Yo la única vez que me empoté considero que tuve suerte antes de tocar fondo.
Era una masajista muy rica, y el 2016 había vuelto y yo por mis libertades de horario que tuve en aquel trabajo la visitaba casi 2-3 veces por semana. Fue casi un mes donde por primera y ojalá única vez empecé a sentir que se me iba de las manos todo. Nunca llegué a derrochar ni comprarle nada más que algún chocolate por ahí, pero las ganas de visitarla eran casi incontrolables.
Por qué digo que tuve suerte? Porque en la última vez que la visité parece que se le olvidó la ducha y estaba pero HEDIONDA en su zona cero, cuando estaba recién bajando por sus tetas ya se sentía el olor, a ese nivel. Y de las muchas veces que la visité siempre fue exquisita, jugada y por sobretodo limpia. Y bueno, como soy de asquearme fácilmente se me bajaron todos ánimos posibles y ahí me di cuenta que sólo estaba idealizando a una mujer, que ellas también tienen sus días malos, o mañas, u olores, y muchas cosas como todo ser humano... por muy rica que fuera. Todo en la vida tiene un por qué, y quizá qué tan mierda estaría yo económicamente si la cosa no se hubiera frenado en el momento justo.