Los hombres llevamos millones de años (2M hasta el 2008, 47M desde el 2009 al descubrirse Ida) tratando de hacer creer a las mujeres que somos depredadores sexuales insaciables...
Decimos a las mujeres que no podemos pasar un día sin follar, que el sexo es el sentido de la vida y que sólo con un harem podríamos vivir en santa paz...
Si eso fuera cierto, el Viagra y sus copias no serían los productos más lucrativos de la industria farmacéutica.
A hordas de casados, pololos y convivientes no se les para la verga.
A un montón de solteros tampoco.
Causas fisiológicas y psicológicas hay muchas.
Pero una causa oculta ha sido pasada por alto...
Los hombres con pareja tienen un pequeño problema pasados los primeros mese o semanas de fiebre por su Dulcinea: empiezan a follar por cumplir.
Los desparejados se pajean a diario o putean más allá de sus presupuestos.
En ambos grupos se va cultivando un enemigo silencioso: no se les alcanza a acumular el kino.
La consecuencia final es que para follar tienen que pajearse para poder tener una erección... y "a media asta".
Hemos olvidado que el aviso natural de calentura que nuestro cuerpo nos da para que buscar sexo es la erección.
Hoy en cambio hacemos lo contrario: estamos FORZANDO la erección para tener sexo o pajearnos.
Pero nuestro medio ambiente contaminado y agonizante nos ha demostrado que todo lo que se sobre-explota termina mal.
Si volviésemos a dejar al proceso calentura-erección-polvo/paja volver a su evolución natural, podríamos ahorrarnos muchos sinsabores.
Dejar que el kino se nos acumule tiene varias ventajas:
1.- Nos ahorramos la$ mucha$ luca$ del Viagra y genéricos.
2.- La sensación de andar con la verga como luma bajo los pantalones nos hace sentir poderosos.
3.- El sexo es más placentero.
4.- Las pajas son más placenteras.
5.- Los puteros juntamos más plata para putear filete en lugar de botarla en carne molida, y sin terminar el mes con saldo negativo.
Por lo menos desde que lo aplico lo estoy pasando de pelos y he logrado frenar la caída de mis finanzas.
Os lo recomiendo sinceramente.