“Una Despedida Inolvidable con Francia y Pamela”
El espacio era impecable, un santuario de orden y limpieza donde el aroma a limpio se mezclaba con una tenue esencia a lavanda. Francia y Pamela, dos mujeres que llevan su madurez con la elegancia de quien conoce bien su poder, me recibieron con una energía cálida y directa. Se nota de inmediato que les gusta lo que hacen; hay una complicidad y una actitud abierta en su mirada que te hace sentir en confianza desde el primer momento. Cumpliendo con el protocolo, me duché allí, a pesar de llegar limpio, un detalle que agradecí.
El masaje comenzó en la camilla como una experiencia táctil de cuatro manos. Fue un recorrido meticuloso y profesional de pies a cabeza. Sus manos expertas trabajaron cada músculo de espalda, brazos, piernas, e incluso un masaje sorprendentemente relajante en cuero cabelludo, manos y pies. Pero no era solo sus manos; constantemente sentía el suave y firme roce de sus pechos deslizándose por mi espalda, piernas y torso, una caricia adicional que convertía la técnica en algo sensual.
Un momento de silencio, y luego, al unísono, la frase que marca el punto de inflexión: "Dése vuelta". Al girarme, en la camilla, la exploración se volvió más íntima y audaz. Sus bocas y manos se aventuraban sin prisa pero sin pausa por todas las zonas, realizando juegos más atrevidos en áreas de máxima sensibilidad. Está claro que son muy jugadas, y esa actitud desinhibida es lo que hace la experiencia tan vibrante.
La escena culminó cuando me guiaron hacia el sofá. Ahí, la dinámica fue arrolladora: mientras Francia me besaba con una intensidad profunda, Pamela me dedicaba toda su atención con una técnica oral que quitaba el aliento. Se turnaban en estos roles con una química perfecta, como un dúo que ha afinado su arte hasta la maestría. Fue una sinergia de sentidos que condujo a un clímax explosivo y catártico, cuyos detalles me guardaré, sólo diré que fue un final a la altura de toda la experiencia.
Ducha de salida como corresponde. Al despedirme, con el cuerpo relajado y el espíritu en calma, supe que había sido testigo de algo especial, pero con un dejo de nostalgia, dado que Francia se retira de este mundo de los masajes. Sin duda, se le extrañará; se va una artista que, junto a Pamela, convirtió un simple masaje en un recuerdo imborrable.