Siento que a veces es necesario hacerse un cariñito, darse un gustito, dejarse regalonear. Pensando de esa manera, voy a ver a Francia para entregarme completamente y aprovechar de sus bondades como masajista.
Como siempre, el contacto previo con ella es muy fluído. Siempre simpática, atenta y buena onda. Conversamos, concretamos día/hora y listo.
Al momento de llegar, ella siempre te recibe con la mejor de las buenas ondas, muy cariñosa y sexy, que es una de las cosas que más me gusta de ella, sinceramente.
Paso a la ducha y al llegar a la pieza me recibe en la pieza, pidiéndome que me saque lo que tengo puesto y me tire en la camilla.
Los masajes de Francia son de otro planeta, sus manos son mágicas y realmente es un momento súper agradable de conversación y relajo, ya que no son cariñitos ni pasadas de mano, son masajes de verdad.
El masaje lo hace con una dedicación total, recorriendo cada lugar de tu cuerpo, liberando nudos y tensión, hasta que la temperatura comienza a subir. Lo que viene después prefiero guardármelo, pero si les quiero recomendar una visita a Francia, porque siento que vale cada peso. Te trata como rey, te entrega lo que necesitas y todo siempre con la mejor sonrisa y mejor actitud.
Gracias Francia por existir y seguir tratando a tus regalones como lo merecen!