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Blade Runner

Nuevo Disco De Jeff Buckley !

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En el pasado mes de marzo salió a la venta un "nuevo" disco del gran Jeff Buckley.
Y decir "nuevo", así tal cual, entre comillas, suena a varias cosas, tomando en cuenta el contexto que rodea esta publicación. Partiendo por el hecho de que Jeff Buckley lleva casi 20 años muerto, tras ahogarse en un afluente del Río Wolf, en Tennesse, el 29 de mayo de 1997.
El cuento es que "Dream of You and I" muestra los primeros esfuerzos de un joven Jeff Buckley, quien luchaba por impresionar a las discográficas. Sony le había echado un ojo encima (bajo ese sello vería la luz el monumental "Grace", disco emblema de los buenos noventas) y Buckley grabó estas canciones bajo la mano de Steve Addabbo y Steve Berkowitz, quienes solo quisieron para Jeff una guitarra, para que mostrara su talento como arreglista, y un par de micrófonos de alta fidelidad, para que captaran ese milagroso y potente registro vocal de cuatro octavas y media de Buckley, quien llegaba a todas a las notas posibles sobradísimo, sin esfuerzo y sin casi hinchar el tórax.
La madre del malogrado cantautor, Mary Guibert, se ha esforzado por mantener vivo el legado de su desafortunado hijo, supervisando personalmente las ediciones del inacabado segundo disco "(Sketches for) My Sweetheart The Drunk" (que se escucha bien, pero que claramente está lejos de la visión que Buckley tenía de él) o de las reediciones Deluxe de "Grace", esa maravilla del año 94 que catapultó a Buckley al estrellato.
Tambien Guibert recalca que lo suyo no es un esfuerzo propio de un Manager, que exprime hasta la última gota del cuerpo sin vida de Buckley, sino el esfuerzo desesperado de una madre que no se resigna ante la pérdida de su hijo, y que se esfuerza para que Jeff sea oído y recordado por un público mayor que aquel que logró escucharlo en vida.
Y también Guibert despeja dudas acerca de la compleja relación amor - odio conque debió bregar el fallecido vocalista, tras la espesa sombra de su afamado progenitor, Tim Buckley, cantautor de enorme y versátil talento, que, como su hijo, murió tempranamente el 29 de junio de 1975, tras un fatídico cóctel de alcohol y drogas. Siempre se dijo que Tim Buckley era la principal referencia de Jeff, pero a la luz de lo ocurrido, está muy lejos de ser así: a juicio de Guibert, es indudable el talento que Jeff heredó en sus genes, pero seguidamente afirma “Quiero aclarar que yo toqué en orquestas, hice recitales. Fui yo quien le puso a Tchaikovsky o Rachmaninoff. Mi hermano era cantante, mi hermana tocaba la flauta, todos los días de su vida fue mi familia la que crió a ese niño y le fomentó su lado creativo, artístico. Me siento insultada cuando me preguntan dándole tanto crédito al donante del esperma. Tenía sí sus genes, pero también los míos. Su padre no tuvo nada que ver con él en toda su vida. Yo fui quien tocó el piano y cantó con él desde que tenía siete años. Yo le crié absolutamente sola, de modo que por lo menos el noventa por ciento del crédito de su talento procede de mí y de mi familia”.
Y es que Tim Buckley, tan absorto en hacer despegar una carrera que prometía, pero que nunca arrancaba (a pesar de canciones, discos y elepés notables), prodigó poco y nada de su tiempo a la crianza de Jeff, por no decir que lo abandonó completamente a él y a su madre. Jeff Buckley dijo en más de una vez que, (valga la redundancia) lo poco y nada que recordaba de Tim Buckley era una imagen de alguien cortés con quien en alguna vez vio dibujos animados. Y más en palabras del propio Jeff “Me acabo de dejar la piel, he sudado hasta el último suspiro y lo primero que me preguntas es por Tim Buckley, quien lo único que me dio fue un vistazo de pasada”. Tajante y conciso.
El resultado, entonces, de este disco, es conmovedor. Jeff Buckley entona dos composiciones propias, "Grace" y el corte que da el título al álbum, con la intensidad vocal que lo caracterizaba; Los arreglos son sencillos, pero efectivos y permite desarrollar a la perfección otro de los enormes dones de Buckley: toma las canciones de otros y las perfecciona de tal modo que no solo mejora la canción, sino que la transforma de tal manera que quedan irreconocibles. Si en "Grace" tomaba canciones como "Lilac Wine" de Nina Simone y las elevaba a nuevas alturas, es sobre todo en el célebre "Hallellujah" de Leonard Cohen, dónde Jeff Buckley sencillamente hace suya la canción, la transforma y la convierte en algo superior. En "Dream of You and I", Buckley toma clásicos como "Just like a woman" de Bob Dylan, "Night Flight" de Led Zeppelin o "Every people" de Sly Stone y los reconvierte utilizando solo su voz y su guitarra. Pero es en "The boy with the thorn in his side" o "I know it´s over" de sus adorados Smiths, dónde Buckley logra nuevas alturas para un artista que, sorprendentemente, está haciendo sus primeras armas.
Jeff Buckley canta: “Oh madre, puedo sentir el suelo cayendo sobre mi cabeza...”. Escuchar este primer verso en el estudio de grabación debió ser duro para su madre Mary Guibert: “Oírle decir a Jeff la palabra ‘madre’ es suficiente para romper mi corazón. Nunca puedo dejar mi parte de ‘madre’ de lado, siempre está ahí. Pero no puedo tomar decisiones y hacer elecciones como ‘madre’, tengo que tomar esas decisiones como protectora, restauradora y productora del material. Así que es difícil para mí, pero también es cierto que cuando estoy en la habitación del hotel o en el avión volviendo a casa, en ese momento... es cuando lloro, es cuando me permito ser ‘madre’ y sentir las emociones que sienten las madres. Y, ahora, cuando hablo contigo o cuando...de hecho el vídeo de esta canción se acaba de lanzar, yo me siento realmente orgullosa porque él nos dejó algo, tan poderoso y hermoso que nos obliga al resto de los que trabajamos en el proyecto de preservar su legado a estar a su altura”.
Las grabaciones son 100% profesionales, con una gran calidad de sonido, a pesar de los mínimos recursos. Pero es simple, único, perfecto. Nada más queda por decir. Solo ver ese registro en vivo del concierto de Chicago "White Mistery Boy", gritar mentalmente "No, Jeff, no vayas al río..." y maldecir al destino que se llevó en plena cuesta arriba a un artista realmente grande, dueño en plenitud del auténtico Mojo, que transmitía simpatía y calidez en cada nota y que no entonaba dos veces de la misma manera una canción. Queda su voz, sus anécdotas y sobre todo, sus monumentales canciones que exudan extásis y exceso en medidas iguales.

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Como parte del revival de este gran artista, aún más grande en la muerte que en vida, han salido a luz algunos detalles acerca de las últimas horas de vida del gran Jeff Buckley.

El 29 de mayo de 1997, Jeff estaba en Memphis, donde se encontraba grabando las bases de su disco póstumo "Sketches for my sweetheart the drunk". Se encontraba acompañado de uno de sus roadies, Keith Foti, con quien aplanó las calles de Memphis escuchando a John Lennon y a Jane's Addiction. Foti se había comprado un grabador de doble casetera y en ese aparato iban escuchando música. Cuando decidieron ir a la sala de ensayos, no pudieron ni sabían como llegar. Perdidos como estaban, intentaron llamar al manager de Jeff, Gene Bowen, para poder llegar al local, pero Bowen, quien siempre estaba al lado de Buckley, se encontraba en el aeropuerto, buscando a los demás músicos que participarían de las grabaciones. Con tiempo y sin nada que hacer, Buckley propuso a Foti ir a escuchar música a la ribera del río Wolf.

Mientras que Foti tocaba guitarra y Buckley tomaba el grabador para dejarlo cerca del río, un par de barcos pasaron cerca del Wolf. En aquel fatídico minuto Buckley, en un acto impensado, infantil, juguetón y nadie sabe si premeditado, caminó vestido incluso portando sus botas, cantando Whola Lotta Love de Led Zeppelin con esa magnífica voz que sobrevivió a la tragedia. Los barcos levantaron olas y Foti, quien miraba a Buckley, se agachó unos momentos para alejar del agua su grabador. Cuando alzó los ojos, Buckley había desaparecido. Lo buscó por app 10 minutos y al no poder encontrarlo, reportó la desaparición de Buckley a las autoridades.

Una cosa de segundos. El oleaje levantado por los dos barcos, en teoría, se había llevado a Buckley, quien nadaba en un sector no apto para aquello, algo que el cantautor no sabía pues en ese afluente no había carteles que prohibieran la actividad.

Mary Guibert, la madre de Jeff, se puso en seguida a la cabeza de la búsqueda. Pero conforme transcurrían los días en nombre de la familia señaló que ya no habían esperanzas. El cuerpo de Buckley fue encontrado casi una semana después de su accidente y solo pudo ser reconocido por el piercing que usaba Jeff en su ombligo.

Y queda una duda que quizas nunca tenga respuesta: fue un accidente o fue un suicidio? Buckley bebía y fumaba en ocasiones, pero no hay evidencia de uso de drogas que pudieran suponer un empuje al suicidio. De hecho su cuerpo estaba libre de cualquier sustancia tóxica al estudio post mortem. Porque se lanzó vestido al mar, incluso con botas? Como un acto inexplicable provocó la muerte del cantautor estrella del momento? Se dice que Buckley sufría de un trastorno de bipolaridad, que sufrió en vida ser considerado el hijo de Tim, que en mas de una ocasión intentó escapar del fantasma de su padre...

Preguntas sin respuesta. Ese 29 de mayo, en Memphis, después del accidente de Jeff Buckley, el cielo lloró. Quizás, si pedía disculpas...

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