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Sexorro2

El Profe

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Alejandro Silva:

https://es.wikipedia.org/wiki/Alejandro_Silva_%28m%C3%BAsico%29

 

 

De los escasos álbumes de metal chileno que llegaron a las difuntas disquerías (noble institución por cuya muerte voy a estar de duelo todo el resto de mi puta vida), ninguno me dió tanto placer auditivo como "ORDEN & CAOS", de 2007, que contenía las mejores melodías rudas y arreglos pesados que han salido de la tierra de los mejores vinos del mundo.

Su creador, Alejandro "El Profe" Silva, logró esto quizás por ser aquél un álbum instrumental, sin letras, por lo que estaba obligado a concentrar su atractivo en los elementos sónicos. (Además que - aquí entre nos - las letras del metal nunca ha diso muy iluminadas que digamos; son en su rudeza tan tontas como las del pop, la cebolla, el folklore y el reggaetón. De la letrística de la música popular lo único bueno son las brillantes meditaciones del rock progresivo.)

 

Antes de comprarlo lo escuché en vivo, durante el primer guitarrazo que El Profe dio aquí en mi pueblo, aquel mismo 2007.

Como comenté con Blade Runner en otro tema, dada la desértica escasez en provincias de shows de músicos con discos grabados, los provincianos nos lanzamos en masa cuando llega algo de este calibre. Por eso aquella noche el salón más grande del Centro Cultural Municipal estaba lleno por un público rockero heterogéneo: chascones metaleros, rapados punkies, nerds tipo Harry Potter y, en las filas de más atrás, nosotros los rockeros de la vieja guardia, varios de los cuales eran padres de los mocosos que dejaban la cagá en las primeras filas.

 

El Power Cuarteto se despachó una presentación impecable, que tuvo como único chascarro los 15 minutos del inevitable corte de luz por la sobrecarga de un sistema eléctrico instalado sólo para shows casi acústicos de folklore y música académica. El repetable empezó a pedir al tremendo Gonzalo Puga que se raje con un solo de batería para aplacar la ira y amenizar la espera, pero el hombre no pescó. Después todo se arregló y siguió la fiesta.

 

Cuando el buen James Marshall Hendrix interpretó el "Star Spangled Banner" en Woodstock 1969, lamentablemente sólo la mitad de los hippies le dio bola.

Por eso fue tan conmovedor escuchar aquella noche de 2007 a todo el lote de chascones, rapados y Harry Potters entonando a gritos el Himno Nacional de Chile con una fuerza que de seguro jamás lo habían hecho en sus pendejas y rebeldes vidas, al ritmo de la guitarra de Silva; otro de los momentos inolvidables de ese concierto.

 

Al otro par de guitarrazos que el ASPC hizo aquí en los años siguientes (en nuestro mini Teatro Municipal y en nuestro único pub rockero) lamentablemente no pude ir. Pero el recuerdo del 2007 me acompañará por décadas.

 

Estoy viendo cómo lo hago para comprar en un ejemplar físico el último álbum de este virtuoso (2014), porque aún no me resigno a la idea de continuar mi discoteca en formatos virtuales. (Es como reemplazar una vida de putero por una pareja estable; requiere de un difícil proceso de adaptación).

 

 

Alejandro Silva, "4+":

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