo tres meses más tarde en Virginia. McCoy se enfrentó a los agentes del FBI que lo esperaban en su casa y resultó herido de muerte cuando el agente Nicholas O'Hara le disparó con una escopeta.[42] En 1991, Bernie Rhodes y el ex-agente del FBI Russell Calame publicaron el libro D.B. Cooper: The Real McCoy, en el cual afirmaban que Cooper y McCoy eran en realidad la misma persona debido a las similitudes de sus modi operandi. Asimismo, la corbata que Cooper dejó en el avión era similar a la que usaban los estudiantes de la Universidad Brigham Young y McCoy poseía un alfiler de corbata idéntico al que usó Cooper.[42] Rhodes y Calame nunca participaron en la investigación del secuestro de Cooper, pero Calame era el jefe de la división del FBI en Utah que investigó y capturó a McCoy en 1972. Los autores dicen que el sospechoso «nunca admitió ni negó que fuera Cooper».[45] Cuando se le preguntó directamente si era Cooper, el secuestrador respondió: «No quiero hablar sobre eso».[42] El agente del FBI Larry Carr no cree que McCoy fuera Cooper ya que no calzaba con la descripción y además estuvo presente en la cena de Acción de Gracias de su familia en Utah el día después del secuestro original. En julio de 2000, U.S. News & World Report publicó un artículo sobre una viuda en Pace (Florida), Jo Weber, quien afirmaba que su esposo, Duane L. Weber (nacido en Ohio en 1924), le había dicho que él era Dan Cooper antes de su muerte el 28 de marzo de 1995.[4] Jo empezó a sospechar y decidió investigar el pasado de su esposo que había estado en el Ejército durante la Segunda Guerra Mundial y posteriormente estuvo recluido en una prisión cerca del aeropuerto de Portland. Weber declaró que su esposo en una ocasión, mientras tenía una pesadilla, habló sobre saltar de un avión y de dejar sus huellas dactilares en las escaleras traseras.[47] Igualmente, recordaba que poco antes de su muerte Duane le había revelado que una vieja lesión en su rodilla había sido causada por un salto desde un avión.[4] Weber también narró cómo, durante unas vacaciones en 1979, ambos viajaron a Seattle («un viaje sentimental», de acuerdo con Duane) y visitaron el río Columbia.[4] Recordó que Duane fue a caminar sólo por los bancos del río cerca del área en donde Brian Ingram había encontrado los billetes de Cooper unos meses antes. Jo obtuvo un libro sobre Cooper de la biblioteca local y descubrió que la escritura del secuestrador era igual a la de su marido. Después de esto, escribió a Ralph Himmelsbach, el agente que estuvo a cargo del caso de Cooper, quien aceptó que parte de la evidencia circunstancial sobre Weber calzaba en el perfil del secuestrador. Sin embargo, el FBI dejó de investigar a Weber en julio de 1998 debido a la falta de pruebas concluyentes.[4] La agencia comparó las huellas de Weber con las que se encontraron en el avión secuestrado, pero no concordaron.[47] En octubre de 2007, el FBI declaró que una muestra parcial de ADN tomada de la corbata que Cooper dejó en el avión no pertenecía a Weber. En el número del 29 de octubre de 2007, la revista New York publicó una historia sobre Kenneth P. Christiansen, quien había sido identificado por la firma de investigadores Sherlock Investigations como sospechoso en el caso de Cooper. Christiansen era un ex paracaidista militar, había trabajado en una aerolínea y además había vivido en Washington cerca del sitio del secuestro, por lo que conocía el terreno. También bebía bourbon whisky, fumaba y sus rasgos faciales eran similares a los del retrato robot. Un año después del secuestro, Christiansen había comprado con efectivo una propiedad.[10] En 2010, Robert Blevins, un escritor de Seattle, y Skipp Porteous, un detective de la agencia privada Sherlock Investigations, publicaron un libro titulado Into The Blast - The True Story of D.B. Cooper, en el que argumentaban que Christiansen era el verdadero D. B. Cooper.[48] Sin embargo, el FBI descartó a Christiansen como sospechoso ya que su complexión, altura, peso y color de ojos no coincidían con las descripciones dadas por los pasajeros del vuelo 305 El 4 de agosto de 2008, The Canadian Press reportó que un abogado de Spokane (Washington), creía que el dinero del rescate estaba guardado en una caja de seguridad en un banco de Vancouver, Columbia Británica, bajo el nombre de William Gossett, un profesor universitario de Ogden (Utah), quien había muerto en 2003. El abogado Galen Cook dijo que la apariencia de Gossett coincidía con la de los retratos de Cooper. Supuestamente Gossett había presumido ante sus hijos del secuestro y les mostró la llave de una caja de seguridad.[50] Decía que Gossett confesó el crimen a dos personas (un juez y un abogado) y que su hijo también creía firmemente que su padre era el secuestrador.[51] [editar] Repercusiones [editar] Efecto en las aerolíneas El secuestro provocó que se dieran grandes cambios en la seguridad de los vuelos comerciales, principalmente la adición de detectores de metal en los aeropuertos, nuevas reglas de seguridad de vuelo instauradas por la FAA y modificaciones en el diseño Boeing 727. Después de tres secuestros similares en 1972, la Administración Federal de Aviación exigió que todos los Boeing 727 estuvieran equipados con un mecanismo conocido como el «Cooper vane», una cuña aerodinámica que impide que las escaleras traseras de un avión sean abiertas durante el vuelo.[16] [editar] Nueva evidencia y esfuerzos recientes del FBI El 1 de noviembre de 2007, el FBI publicó información sobre una evidencia del caso que no había sido revelada al público anteriormente.[52] La institución exhibió el tiquete aéreo de Cooper, el cual había costado $18,52. También reveló que el secuestrador había solicitado dos paracaídas de espalda y dos paracaídas de emergencia. Sin embargo, las autoridades le habían entregado inadvertidamente un paracaídas falso que era usado para dar demostraciones en clase. Este paracaídas no se encontró en el avión después del secuestro y algunos piensan que Cooper no se dio cuenta de que no funcionaba. El otro paracaídas de emergencia, que funcionaba adecuadamente, se encontró abierto en el avión con la cubierta cortada, por lo que se cree que Cooper lo usó para asegurar la bolsa del dinero. El 31 de diciembre de 2007, el FBI publicó un comunicado de prensa en Internet que contenía fotografías inéditas y nueva información del caso, con la intención de encontrar nueva evidencia sobre el secuestro y la identidad de Cooper. En el comunicado de prensa, el FBI descartó la teoría de que Cooper era un paracaidista experimentado.[53] Aunque inicialmente habían creído que Cooper debería haber tenido entrenamiento para lograr el secuestro, un análisis detallado de los eventos hizo que el FBI modificara su teoría. Los investigadores comentaron que ningún paracaidista con experiencia intentaría saltar en medio de una tormenta y sin una fuente de luz.[53] Asimismo, los investigadores creen que, aunque Cooper tenía prisa por escapar, un paracaidista experimentado se hubiera detenido a examinar su equipo.[7] El agente especial Larry Carr propuso la teoría de que Cooper tomó su nombre de Dan Cooper, un héroe de tiras cómicas francocanadienses, que es miembro de la Real Fuerza Aérea Canadiense y aparece saltando de un avión en la portada de una revista.[54] [editar] Fenómeno cultural El escape sin precedentes de Cooper impactó considerablemente la cultura popular. Se han creado canciones, obras literarias y películas basadas o inspiradas por el famoso secuestrador. Entre las novelas basadas en el secuestro están Free Fall (1990) de J.D. Reed, D.B.: a novel de Elwood Reid[55] y Sasquatch de Roland Smith. Asimismo, se han filmado varias películas y programas televisivos. En 1981, se estrenó The Pursuit of D. B. Cooper, con Treat Williams como personaje principal y Robert Duvall como el investigador de seguros que lo persigue. Durante la quinta temporada de la serie NewsRadio hubo tres episodios dedicados al misterio detrás del secuestro. En la serie Prison Break, el personaje Charles Westmoreland (interpretado por Muse Watson), quien inicialmente niega ser D. B. Cooper, admite ser el secuestrador al final de la primera temporada. Igualmente, se han escrito numerosas canciones, incluyendo «D. B. Cooper» de Todd Snider, «The Ballad of D. B. Cooper» de Chuck Brodsky[56] y «Bag Full of Money» de Roger McGuinn.
  18. La misteriosa desapariciòn de la aviadora Amelia Earhart Amelia pasó buena parte de su infancia con sus abuelos maternos, quienes le proporcionaron un estilo de vida lleno de comodidades mientras su padre perseguía el éxito profesional en el área legal, cosa que no consiguió. Su abuelo era un prominente ciudadano de Atchison y nunca vio con buenos ojos a su yerno, a quien consideraba un inútil. Amelia dio muestras de una personalidad inquieta y audaz, pues se involucraba en actividades propias de los chicos: escalaba árboles, se deslizaba en trineo y disparaba a ratas con un rifle. También tenía como pasatiempo reunir recortes de periódicos de mujeres famosas que sobresalían en actividades tradicionalmente protagonizadas por hombres. Fue en 1908 cuando vio su primer aeroplano en una feria del estado de Iowa, cuando se mudó a Des Moines con sus padres. En sus memorias escribió sobre ese primer encuentro con un avión: «Era una cosa hecha de cables oxidados y madera, nada interesante». Debido a problemas familiares y económicos (su padre cayó en el alcoholismo y lo despidieron de su trabajo), el estatus de los Earhart se vio desmejorado, por lo que se mudó a Chicago con su madre y su hermana en 1914. Durante la Primera Guerra Mundial se enroló como voluntaria en labores de enfermería. En 1920 su familia pudo reunirse nuevamente en California, donde asistió a un espectáculo aéreo en Long Beach y quedó prendada de los aviones. Consiguió que la llevaran a bordo de un biplano en el que voló durante diez minutos sobre Los Ángeles. Sus palabras acerca de esta experiencia fueron: «Tan pronto como despegamos yo sabía que tendría que volar de ahora en adelante Sus primeras clases de aviación las obtuvo de la instructora Anita Neta Snook, otra piloto pionera. Durante esa época logró adquirir un prototipo del aeroplano Kinner al que llamó «el Canario», en el que sufrió algún que otro accidente, cosa común en esa época por la poca fiabilidad de los motores y la lentitud de las naves. Su instructora no le daba mucha credibilidad como piloto, una opinión que no la abandonaría durante su carrera. Ya en octubre de 1922 consiguió su primer récord de altitud al volar a 14.000 pies (4.267 metros) de altura. Amelia dejó por un tiempo la aviación y compró un automóvil, al que puso el sobrenombre de «The Yellow Peril» (‘el peligro amarillo’), en el que llevó a su madre a través del país rumbo a Boston. Al ser los automotores aún una novedad, la gente se interesaba por ella y le preguntaba de dónde venía. En 1925 se unió a la Asociación Aeronáutica Nacional (capítulo Boston). Se dedicó a invertir dinero para construir una pista de aterrizaje, vendió aviones Kinner y promovió la aviación, especialmente entre mujeres. Ya comenzaba a hacerse un nombre en la sociedad. El Boston Globe la reconocía como una de las mejores pilotos de Estados Unidos. El 26 de abril de 1927, Amelia recibió una llamada que cambió su vida: el capitán H.H. Railey le preguntó si quería ser la primera mujer en cruzar el Atlántico. George Putnam, un editorialista de Nueva York, le había preguntado si conocía a una mujer adecuada para esa empresa. Railey quedó impresionado por la similitud de Earhart con Charles Lindbergh, por lo que la llamó Lady Lindy. Putnam, al conocer a Amelia, la admitió como la mujer para el viaje. Ella aceptó con la condición de ir como pasajera. Con Wilmer Stultz como piloto y Louis Gordon como mecánico, partió en un trimotor Fokker F.VII, al que llamaron Friendship (amistad). Amelia fue solo en calidad de pasajera. Despegaron el 3 de junio de 1928 hacia Halifax, Nueva Escocia. Después de esperar a que mejorase el tiempo, partieron hasta el 18 rumbo a Europa. Llegaron a Berry Pourt, en el sur de Gales, con poca gasolina) y no a Irlanda, como habían planeado. La misma Amelia reconoció que todo el trabajo lo hicieron los pilotos, pero al llegar los reporteros los ignoraron y la abordaron a ella. Después recibió felicitaciones del mismo presidente Calvin Coolidge. Su fama creció en los medios de comunicación y comenzó a dar conferencias gracias al trabajo de Putnam. Él la ayudó a publicar su libro Veinte horas, cuarenta minutos, y también la acompañaba a todas partes. Fue tal la afinidad entre ambos que contrajeron matrimonio en 1931. Ella continuó impulsando la aviación entre las mujeres, tanto que organizó una carrera aérea para féminas a través del país en 1929, de Los Ángeles a Cleveland, que fue llamada The powder-puff derby. Fundó la organización Las noventa y nueve en su habitación de hotel en Cleveland con otras pilotos, pues incluía a 99 miembros. Fue su primera presidenta. En 1930 ayudó a formar y fue vicepresidenta de relaciones públicas de una aerolínea entre Nueva York, Filadelfia y Washington. Su carrera como aviadora no fue interrumpida, pues rompió récords de velocidad para mujeres en su Lockheed Vega. A esta altura de su vida sentía que era la oportunidad de hacer un vuelo sola por el Atlántico, pues otras mujeres estaban a punto de intentarlo, y George la estimulaba para mantener su nombre en primer plano. Hasta 1932 nadie había hecho un viaje en solitario desde Lindberg. Ella haría el viaje desde Harbour Grace, hasta Newfoundland en Gran Bretaña. El 20 de mayo, exactamente 5 años después de Lindy, montada en un Lockheed Vega modificado, realizó el viaje. Puesto que no tomaba café o té, Amelia se mantenía despierta oliendo sales. Sólo llevaba un termo con sopa y una lata de jugo de tomate. Llegó fuera del punto planeado en Londonderry, en el norte de Irlanda. Bajando del avión le preguntó a un hombre que se acercaba y tuvieron la siguiente conversación: —¿Donde estoy? —preguntó Earhart. —En el pastizal de Gallegher. ¿Vienes de lejos? —De Estados Unidos —respondió ella. En esa travesía impuso más marcas: primera mujer en hacer un vuelo solitario en el Atlántico, primera persona en hacerlo dos veces, la distancia más larga volada por una mujer sin parar y récord por cruzarlo en el menor tiempo. Los reconocimientos se acumularon. Hizo un tour por Europa; en Nueva York hizo un recorrido bajo lluvia de papeles; el presidente Hoover le condecoró con la medalla dorada especial de la National Geographic Society; recibió las llaves de varias ciudades; fue votada la mujer más destacada el año. El congreso la condecoró con la Distinguished Flying Cross, otorgada por primera vez a una mujer. En 1934 anunció a George que la próxima aventura seria un vuelo a través del Pacífico, desde Hawái a California, y después a Washington. Diez pilotos lo habían intentado y murieron. Salió de Honolulu el 11 de enero de 1935 y aterrizó en Oakland, ante una multitud que la vitoreaba. Roosevelt le envió sus felicitaciones. Ese mismo año realizó el primer viaje solitario de Los Ángeles a Ciudad de México, y de allí a Newark. Ya en 1935 comenzó a planear hacer un viaje alrededor del mundo. El Lockheed Electra 10E fue la máquina elegida. De realizarlo marcaría dos hitos: la primera mujer en hacerlo y la mayor distancia posible circunnavegando el globo en su ecuador. Según ella era el vuelo que le quedaba por realizar. Frederick Noonan fue escogido como acompañante por su familiaridad en el vuelo sobre el Océano Pacífico; además, llevarían otros dos tripulantes como técnicos. La primera etapa sería de Oakland a Hawái el 17 de marzo de 1937. Sin embargo, cuando despegaba cerca de Pearl Harbor tuvo problemas y el aeroplano se deslizó fuera de control. Hubo daños considerables. Uno de los tripulantes atribuyó a Amelia la responsabilidad del accidente. El Electra fue enviado de regreso a California para reparaciones y Amelia continuó los planes para hacer otro intento. Esta vez el curso del viaje sería hacia el este. De ahora en adelante sólo viajarían Noonan y Earhart. Después de recibir al Electra partió de Los Ángeles hacia Florida el 21 de mayo de 1937. El 1 de junio salieron de Miami, y su primer destino fue San Juan, Puerto Rico, de ahí bordeó Sur América con rumbo a África y el Mar Rojo. Desde allí realizó un vuelo inédito en la historia de la aviación, hacia Karachi en la India. Después se dirigieron rumbo a Calcuta el 17 de junio. Posteriormente su destinos fueron Rangoon, Bangkok y Bandoeng, Singapur. En Bandoeng ocurrieron algunos percances. Hubo retraso por el mal tiempo y a la aeronave se le realizaron reparaciones. Pero lo más grave fue que Amelia se enfermó de disentería. Partieron de allí el 27 hacia Darwin en Australia, donde mandó los paracaídas de regreso por que no serían necesarios —según ella—en lo que restaba del viaje. Mapa del océano Pacífico con la isla Howland al centro. Llegó a Lae, Nueva Guinea el 29 de junio con 22.000 millas voladas y 7.000 por recorrer. En ese lugar se comunicó con el Herald Tribune. Las fotos la mostraban enferma y cansada. Partió a las 0:00 GMT el 2 de julio. Se cree que el avión tenía 1.000 galones de combustible para 20 ó 21 horas de vuelo, pero la situación atmosférica no era la más favorable pues estaba nuboso y con lluvias intermitentes. En lo restante mantendría comunicación con el guardacosta estadounidense Itasca. A las 7:20 GMT reportó su posición a 20 millas al suroeste de las Islas Nukumanu. A las 8:00 GMT hizo su último contacto de radio con Lae, en curso a la Isla Howland a 12.000 pies de altura. No se sabe el curso después de Nukumanu. Después hubo transmisiones cortas al Itasca pero no se supo su posición porque los mensajes eran muy breves. A las 19:30 GMT se recibió el siguiente reporte: «KHAQQ llamando al Itasca. Debemos estar encima de ustedes pero no los vemos... El combustible se está agotando...» A las 20:14 GMT el guardacosta recibió el último mensaje dando su posición; hacia las 21:30 GMT determinaron que el avión pudo haberse estrellado en el mar y entonces comenzó la búsqueda. Se ha establecido que el aeroplano cayó de 35 a 100 millas de la costa de la isla Howland. Se vislumbró una chalupa pero al final no se encontró nada. De acuerdo con los expertos se cree que el avión pudo haber flotado debido a los tanques vacíos. El presidente Franklin D. Roosevelt autorizó la búsqueda con 9 barcos y 66 aviones, una operación de un costo de 4 millones de dólares. Alrededor del 18 de julio el rastreo fue abandonado en el área de Howland. George Putnam buscó más ayuda para continuar, pero las esperanzas de encontrarlos fueron ya inexistentes. Un faro fue construido en 1938 en la isla Howland en su honor. De su desaparición ha habido multitud de teorías acerca de su final y el de su compañero. En vida, Amelia regularmente enviaba cartas a George. En una de ellas escribió: «Por favor debes saber que soy consciente de los peligros, quiero hacerlo porque lo deseo. Las mujeres deben intentar hacer cosas como lo han hecho los hombres. Cuando ellos fallaron sus intentos deben ser un reto para otros».
  19. Otra teoria era que fue asesinado por el hecho que tenia planificado un motor eficiente y econòmico que no usaba ningùn tipo de combustible , invento que hubiese echado por tierra el uso del petroleo para el transporte ., Esto fue algo muy similar a lo que le sucedio a Nicola Tessla que fue asesinado una vez que invento un sistema de transmisiòn elèctrica de forma aerea que hacia inùtiles las lìneas de Alta Tensiòn.
  20. Hoy LA MISTERIOSA DESAPARICIÒN DE UN GENIO RUDOLPH DIESEL
  21. jajajajjaj veo nuevos lectores, seria interesante propusieran un tema se de todo un poco Saludos
  22. Yo tambien pense que estaba perdido ya se me ocurrira algo entrete
  23. Eso depende del jinete no del caballo Saludirijillos
×
×
  • Crear nuevo...